Haciendo una “ultima jugadita”, muy al estilo del partido de gobierno, inventada por un expresidente del Senado de ingrata recordación, el ministro de Defensa quiere hacerle creer al país que está cumpliendo la orden judicial de pedir perdón por los excesos de la fuerza pública, en especial en la muerte violenta de Dilan Cruz a manos del Esmad.
Durante su intervención final, y ante el desafío del representante Juan Carlos Losada, Carlos Holmes Trujillo indicó que presentaba disculpas por los excesos de la fuerza pública, con la clara intención de hacernos creer a los colombianos que está cumpliendo la orden del Tribunal de Cundinamarca que le conmina a pedir perdón.
En cumplimiento de la sentencia STC7641 del 22 de septiembre de 2020 de la Corte Suprema de Justicia, con radicado 11001-22-03-000-2019-02527-02, y del Auto proferido hoy 7 de octubre de 2020 por la Sala Civil del Tribunal de Bogotá, el Ministro de Defensa se permite reiterar: pic.twitter.com/x3t9O0EAoN
— Mindefensa (@mindefensa) October 8, 2020
Lamentablemente, dentro de las prácticas propias de cualquier discurso hegemónico, se intenta llenar de nuevo sentido algunos significantes que se tornan vacíos para la configuración de una sociedad propiamente democrática. Al efecto, bastará con recordar una pieza antológica: no hablar de masacres sino de homicidios colectivos, incluso en contravía de organismos como la ONU que sí califican de masacres a tales atentados contra la vida y la dignidad humana que se han venido incrementando en nuestro país.
Sin embargo, para cualquier ciudadano medianamente informado y consciente del valor de la palabra, "presentar disculpas" y "pedir perdón" distan mucho. Estas son expresiones que conllevan una carga pragmática muy diferente, así que —con del debido respeto— solicito al señor ministro que cumpla la exigencia del Tribunal de Bogotá, puesto que esas manifestaciones son “… disculpas que, en estricto sentido, no se adecuan a la orden impartida por la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia”, en palabras del mismo tribunal.
No puede ser de buen recibo una actitud soberbia y recalcitrante como la del ministro Holmes Trujillo, ni mucho menos en la pretendida defensa de las instituciones que solazó durante su intervención en la sesión de moción de censura del día de ayer.