¿Latinoamericanos que votaron por la derechista Le Pen? Sí, y estas sus (reveladoras) razones

¿Latinoamericanos que votaron por la derechista Le Pen? Sí, y estas sus (reveladoras) razones

Miradas de cuatro latinoamericanos que desde sus perspectivas votaron convencidos a Le Pen. Migración, inseguridad, desorden en ayudas sociales, entre las razones

Por: Santiago Ospina
abril 25, 2022
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¿Latinoamericanos que votaron por la derechista Le Pen? Sí, y estas sus (reveladoras) razones

Son latinoamericanos y votan por la extrema derecha en Francia.

Este domingo muchos extranjeros con nacionalidad francesa participaron en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Francia. Marine Le Pen, líder de la extrema derecha en este país, se enfrentó a Emmanuel Macron (al final vencedor en las encuestas). Cuatro latinoamericanos cuentan por qué dieron su voto a Le Pen.

Hace 20 años, un 21 de abril de 2002, el líder de la extrema derecha en Francia, Jean Marie Le Pen, se clasificaba por primera vez a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de este país. Le Pen obtuvo 16,86% de los votos, frente a Jacques Chirac, quien obtuvo 19,88%.

La posibilidad de que Le Pen se convirtiera en presidente de Francia hizo conmocionar este país. Surgió entonces el “frente republicano”, un cordón sanitario compuesto por todos los adversarios de la extrema derecha gala, quienes se unieron para derrotar al exmilitar Le Pen. En la segunda vuelta, que tuvo lugar un tenso 5 mayo, Chirac llegó a la presidencia alcanzando 82,2%.

Le Pen obtendría finalmente un 17,8%. A pesar de que Jean Marie Le Pen abandonó sus ambiciones presidenciales hace más de 15 años, gracias a su hija, Marine Le Pen, su movimiento nacionalista no ha parado de crecer. Su estrategia ha consistido en limpiar su partido y sus ideas en todos los sentidos de la palabra. Así pues, Marine Le Pen ha ido pasando de un discurso ultra radical a un discurso más moderado.

Esta estrategia de normalización del partido de extrema derecha parece estar dando frutos. Sin embargo, analistas coinciden en que Marine Le Pen solo ha cambiado la fachada y el discurso, no sus ideas ni sus verdaderas intenciones.

En 2017, la candidata nacionalista obtuvo en la primera vuelta 21,30% de los votos, detrás del europeísta Emmanuel Macron, quien obtuvo 24,01%. En la segunda vuelta, Emmanuel Macron se convirtió en presidente de la República Francesa tras llegar a 66,10% de los sufragios frente al 33,9% alcanzado por Marine Le Pen. Como en 2002, el “frente republicano” derrotó a la extrema derecha.

En 2022, cinco años después, los dos finalistas de las elecciones galas vuelven a ser los mismos. El 10 de abril pasado, Macron obtuvo 27,84% de los sufragios, Le Pen 23,15% y Jean Luc Mélenchon (izquierda) 22%.

Estos resultados demuestran que el voto por Emmanuel Macron, por la izquierda y por la extrema derecha sigue creciendo en Francia. En el caso de esta última, hay que tener en cuenta que el crecimiento ha sido mayor que el de los otros movimientos ya que este año surgió otro candidato ultra radical, Éric Zémmour, quien obtuvo 7,1% de los votos en la primera vuelta. Con Zémmour y Le Pen la extrema derecha alcanza 30% de los sufragios en la primera vuelta.

En esta coyuntura, cabe preguntarse qué razones llevan a los latinoamericanos con nacionalidad francesa a votar por un partido nacionalista que tiene como banderas principales la lucha contra la inmigración y la soberanía francesa frente a Europa. Una peruana, una mexicana y dos colombianos aceptaron responder de manera anónima a algunas preguntas.

LAURA**
Laura obtuvo la nacionalidad francesa por naturalización gracias a su matrimonio. Es profesora de francés. No vive e la región de París. En 2012 votó por François Hollande (Partido Socialista) y en 2017 por Emmanuel Macron (partido En Marche). En las elecciones de este año decidió votar por Marine Le Pen.

