A los setenta años, el barranquillero Ramón Jesurún se mueve no solo en el poderoso frente del futbol. No abandona el empresarial ni descuida sus relaciones políticas del pasado y el presente que le resultaron de mucha utilidad para estar donde está. Para mover las cuerdas del poder, que es el mundo en el que siempre quiere estar.
A lo largo de los años ha cultivado una estrecha relación con Fuad Char, la cabeza del poderoso clan Char y propietario del Junior de Barranquilla, pero con tentáculos en un sin número de negocios reunidos en el Grupo Olímpica. Para poder ofrecer la variedad de productos de primera necesidad que ya estaban en sus supermercados, Char incursionó en los medicamentos que no solo vende en las droguerías Olímpica sino en la cadena con presencia en la Costa La Economía.
Inicios y ascenso de Ramón Jesurún
Ramon Jesurún estudió Administración de Empresas en la Universidad del Norte de Barranquilla, donde su pasión por el baloncesto superaba su dedicación académica. Fue esta la primera señal para encontrar en el deporte una vocación no como practicante sino como dirigente. Aprovechando los contactos que había adquirido durante sus años de estudio, Jesurún comenzó a forjar su camino en el fútbol.
Para convertirse en dirigente, Jesurún estableció relaciones con los caciques políticos de los años setenta y ochenta Barranquilla y de los dos partidos dominantes, el liberal y el conservador. Por el lado del trapo rojo estaba Pedro Martin Leyes y por el conservador Prospero Carbonell McCausland. Leyes, reconocido por su labor en proyectos de infraestructura en la ciudad, y Carbonell, con una destacada trayectoria conservadora, jugaron un papel crucial en el ascenso de Jesurún. Tanto Carbonell como McCausland fueron Gobernadores del Atlántico.
Esta conexión fue su camino de llegada a Fuad Char, que entonces, y antes de que naciera el partido Cambio Radical fundado por Germán Vargas, era igual que él, militante del Partido Liberal. Tenían además el interés por el futbol y la ambición de ser dirigente; Char ya había comenzado a adquirir sus primeras acciones. Deporte y dinero, un cruce infalible.
En 1984, Jesurún se acercó a Fuad Char, quien buscaba fortalecer el equipo y encontró en él un valioso colaborador. Jesurún se unió a la junta directiva del Junior y se sumergió en el mundo del fútbol. Paralelamente, Jesurún también mantuvo sus relaciones políticas, gracias a sus vínculos con Leyes y Carbonell. Fue designado gerente general de la Corporación Financiera de Transporte de Barranquilla, una entidad burocrática en la que se vio envuelto en escándalos y enfrentó acusaciones de malos manejos.
A pesar de estos contratiempos, Jesurún demostró su valía al frente del Junior. Bajo su presidencia, el equipo logró un éxito sin precedentes, ganando el torneo de 1993 y destacándose en la Copa Libertadores del año siguiente. Su gestión exitosa lo convirtió en una figura influyente en Barranquilla y en toda la Costa Caribe.
Su recorrido imparable en el Fútbol Colombiano
La presidencia del Junior fue solo el comienzo de la carrera de Jesurún en el fútbol colombiano. Asumió la presidencia de la Dimayor en 2006, convirtiéndose en uno de los aliados clave de Fuad Char y del Junior de Barranquilla. Durante su tiempo en la Dimayor, también ocupó cargos destacados a nivel internacional, como la vicepresidencia de la Confederación Sudamericana de Fútbol y el Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Colombiano.
En enero de 2012, Jesurún colaboró con Luis Bedoya, entonces presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, para traer al reconocido entrenador José Pékerman a la selección nacional. Esta decisión marcó un antes y un después en la historia del fútbol colombiano y catapultó a Jesurún a la cima de la dirigencia deportiva.
En noviembre de 2015, Ramón Jesurún fue nombrado presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, un cargo que ha ocupado desde entonces. Durante su mandato, ha logrado sanear las finanzas de la Federación, pero su gestión también ha estado rodeada de polémicas como lo ocurrido en el 2018 cuando estalló el escándalo de la reventa de boletas para el Mundial de Rusia. Jesurún y otros directivos de la Federación fueron multados por la Superintendencia de Industria y Comercio. Además, la Fiscalía abrió una investigación por posible lavado de activos, examinando la adquisición de propiedades y vehículos por parte de Jesurún.
El barranquillero se ha defendido de las acusaciones, declarándose siempre inocente y presentó una demanda de nulidad contra la multa impuesta por la SIC y ha asegurado su determinación de luchar por su reputación.
Jessurum ha logrado mantenerse a flote y haciendo movidas audaces como el manejo que acaba de darle a la trasmisión de los partidos que significó arrebatarle el monopolio al Canal Caracol.
Este jueves empieza un nuevo capítulo con la Selección Nacional que inicia el recorrido de las eliminatorias para el Mundial del 2026 en Estados Unidos, México y Canadá, con la esperanza de que Colombia supere el mayor logro que ha obtenido en su historia, llegar a los cuartos de final en Brasil 2014.
*Texto realizado con apoyo de Inteligencia Artificial revisado por la redacción de Las2orillas
