La tulipomanía
Sí, lo leyó bien, ¡dos millones de dólares por un simple bulbo de tulipán! Contrario a la creencia de algunas personas, los tulipanes no son originarios de Holanda, fueron importados de Turquía a finales del siglo XVI por personas adineradas que no dudaban en pagar exorbitantes precios por estas flores.
Los tulipanes representaban un símbolo de elegancia y poder, llegándose a considerar de mal gusto que una persona adinerada no tuviera una colección de ellos. Además, este símbolo de poder fue tomando fuerza en las clases medias hasta que todo el mundo empezó a hablar de ellos, de los elevados costos que podían llegar a tener y empezaron a comerciar con ellos.
Fue tal la importancia que tuvieron que se cuenta que un rico comerciante había pagado por un solo bulbo nada más y nada menos que ¡la mitad de su fortuna! Y no con intención de revenderlo o hacer negocios, sino para conservarlo y causar admiración de sus conocidos.
Además, en 1634 eran tan importantes los tulipanes que la economía holandesa se enfocó en su comercio, desde las clases más bajas a las más altas, y mientras más aumentaba la manía, más subian los precios de las flores.
Por ejemplo, la especia más valiosa, Semper Augustus, se consideraba un regalo conseguirlo en 5.500 florines, el equivalente a 36 años de salario promedio de un holandés de la época. Si tomamos el salario promedio de un estadounidense en $55.000 dólares anuales, un solo bulbo de esta especie costaría poco menos de dos millones de dólares, una verdadera locura.
Lo que podía costar una sola raíz de tulipán
Si dos millones de dólares no fueron suficientes por un bulbo de tulipán, registros de transacciones de la época revelaron que por una raíz de una rara especie se hizo el siguiente intercambio:
- 4 toneladas de trigo
- 8 toneladas de centeno
- 4 bueyes grandes
- 8 cerdos gordos
- 12 ovejas grandes
- 2 barriles de vino (de 500 litros c/u)
- 4 toneladas de cerveza
- 2 toneladas de mantequilla
- 1/2 tonelada de queso
- 1 cama
- 1 traje completo
- 1 taza de plata
El precio de la tulipomanía
En 1636, el comercio de los tulipanes llegó a su tope máximo. Esto hizo que se empezara a especular con su precio. Muchas personas se hicieron ricas de repente y corredores de bolsa aprovechaban los cambios en los precios manipulando el mercado para su beneficio.
Se pensó que esta bonanza económica sería para siempre y que Holanda sería un paraíso de personas ricas. Además, atrajo inversores extranjeros a tranzar con los tulipanes, inyectándole grandes cantidades de dinero a la economía holandesa, generando una inflación altísima, elevando los precios de artículos de primera necesidad, casas, terrenos, caballos y carruajes.
Después de mucho comerciar, algunas personas se dieron cuenta de que se había creado una enorme burbuja económica, que estaba cercana a estallar, motivo por el cual empezaron a vender y los precios empezaron a caer exageradamente. Los vendedores se quedaban con flores que nadie quería y ni siquiera los compraban a la cuarta parte de su precio inicial.
El miedo se apoderó de repente y muchas personas de la clase noble y alta vieron cómo sus fortunas quedaban reducidas al valor real de los tulipanes, un florín a cambio de unos cuantos bulbos. La caída de los precios de los tulipanes no solo llevó a miles de personas a la ruina, sino que también provocó una enorme y larga crisis financiera en el norte de Europa.
No todo lo que reluce es oro
Puede que la manía por los tulipanes suene bastante graciosa y alejada de la realidad, pero demuestra cómo las masas se comportan ante fenómenos económicos que posiblemente, por su desconocimiento o sus ansias de dinero fácil y rápido, llegan a convertirse en burbujas financieras, que no solo los llevan a la bancarrota, sino que generan crisis económicas regionales y mundiales.
Por eso es muy importante que cada persona, antes de invertir o entregar su dinero a personas que prometen el cielo y las estrellas (más en tiempos de pandemia donde las personas no afrontan sus mejores momentos económicos), llámese pirámides, mándalas, multiniveles y hasta el mismo trading*, investigue y tome decisiones financieras de manera inteligente y no porque todo el mundo está invirtiendo en ellas.
*No tengo nada en contra del trading, es más, lo práctico hace más de 4 años. Sin embargo, hay personas, grupos y hasta los mismos brokers que ofrecen ganar grandes cantidades de dinero en muy poco tiempo y con una pequeña inversión, realidad completamente alejada de este mundo. Por algo es que las estadísticas arrojan que más del 80% de los pequeños inversores que practican el trading pierden su dinero.