¿Por qué vota usted por Marine Le Pen?
Laura:
Yo soy profesora de francés y antes de la crisis del Covid, trabajaba en un instituto de lenguas donde la mayoría de los estudiantes eran asiáticos. Ellos venían a estudiar francés para poder entrar a la universidad. En 2020 me despiden por razones económicas porque ya no venían extranjeros a estudiar, entonces empiezo a laborar en una fundación que trabaja con Pôle Emploi (el servicio público de empleo estatal).

Esa fundación trabaja principalmente con refugiados y asilados políticos en temas de inserción profesional. Pôle Emploi les paga el curso de francés para que puedan aprender la lengua, integrarse y encontrar un trabajo. Es ahí cuando empiezo a entender cuál es la realidad del tema de las ayudas en este país. A mí me parece que las ayudas a los extranjeros están perfectas, pero hasta cierto límite.

Yo creo que Francia tiene un problema con la cantidad de gente que han dejado entrar y quizá no tiene el poder económico para poder seguir solventando todo lo que solventa, porque les pagan el curso de francés, a casi todos ellos les dan un subsidio mensual de 450 euros y encima les dan vivienda social.

Entonces, ahí fue donde yo vi gente que venía básicamente solo por el dinero. Francamente, me pareció un abuso porque había gente que solo venía al curso y que al final del mes, juntando todas las ayudas, tenían más ingresos que yo como su profesora. Además, había mujeres musulmanas que venían al curso solo para tener los subsidios porque ellas mismas te decían que al final no iban a trabajar ya que sus maridos no las dejan. ¿Cómo es posible que aquí haya gente que lleva viviendo diez o quince años y no hable francés? Entonces a mí me parece que ahí hay un problema muy grave.

Nosotros somos una familia de clase media. No queremos ayudas, pero tampoco tenemos derecho a ningún subsidio. Nosotros pagamos todos los impuestos y el hecho de ver que haya tanta gente que se aprovecha del sistema fue la razón por la que dije basta. Aquí tienen que regular el sistema porque si no, va a explotar.

¿Antes de llegar a Francia usted conocía esas situaciones? Laura: No, yo eso lo he descubierto aquí. A mí Francia no me generaba ningún interés. Mi idea no era venir a vivir aquí. Llegué aquí por circunstancias extraordinarias de la vida. Entonces no tenía idea porque lo que te enseñan en los libros y lo que yo les contaba a mis alumnos en Perú como profesora de francés no tenía nada que ver con lo que es la realidad aquí.

¿Usted qué piensa del candidato de la izquierda, Jean Luc Mélenchon?
Laura: En el Perú está bien el socialismo, pero aquí ya se fue al otro lado.

¿A qué se refiere?
Laura:
Todo lo que propone Jean Luc Mélenchon está perfecto. Trabajar 32 horas y tener un sueldo más alto, pero ¿de dónde va a sacar el dinero para financiar todo eso? El Perú es un país básicamente capitalista, de libre mercado, imperial como USA, donde no existe ninguna política social y todo se paga: la educación, la salud.

Por ejemplo, el subsidio de desempleo no existe. Gente que no tiene ningún ingreso puede morir literalmente de hambre o por falta de atención médica. En el Perú, jamás voté por ningún Fujimori, siempre voté contra ellos en segunda vuelta. Las dos últimas elecciones voté por Verónika Mendoza en primera vuelta, la izquierda moderada peruana, que preconizaba programas sociales para los más necesitados y el reconocimiento de los derechos LGTB+, como el matrimonio igualitario o el derecho de herencia para parejas LGTB+ o la despenalización del aborto.

En segunda vuelta, voté por Castillo, la extrema izquierda radical para impedir que saliera elegida Keiko Fujimori. Me parece que el tema viene más de la situación del país que del hecho de ser de derecha o de izquierda. Francia es un país donde existen muchas políticas sociales y me parece perfecto, pero creo que hay demasiada gente que se aprovecha de eso, tanto franceses como extranjeros, y que se debe tener un mejor control para que las ayudas vayan directamente a los necesitados.

