¿Para qué el manual de convivencia?

¿Para qué el manual de convivencia?

Es un instrumento clave para el crecimiento como sociedad y la herramienta pedagógica por excelencia

Por: Camilo Andrés Polo Herázo
julio 17, 2018
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¿Para qué el manual de convivencia?
Foto: Pixabay

Los centros educativos (CE) son el escenario donde el conocimiento se enriquece día a día, es ahí donde la práctica docente debe ir más allá del cumplimiento de un plan de estudio que tiene como prioridad la adquisición de determinadas temáticas. La educación tiene como función social lo estipulado en el artículo 1° de la Ley General de Educación que es la formación integral de los estudiantes, teniendo como pilar fundamental la asimilación de los valores que hacen posible vivir en una sociedad consciente, pluralista y que respete de las diferencias.

Los CE para poner en práctica estas obligaciones deben tener claro dos cosas:

1) ¿Qué son los manuales de Convivencia?

2) ¿Cuál es su importancia?

Para responder el primer interrogante debemos remitirnos al Art. 87 de la Ley 115, en él dice que los manuales de convivencia son la herramienta clave no solo para cohesión institucional sino que a partir de ellos permiten hacer un marco en el que se puede abordar las dificultades que tenga una institución educativa determinada, además debe contemplar los deberes y derechos que tienen todos los integrantes de la comunidad educativa. La misionalidad de los manuales radican en que la convivencia no debe ser vista como un requisito por ley, sino más bien como el hilo conductor que fortalezca la práctica docente en cuanto al empoderamiento de los que participan en ella.

Los manuales de convivencia (MC) son una oportunidad para el crecimiento como sociedad. Sin embargo, los estudiantes pierden interés cuando un texto no tiene ninguna relación con su entorno más cercano, de ahí que su elaboración debe ser fruto de los diversos comités directivos para ampliar en mayor medida la cotidianidad escolar. En relación con lo anterior Reynaldo Mora, doctor en Pedagogía, concibe el manual de convivencia como “la herramienta pedagógica por excelencia” y coincide en que si es visto como un conjunto de normas que  deben cumplirse los resultados no serán los esperados, por eso enfatiza en que los MC deben establecer un “dialogo alrededor de los más caros valores del ser humano”.

Así mismo las instituciones deben tener claro dónde están y hacia dónde quieren apuntar, por ello planteo que un MC debe estar articulado los planes de área, el proyecto educativo institucional y el contexto donde se encuentra, solo mediante consensos pueden dar resultados pertinentes. El proceso enseñanza-aprendizaje se fortalece cuando se da en un espacio de reflexión y de respeto. Además, cuando hay estudiantes que tienen la capacidad no solo de argumentar sino de saber escuchar las ideas de los demás las normas de convivencia se convierten en elemento clave para ser mejores personas.

Ahora bien, el segundo interrogante se fundamenta en el hecho de que trabajar con capital humano hace necesario conocer la sociedad en la que estamos. Por ejemplo, en Latinoamérica 6 de cada 10 estudiantes ha sufrido de matoneo. Este es un dato que alerta a todas los CE porque este problema trae muchas consecuencias y en algunos casos son fatales. En el caso colombiano, la Corte Suprema ha venido haciendo avances para fortalecer los colegios, el último pronunciamiento de la corte fue la Sentencia T-240/18, que dota de soporte legal las decisiones que tomen los colegios frente al ciberacoso; no es nuevo decir que algunos estudiantes se escudan en las redes sociales en las que gozan de anonimato para ejercer mayor daño a un estudiante.

Ahora bien, un MC debe tener además de lo dicho anteriormente la explicación clara de cómo debe implementarse los procesos del gobierno escolar en la institución educativa, por eso el comité directivo debe supervisar y permitir los espacios para el ejercicio democrático, como la elección del personero(a), los representantes de los padres de familia y de cada grado escolar. Igualmente, hay que ser claros en los parámetros que se tengan para el uniforme escolar, la infraestructura escolar y demás para saber dónde dirigirse de acuerdo a la problemática. La resolución de conflictos debe estar bien explicada en el documento para saber cómo proceder sin que se cometan errores que dejen en mala posición a la institución o en el caso de la vulneración del derecho a la educación a un estudiante.

El momento histórico de nuestro país requiere de normas que no queden en el mero requerimiento por ley, sino que sea una oportunidad para forjar una sociedad consciente y preparada para los retos de la época, los CE tienen la responsabilidad de que lo planteado en cada uno de ellos sea palpable en las personas a su cargo. Si un estudiante es capaz de identificar el diálogo como una forma de conocer al otro es una persona que multiplicara ese principio. Por eso, el docente debe conocer los MC y el PEI para saber los principios que debe fortalecer. Como compromiso está no solo conocer lo que está establecido allí sino hacer un ejercicio social para comprensión y puesta en marcha de una sociedad con una concepción humana.

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