¿Le confiaría su pequeño hijo a Vidal, a Neymar o a James?
Opinión

¿Le confiaría su pequeño hijo a Vidal, a Neymar o a James?

Por:
junio 24, 2015
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Más allá de si la Selección Colombia está jugando bien, de si está rindiendo lo debido, de si está dando los resultados esperados, hay algo que poco hemos destacado de sus jugadores, aunque lo sabemos: son seres humanos centrados, responsables, entregados, luchadores y autocríticos; unas buenas personas.

En esta sociedad global que clama y se deja guiar por sus ídolos, tan importante como mostrar resultados profesionales lo es exhibir compostura, seriedad, amor patrio y, por sobre cualquier cosa: valores.

Las encuestas de opinión pública diseñadas por los gringos para medir la confianza en una empresa, un producto o un personaje parten de situaciones básicas pero fundamentales. Por ejemplo: ¿A quién de estos personajes (le muestran a usted una lista), le daría a manejar su salario por un día? Nada fácil. Aquí vendría entonces la pregunta, ¿a quién le confiaría su pequeño hijo: a Vidal, a Neymar o a James?

En el tema que nos ocupa hoy, tendríamos que referirnos a cuáles personajes son hoy ídolos de nuestros hijos; cuáles les sirven de modelo a seguir. Los más visibles, sin duda, son los futbolistas, es inevitable. Mirémoslos entonces como seres humanos. Por lo general, son muchachos crecidos en barriadas, casi todos con carencias económicas muy grandes, pero no todos con carencias de valores porque tienen padres que les han mostrado ejemplo de lucha desde el tesón del oficio más humilde y que sin mucho dinero les han dado formación de casa, amor y han creído en ellos. Son jóvenes guerreros que antes de correr detrás de un balón, le hicieron el quite a las dificultades.

Me preocupa terriblemente la forma como hemos condenado a nuestra selección y a algunos de sus jugadores en particular. Que James ha jugado mucho y está sin piernas (bueno, yo se las veo muy bien…); que Zúñiga, Armero, Murillo, Zapata venían de estar lesionados y sin mucho fogueo; que Van Gaal tenía razón en tener en la banca a Falcao… En fin…¡Qué crueldad!

Qué decir de las críticas a Pékerman porque nadie entiende por qué puso a todos los anteriores, pero más allá de lo técnico, su actitud me recuerda a la tribu africana sawabona. Sus integrantes creen que cada persona viene al mundo como un ser bueno y que en su búsqueda de seguridad, amor, paz y felicidad se equivoca. Entonces, cuando esto sucede, lo llevan al centro de la aldea y toda la tribu lo rodea. Durante dos días, le dicen todo lo bueno que ha hecho, porque ven su error como un grito de socorro. Le dan la oportunidad de reconectarse con quien es realmente. Lo empoderan. Eso es lo que ha hecho Pékerman.

Sawabona quiere decir: “yo te respeto, yo te valoro. Eres importante para mi”. ¿Es eso lo que hemos hecho con Falcao realmente? ¡No! Encima de que se mamó las humillaciones del cretino de Van Gaal, ahora nosotros lo estamos condenando por no darle tiempo para recuperarse de la lesión más difícil que un futbolista puede sufrir. Mejor dicho, somos su nuevo Van Gaal.

Qué mejor referente para nuestros hijos que una selección conformada por seres humanos buenos, que se equivocan, que enfrentan sus errores, que se caen, que se levantan y que siguen en la lucha. Unos muchachos millonarios en su mayoría pero aplomados, que no han perdido los estribos, que han sabido ocupar su lugar como integrantes de una sociedad a la cual hay que darle ejemplo, y no han mostrado las peligrosas señales de desadaptación de Vidal y de Neymar. ¿Saben por qué? Porque están bien rodeados y se han dejado orientar por el camino del bien; porque tienen bases morales, valores.

Qué importa que nuestros hijos no sean a futuro los grandes futbolistas, o los grandes patinadores, o los grandes beisbolistas, o los grandes del deporte que sea, si a través del juego están aprendiendo a ganar, a perder, a valorar el esfuerzo, a respetar al adversario, a ser gente de bien. Unos llegarán, otros no, pero lo que es seguro es que así todos alcanzarán un mismo objetivo: ser ciudadanos correctos desde donde sea, enfrentando la vida como corresponde.

Oigan, entiendo que después del Mundial tenemos razones más que suficientes para esperar más de la selección, que un campeonato es para ganar y que todos soñamos siempre con el triunfo pero desde la integralidad. Unas se ganan y otras no. Lo importante es que las personas conserven su esencia. ¿O creen que Brasil está feliz con los siete goles que le metió Alemania?… Y ahí están los cariocas rodeando a su equipo.

Como todos ustedes he sufrido, me he quejado, he gritado de susto (porque doy alaridos como la que más) y hasta me he vuelto técnico en los partidos, pero nada me hace sentir más orgullosa de mi Selección Colombia que los seres humanos, las buenas personas que la integran. ¡En últimas, es lo que más vale!

¡Hasta el próximo miércoles!

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