El tema de la inmigración en Francia es que no hay políticas para controlar el número y garantizar una buena inserción al sistema. Si tomamos el caso de Canadá o Australia, podemos constatar que existen políticas muy bien desarrolladas, donde hay límites por año y según la profesión y actividad económica que necesitan, y ciertos requisitos antes de la llegada del inmigrante al país como, por ejemplo, la justificación de un nivel mínimo de A2/B1 del idioma. La parte social está estupenda siempre y cuando vaya dirigida y controlada adecuadamente. Puedes oír gente en Francia que te dice abiertamente que prefieren vivir de las ayudas que ir a trabajar por 100 euros de más al mes.

Entonces, concretamente, ¿qué es lo que la motiva a votar por Marine Le Pen?
Laura: Básicamente, voy a votar contra Macron. Me parece que él no ha hecho nada para regular la migración. Yo no digo que haya que acabar con la migración, lo que digo es que hay que regularla, poner criterios más específicos y controlar las ayudas que se dan. Además, me molesta todo lo que ha hecho en contra de la educación y cómo menosprecia a los profesores.

Y, ¿usted conoce el programa de Marine Le Pen? Laura: Conozco el programa de ambos a grandes rasgos. De todas formas, en las elecciones legislativas Le Pen no va a tener mayoría. Es imposible. Entonces no va a poder gobernar. Macron sí puede tener mayoría. Lo que me interesa sobre todo es el tema de la migración.

DIEGO
Diego es un ingeniero de 36 años. Lleva más de diez años viviendo en Francia. Está casado con una francesa, con quien tiene dos hijas pequeñas. Dice que es de izquierda. En la primera vuelta de estas elecciones votó por Jean Luc Mélenchon, el candidato de la izquierda que quedó en tercera posición con el 22% de los sufragios. Respondió a las preguntas por escrito.

¿Por qué va a votar por Marine Le Pen en la segunda vuelta?
Diego:
Voy a votar contra Macron porque Francia desde su mandato ha sufrido mucho. Acabó con las ayudas para los estudiantes. El sistema de seguridad social para los estudiantes fue eliminado. Aunque haya eliminado el impuesto a la vivienda que deben pagar los arrendatarios, el impuesto a los propietarios de bienes raíces subió. También porque las políticas en cuanto al desarrollo en salud van en declive con disminución de puestos de enfermeras, el cierre de unidades de cuidados intensivos y el número de camas. También ha tenido políticas que afectan a la calidad de la educación en Francia. Por ejemplo, el cierre de grupos en las escuelas. En seis años, en las escuelas de mis hijas han cerrado dos grupos por año más o menos. Entonces hay más niños y menos profesores.

¿Cree que va a ganar Marine Le Pen?
Diego: No

¿No les teme a las consecuencias que haya si llega a ganar ella?
Diego: No, porque luego vienen las elecciones legislativas y, así como ahora todos van a votar contra Marine Le Pen en la segunda vuelta, y no necesariamente por Macron, si Le Pen gana la presidencia, en las legislativas todos van a votar en contra de ella.

Jean Luc Mélenchon dijo que no había que dar ni un voto a la extrema derecha.
Diego: Opino que, de todas maneras, él y Marine Le Pen son diametralmente opuestos, y la izquierda nunca va a apoyar a la extrema derecha. Además, yo no voto por quien me digan. Toca hacerse su propio criterio. Jean Luc Mélenchon jamás hubiera dado su apoyo oficial a Marine Le Pen porque sería una incoherencia con sus ideales.

CARMEN
Carmen vive en Francia desde hace más de 15 años. No vive en la región de París. Conoció a su marido en México y llegó a este país por amor, no porque quisiera buscar nuevos o mejores horizontes. Obtuvo la nacionalidad francesa por naturalización. En Francia hizo una maestría en administración de empresas. Antes trabajaba por cuenta propia, pero en 2020 tuvo que cerrar su empresa pues los productos que vendía ya no eran competitivos frente a los productos chinos. Así que actualmente está buscando trabajo.

