Lo que no pueden prometer los candidatos
Opinión

Lo que no pueden prometer los candidatos

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mayo 18, 2014
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Casi todos coincidimos en que esta es la peor contienda electoral de la historia. A los candidatos les ha faltado estatura intelectual y moral para hacer propuestas serias y creíbles y proponer reformas que saquen a Colombia de la violencia, el atraso, la injusticia y la corrupción. Y todo porque no gozan de independencia frente a los grupos económicos y las mafias del poder con quienes en el pasado, de una u otra forma, han mantenido vínculos directos.

Por eso solo acuden en sus eslóganes a palabras ambiguas como el país soñado, falta mucho por hacer, Sí se puede, habrá futuro, etc. Para entenderlos, desde sus impedimentos, aquí una lista de algunas cosas que los candidatos no pueden proponer.

1. Ningún candidato ha propuesto justicia pronta, eficaz y efectiva. Una ofensiva contra la corrupción que meta a la cárcel, sin privilegios ni descuentos en sus penas, a todos los corruptos, inclusive a sus amigos, que si no lo son todos, si deben ser muchos. No son capaces de ofrecer la abolición de la casa por cárcel para el delito de corrupción, figura odiosa para la sociedad civil, por cuanto burla el anhelo de justicia de cada ciudadano. Casos aberrantes como el de Samuel Moreno que jamás ha pisado una cárcel a pesar de haber atracado a Bogotá de manera grave, generan en el colectivo una sensación de impotencia que nos hacen renegar del sistema judicial. Casos como el de un Samper y un Uribe eludiendo toda la vida a la Justicia, con maromas y triquiñuelas, le hacen perder respeto a la Justicia y crean la sensación real de que en este país hay intocables.

2. Ningún candidato ha propuesto un proyecto educativo revolucionario, de largo plazo, con gratuidad, calidad, cobertura y una planta de educadores calificados. Ninguno se compromete con una educación que deje de replicar y reproducir conocimiento, se dedique a la investigación y que privilegie la ciencia y la tecnología sobre la politiquería. Una educación pública bilingüe que acerque a los niños pobres al nivel de los niños ricos para que puedan competir en el Icfes en igualdad de condiciones. Inaudito que el Estado no financie la educación superior, a la que solo accede uno de cada tres bachilleres. Aberrante que el Estado les preste dinero a los estudiantes para hacer sus carreras y que les exija dos fiadores y les cobre intereses. ¿Será porque saben que un pueblo educado cuestiona, un pueblo educado protesta, un pueblo educado no traga entero?

3. Ningún candidato ha propuesto salud de calidad y gratuita. Se puede. Hay los recursos. Solo basta con recortar privilegios y derroche para alcanzarlos. Tenemos embajadas en países donde viven más funcionarios consulares que inmigrantes colombianos. Quitarles las notarías a sus dueños. Eliminar las exenciones de impuestos a petroleras y mineras cuyo monto es indignante. Ningún candidato ha propuesto acabar con las EPS asesinas que desvían los recursos de la salud provocando la muerte de miles de pacientes. EPS como Saludcoop que prefieren gastar un billón en abogados para detener tutelas, en vez de usarlos para pagar médicos especialistas que salven vidas.

4. Ningún candidato ha propuesto achicar el Congreso y disminuir los salarios exagerados y los privilegios exagerados y las pensiones exageradas de los congresistas. Que cada congresista pague su auto, como lo hacemos todos los colombianos y como lo hacen congresistas de países más ricos y desarrollados; que paguen su cuenta de celular, su vivienda, sus viajes y su comida. Les da miedo proponerlo porque son incapaces de gobernar sin el apoyo de estos hampones de la política que venden sus votos y sus ideales al mejor postor.

5. Ningún candidato ha propuesto modernizar el sistema electoral para impedir el fraude. No les conviene. Saben que con el sistema arcaico que tenemos pueden comprar registradores y adulterar los resultados. No se atreven a proponer el voto electrónico que genere resultados en línea usando la huella y el código de barras que pusieron en las cédulas como adorno. Un sistema electoral que castigue con severidad la compra de votos y que prohíba el voto de los servidores públicos para impedir su esclavización por parte de los jefes políticos de turno.

6. Ningún candidato ha propuesto una política masiva de empleo que reemplace el rebusque en las estadísticas del Dane. Las oportunidades para los jóvenes no existen y esto los empuja a la delincuencia. Incentivos para las empresas que crean en los jóvenes sin experiencia podría ser una vía.

7. Ningún candidato ha propuesto legalizar las drogas para acabar con el problema del narcotráfico. Les da miedo asumir posiciones cuando saben que no existe otra forma de acabar con un flagelo que, por sus ingresos exagerados, genera violencia y deja miles de muertos al año.

8. Ningún candidato, salvo la fórmula Polo/UP, ha propuesto devolver el poder adquisitivo a los trabajadores. Como tienen compromisos con los grandes empresarios e industriales del país, se dedican cada diciembre a regatear cinco mil pesitos a quienes devengan el salario mínimo.

9. Ningún candidato ha propuesto quitar los candados a los mecanismos de participación ciudadana, para que los colombianos de a pie podamos proponer leyes sin vivir un calvario o revocar a los políticos corruptos sin morir en el intento.

10. Ningún candidato habla de cultura ciudadana. Es penoso ver cómo nos agredimos en las calles sin el menor respeto por los peatones, los niños, los animales. Penoso ver como destruimos bosques y playas sin el menor asomo de conciencia. Penoso que la mayoría de colombianos vivamos como primates por falta de políticas tan sencillas y tan baratas. Penosos nuestros niveles de lectura comparados con el resto de países del mundo. Penosa la falta de espectáculos culturales al alcance económico de los menos favorecidos.

11. Ningún candidato ha propuesto acabar con las mafias de la contratación y quitar a alcaldes y gobernadores la potestad de contratar y hacer compras para impedir que el dinero de nuestros impuestos se siga escurriendo hacia las fortunas de unas cuantas familias. No pueden hacerlo porque los contratistas, algunos de ellos congresistas,  con testaferro, aportan a sus campañas dinero y votos.

Por estas y otras razones no creemos en los candidatos. Sabemos que cualquiera de ellos solo continuará el estado de cosas. Son más de lo mismo. Los escándalos en las campañas de los últimos días, que curiosamente los treparon en las encuestas en vez de bajarlos, nos demuestran que ninguno está llamado a gobernar con decencia, ninguno está capacitado moralmente para hacer el cambio que anhelamos los colombianos. No tienen la independencia para dar un vuelco a esta nación. Están manchados. Son sucios. Llegarán a la presidencia a seguir amasando poder o para representar los intereses de sus amigos poderosos. Jamás los del pueblo. Así las cosas lo último que podrían proponer los candidatos sería decir la verdad. De modo que el voto en blanco aparece como la única opción de voto digno en estas elecciones.

Ñapa: Mientras terminaba esta columna la revista Semana hizo público el video en el que el candidato Zuluaga se entrevista con el hacker Andrés Sepúlveda, empleado de su campaña. Lo que hablan es muy grave. Una persona decente renunciaría inmediatamente. Primero porque dijo que nunca había ido a esa oficina. Segundo porque cuando apareció el video en el que lo vemos entrar, Zuluaga dijo que había ido a saludar a la gente de su campaña. Mentiras, estaban planeando ataques a la campaña de Santos y al proceso de La Habana con información privilegiada a la que solo podría tener acceso un personaje de alto nivel. Podría ser un expresidente. Pero como son las cosas en este país de borregos, el nuevo escándalo lo hará subir otros cinco puntos en las encuestas. #RenuncieOIZ

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