Hoy después de 27 días de cese de actividades del magisterio, aún no hay acuerdo entre gobierno y representantes de los maestros, quienes se han visto obligados a abandonar sus aulas y tomar el arma de la protesta para hacer valer el derecho de una educación en condiciones dignas, de esos 8. 500.000 estudiantes que hoy están en sus casas.
La lucha de los docentes no es solamente salarial, (que, dicho de paso, es más que justa) como los medios de comunicación y el gobierno quieren hacerle creer al pueblo, sino por un incremento en los recursos de la educación que se verán reflejados en mejor infraestructura de los colegios, mayores dotaciones de materiales didácticos, silletería, alimentación adecuada de los estudiantes, nombramiento de nuevos docentes etc.
Según el gobierno no hay plata para educación, salud, vivienda, vías, servicios, es decir para bienestar social, pero sí existe para que por la vena abierta de la corrupción se pierdan entre 20 y 50 billones por año, robando y contribuyendo a la concentración de la riqueza en cada vez más reducidas manos, mientras la pobreza y la desigualdad se extienden. Y es que la gran realidad es que quienes sueñan con perpetuarse en el poder jamás les ha interesado, ni les interesará la educación del pueblo. A ellos les basta con mantenerlos engañados y divididos para imponer sus políticas. Por eso vale recordar las sabias palabras de Simón Bolívar, quien afirmaba que nos dominan más por la ignorancia que por la fuerza, que un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción y que un hombre sin estudio es un ser incompleto.
El maestro a través de su lucha también proclama paz, pero una paz que se refleje en inversión social, crecimiento y bienestar para el conjunto de la sociedad y no para unos pocos. Por eso les recuerdo, qué "EL PUEBLO Y LOS MAESTROS LUCHANDO TAMBIÉN ESTÁN ENSEÑANDO".