¿Por quién votó en la primera vuelta de estas elecciones?
Carmen:
Yo voté por Nicolas Dupont-Aignan (un candidato de derecha que sacó 2,1% en la primera vuelta y que se declara seguidor de las ideas de Charles de Gaulle, republicano, soberanista y defensor del estado-nación). En Francia, a los candidatos que alcanzan un cierto porcentaje les devuelven el dinero gastado en la campaña. Por eso, en la primera vuelta siempre voto por partidos pequeños. Si soy coherente, tengo que decir que soy de derecha. La primera vez que pude votar en Francia lo hice por Nicolas Sarkozy. En las elecciones de 2017 estaba indecisa, pero después de ver el debate entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen decidí votar por Macron. La manera como se expresó Le Pen me dejó fría. Me di cuenta de que no estaba lista. Entonces, yo soy más de derecha que de extrema derecha.

Y, ¿por qué va a votar por Marine Le Pen esta vez?
Carmen:
Yo voy a votar por Marine Le Pen porque considero que mis ideas concuerdan con las de ella. En Francia se les está olvidando ser nacionalistas. En mi país, todos los lunes se hace honores a la bandera, se les enseña a los niños a saber de memoria su himno nacional y tienes que amar tu patria. Tienes que decir ¡Doy todo por México! Y aquí en las escuelas no es así.

Los niños desde chiquitos no saben lo que es La Marsellesa. Es más, hay niños que ni siquiera saben cuál es la bandera francesa. Uno de mis choques más grandes ocurrió cuando mi hijo entró en el kínder. La mitad de los niños de esa escuela de gobierno no hablaba francés, sino otros idiomas. Mi marido les habla en francés a mis hijos y yo les hablo en español. Mis hijos tienen que amar tanto a Francia como a México. Y yo he visto mucha gente que habla como si su casa fuera un país extranjero.

Para mí, mi casa es aquí, Francia. Claro que soy mexicana y amo mi país, pero mi casa es esta. Amo a Francia, este país me adoptó y por eso estoy aquí. Muchos extranjeros vienen aquí y no quieren implicarse. En México decimos: al pueblo que fueras, haz lo que vieras. Y hay muchos extranjeros no tienen esa idea. Al contrario, parece que su lema es: “vayas donde vayas, impone tu religión y tus ideas”.

Yo no estoy de acuerdo con eso y cada vez lo viví más en las escuelas. Yo tuve un problema muy fuerte con la mamá de un amigo de la escuela de mi hijo. Eran musulmanes. Los niños iban a un picnic y yo le empaqué un sándwich de jamón a mi hijo. El hijo de una señora con la que yo me llevaba bien empezó a decirle a mi hijo que los que comen jamón son cerdos. Mi hijo quiso dejar de comer jamón.

Luego me empezó a preguntar si lo que yo le daba de comer era halal y yo ni sabía qué significaba halal. Los amigos le estaban diciendo lo que tenía que comer y lo que no. Entonces yo fui a ver a la mamá del amigo de mi hijo para decirle que su hijo no tenía por qué decirle esas cosas a mi hijo. Y ahí tuvimos un incidente muy fuerte y ella empezó a hablar en público de eso. Entonces llegó a oídos de la directora y tuvimos que ir a la escuela. La señora nos dijo que yo no podía entrar a la escuela con mi crucifijo y que la otra mamá no podía llevar velo. Yo no tuve problema en quitarme la cruz mientras que la otra mamá no pudo quitarse su velo y explotó. Fue todo un problema.

Por eso cambié a mi hijo de la escuela pública a una privada católica. No había respeto. Y es gente que para mí no tiene ni siquiera derecho de estar aquí. Siento que a Francia le faltó poner reglas y orden en ciertas cuestiones y ahora se les está escapando de las manos. Ahora, en el contexto actual de la guerra en Ucrania, uno ve el nacionalismo de los ucranianos. Si hubiera una guerra en Francia, yo creo que este país se quedaría sin la mitad de la gente. Aquí solo vienen para aprovechar las cosas buenas.

¿Cuáles son esas cosas buenas que tiene Francia?
Carmen:
Para mí, comparado con México, el seguro social, que aquí es muy bueno. También el subsidio de desempleo. En un momento dado mi marido se quedó sin empleo y recibió esa ayuda. Si no la hubiéramos recibido, a lo mejor habríamos tenido que vender el departamento y hubiéramos estado en una situación muy difícil. Todas esas ayudas sociales, que son más de izquierda que de derecha, son increíbles.

