Juan José Florián es un atleta paralímpico colombiano al que una bomba le cambió la vida, le cambió el cuerpo, pero no le quitó las ganas de vivir y apostarle a nuevos sueños. De acuerdo con este paisa, la única diferencia entre él y nosotros es que “mi cuerpo tiene algunas cicatrices, tengo un ojito malo, pero al final las personas en situación de discapacidad son personas, todos somos iguales o quién dice qué es lo diferente”.
Esta es la forma en la que él hace un llamado para que la población en situación de discapacidad sea vista con normalidad, “somos personas convencionales”. Y justamente con la intención de llevar este mensaje decidió medírsele a ser modelo por un día y hacerlo en una pasarela muy especial, una pasarela de inclusión.
Mochoman, como también le gusta ser llamado, fue el protagonista en compañía de muchos niños también en situación de discapacidad de un desfile de modas incluyente que se llevó a cabo en el GranSan. ¿Pero de qué se trata la moda incluyente? La inclusión busca un trato igualitario, donde haya espacio para todos. En el caso de la ropa, que haya ropa para todos, donde las prendas se acomoden al cuerpo y no al contrario.
Desde la Fundación Agentes de Transformación se viene desarrollando un trabajo conjunto con las madres cuidadoras de niños en situación de discapacidad para desarrollar ropa que supla sus necesidades. Por eso en vez de botones se favorecen las cremalleras, en vez de tener los cierres convencionales en el frente de los pantalones se les pone velcro en los costados. Todo pensando en que les sea más fácil vestirse y vestirlos.
La ropa es una forma de comunicación no verbal, es otra forma de decir quiénes somos. Por eso es tan importante permitirle a esta población vestirse según su gusto propio. No solo les ayuda a definir quiénes son, también fortalece su autoestima y les permite integrarse en la sociedad. Como dice Mochoman “son una inspiración para mí”.