¿A qué se refiere exactamente?
Carmen:
Pues, todo ese tipo de ayudas se han creado cuando Francia ha tenido gobernantes de izquierda y eso es una gran ganancia. Por eso es que me gustaría darle una oportunidad a Marine Le Pen porque siempre se les ha dado la oportunidad a todos. Ha habido gobernantes de izquierda y de derecha. ¿Por qué no uno de extrema derecha? Ya pasó en Estados Unidos. Incluso Estados Unidos está mejor. ¿Por qué no podría suceder en Francia? A Marine Le Pen no hay que juzgarla por su padre o por las ideas de su padre.

Y, si las medidas sociales son de izquierda, ¿a usted no le da miedo que ella las acabe?
Carmen: Sí, claro que va a terminar con las ayudas sociales, pero para quien no se las merece. Es decir, un extranjero que no ha trabajado, que no ha hecho cosas aquí o un extranjero que solo viene por esas ayudas. Un extranjero que llega legalmente aquí, que trabaja y hace las cosas bien, puede tener esas ayudas.

Entonces, usted no quiere que quiten las ayudas, sino que las regulen y que se las den a quien las necesita.
Carmen:
Exactamente. O que no nos hagan pagar impuestos para financiar esas ayudas. Yo tenía una empresa y durante dos años no gané nada. A pesar de eso, tuve que pagar impuestos para financiar la solidaridad. Entonces, habría que dejar de exprimir a los que trabajamos. Yo no tenía de dónde pagar lo que me estaban cobrando.

Hay gente que teme que Francia se vuelva un país autoritario, incluso una dictadura, si alguien como Le Pen llega al poder. ¿Usted le teme a eso?
Carmen:
Para nada, por Dios. Aquí no va a haber una dictadura. Estamos en un país constitucional. Marine Le Pen no tiene poder para cambiar la Constitución. Pero hace falta autoritarismo, mano dura. Que haya más autoridad y más respeto a los policías. En mi época en México, tú veías un policía y te cuadrabas inmediatamente. Y eso es lo que necesita la gente, los jóvenes. Tener un poquito de miedo para respetar más.

¿Miedo a la policía?
Carmen:
Miedo a las consecuencias. Actualmente, los jóvenes no tienen miedo a las consecuencias porque pasan una noche detenidos y al otro día los liberan. Y me refiero a todos los jóvenes, franceses y extranjeros. Porque a los franceses les gusta salir a manifestar y terminan rompiendo cosas. Entonces, a mi gusto, hace falta una mano más dura. Y no va a pasar nada, como en Estados Unidos. En cinco años se vuelve a votar y escogen a otro presidente.

¿Usted tiene amigos latinoamericanos aquí? Si sí, ¿cómo piensan ellos?
Carmen:
Hay de todo. Tengo varias amigas. Por ejemplo, el esposo de una es policía entonces sabe todos los peligros y los riesgos que corre. Tienen dos hijos y ella quisiera más estabilidad para ella y su familia. El esposo de otra trabaja en la aduana y ella sabe cómo son las cosas ahí en la aduana y todas las cosas que pasan por ahí. Entonces yo sé que estas dos amigas piensan relativamente como yo. Pero también tengo otros amigos que son muchísimo más de izquierda y que incluso invitan a manifestar. Hace un tiempo, cuando Obrador no ganó hace más de diez años, hicieron manifestación en el centro de la ciudad porque decían que le habían robado las elecciones. Tengo amigos de ambos lados.

Hay latinoamericanos que dicen que los extranjeros que votan por Marine Le Pen son traidores. ¿Qué piensa usted de eso?
Carmen:
¿Como en Estados Unidos con Trump? Pues cada uno habla según como le fue en la feria. Lo siento, pero ni Estados Unidos, ni Francia, ni ningún otro país tendría que recibir a la miseria humana. Yo hace años llegué a Francia y me tocó hacer fila y pasar horas y horas en la prefectura. No por eso voy a decir que quiero que las cosas sean más fáciles o incluso más difíciles para los migrantes. Tú llegaste en otras circunstancias, a lo mejor diferentes de las mías, pues échale ganitas porque las cosas no son fáciles para nadie ni ahora ni antes. Es muy fácil estirar la mano sin dar nada a cambio. Pues no. Y ese es el problema con muchos de los latinos y de los que se van al extranjero en general. Hay gente que se va de su país y las cosas no les resultan como habían pensado. Entonces se regresan diciendo lo peor del país, o se quedan y hablan también mal del país.

¿Por qué no votó por Éric Zémmour?
Carmen:
Va a sonar estúpido lo que le voy a decir, pero no voté por él porque él quería cambiarles los nombres a los extranjeros. Yo me llamo Carmen y estoy orgullosa de ser Carmen. Y mi hija se llama Carmen. Y no voy a cambiar mi nombre. Tampoco voté por él porque Marine Le Pen sabe disimular. Eric Zémmour no disimula nada. Es mucho más radical y no hace ningún tipo de esfuerzo. Además, Marine es mujer. Vamos a ser feministas. Primero, esperemos que una mujer tenga un poquito más de razón. Segundo, es la tercera vez que se presenta. No viene de la nada. Viene de una familia política. Su padre también. Zémmour tiene razón en muchas cosas. Sí, salió de la televisión, pero, ¿de dónde chingados viene el güey? La gente lo empezó a apoyar, pero tampoco hay que hacer las cosas así. Entonces me voy con Le Pen porque por lo menos tiene un poquito más de historia.

¿Usted por quién vota en México?
Carmen:
Yo voté por Fox y por Enrique Peña Nieto a distancia. Y no recuerdo por quién más. La verdad, no me llegaron los documentos. Hubo un problema grande porque a mucha gente no nos llegaron.

Pero, ¿usted hubiera votado por Obrador?
Carmen:
Tenía yo una gran duda… Porque justamente es a lo que me refiero. Hay muchas ayudas aquí que en nuestros países no existen y que los que las han dado son de izquierda. No estaría mal que en nuestros países existieran esas ayudas. Por ejemplo, el subsidio de desempleo. Son circunstancias diferentes. En Latinoamérica a veces hace falta más izquierda.

Usted votó en 2017 por Macron, pero inicialmente quería votar por Le Pen. ¿Por qué no se abstuvo?
Carmen:
Yo quería votar por Le Pen, pero le fue muy mal en el debate. Al final voté por Macron porque era su primera vez y quise darle una oportunidad. La gente tenía fe, mucha fe. Y él estaba mucho más en el centro. De hecho, podríamos decir que Macron no es de izquierda. Tiene más ideas de derecha que de izquierda. Ahora con Marine Le Pen, ¿por qué votar todos contra ella? Hay que darle una oportunidad. Si en Estados Unidos le dieron una oportunidad al güerito loco, por qué no darle una oportunidad a ella. Total, en cinco años se va si no la quieren.

¿Qué balance hace del mandato de Macron?
Carmen:
Pues, con el Covid no le fue muy bien. Le tocó un periodo muy duro y no todas sus decisiones fueron buenas. Estuvo mucho tiempo esperando que Europa decidiera. Por ejemplo, sobre las vacunas y el cierre de fronteras. Entonces se llevó varias cachetadas por estar pensando primero en Europa. Italia y Alemania actuaron primero.

Hay un temor de que Marine Le Pen saque a Francia de Europa. ¿Qué opina?
Carmen: Hace muchos años, antes del Euro, vine a estudiar economía a España y un profesor nos dijo muy entusiasmado que Europa con el Euro iba a ser una maravilla. En esa época solo había cinco países en la Unión Europea y era maravilloso, tal como nos lo pintó mi profesor. Actualmente son 27 países y, como ya lo dije, no es posible. A lo mejor en una familia puedes ayudar a tres de tus hermanos, pero no a 27. Europa ahora ya no es la maravilla que era hace 20 años. Se acabó. Entonces sí habría que cambiar muchas cosas y un muy buen ejemplo son los que se fueron de Europa. ¿Se puede salir? Sí. ¿Te va a pasar algo? No, al contrario. Que no quieras salir porque eso te da un poco de poder, pues eso ya es otra cosa.

MÓNICA
La madre y parte de la familia de Mónica fueron asesinados en Colombia en los años 90. Su progenitora trabajaba comprando votos para políticos corruptos. Mónica estaba muy joven y no sabía ni entendía nada de las actividades ilícitas de su mamá. Tuvo que salir huyendo de su país. Llegó a Francia con su hijo de cinco años. Siempre ha trabajado y ahora tiene seis hijos, de los cuales cuatro son aún menores de edad. Estuvo casada con un francés musulmán y ahora está con un francés ateo.

¿Por qué va a votar por Marine Le Pen?
Mónica:
Yo viví diez años en un barrio popular de las afueras de París. Mis hijos se estaban criando ahí y yo me cansé de la inseguridad. A mis hijos los habían agredido y a mí ya me habían atracado varias veces yendo al supermercado que estaba a dos cuadras de mi casa. Entonces decidimos irnos al campo, a las afueras de la región de París. Queríamos darles protección a nuestros hijos. El detonante fue lo que ocurrió una vez en la escuela de uno de mis hijos, que en esa época tenía cuatro años y medio.

Yo soy colombiana y su papá es francés. En la entrada de la escuela estaba un señor musulmán que llevaba una túnica larga y mi niño le preguntó por qué llevaba esa ropa. Nosotros somos de otra cultura y mi niño nunca había visto a su papá vestido así. Entonces, inocentemente, se le ocurrió preguntarle por qué él llevaba ese tipo de ropa, pero este señor se lo tomó a mal y comenzó a buscarme. Cuando me encontró, empezó a insultarme. Me preguntaba si yo tenía algo contra los árabes. Yo le dije que no sabía lo que había pasado. Cuando me enteré, le dije que mi hijo era un niño, que por favor le explicara. Fue la pregunta de un niño, entonces yo le expliqué a mi hijo. A partir de ahí el hijo de ese señor se puso agresivo con mi hijo y comenzó a pegarle. Entonces mi hijo, con cuatro años y medio, ya no quería ir a la escuela y ese señor cuando me veía me miraba mal. Ahora vivimos en un pueblo de 800 personas y al principio fue muy difícil adaptarse porque veníamos de la región de París, pero ante todo lo que nos gusta es la tranquilidad.

¿Entonces por eso usted va a votar por Marine Le Pen?
Mónica:
Yo ya llevo años votando por ella. Lo que defiendo es la libertad de expresión, de pensar y de vivir libremente y con seguridad. Mire, ir a las afueras de París se volvió muy peligroso. Al padrino de mi hijo, que es minusválido, lo atracaron con un cuchillo, lo arrinconaron y le robaron 700 euros y nadie hizo nada. Ahora uno en un carro no puede bajar las ventanillas. Cuando yo llegué a Francia las cosas no eran así. Ya en la región de París a veces me siento como en Colombia. Incluso aquí en el campo tuvimos que poner cámaras porque ya nos han intentado robar material que tenemos en la casa. Aquí también está llegando la inseguridad. Entonces, yo no estoy en contra de la inmigración, lo que quiero es que haya más seguridad y respeto.

Usted estuvo casada con un musulmán. ¿Cómo vivió usted esa experiencia?
Mónica: Muy bien. El me respetaba y yo lo respetaba. Era una persona muy abierta. Tuvimos dos hijos juntos y nos divorciamos simplemente porque él estaba más concentrado en el trabajo que en la vida de familia. Yo también estaba con muy ocupada en mi trabajo entonces el amor se fue acabando y tomamos la decisión de separarnos, pero yo no tuve problemas con él por temas culturales. Su familia me quería y me respetaba y yo a ellos. Yo comía su comida y me integraba. Cuando yo cocinaba cerdo para mí, a mi esposo le hacía pollo u otra cosa que él comiera. Yo salía y me iba a bailar con mis amigas sin problema.

Mi papá era profesor y me inculcó el valor del respeto por los demás, su cultura, su religión, su color de piel. Entonces, aquí en Francia se debe respetar la cultura de cada uno. Yo tengo amigas evangélicas que practican su religión los domingos y no le hacen daño a nadie. Yo no estoy contra la cultura. No soy racista. Yo tengo un hijo que es moreno. Tengo amigos que son árabes. Trabajo con colegas árabes con las que me entiendo súper bien. Tengo amigas de todas las confesiones, católicas, musulmanas, budistas. Son rusas, ucranianas, chinas, rumanas. Aquí todo el mundo ataca a los rumanos. Mi fisioterapeuta es rumano. La muchacha que me hace las uñas es rumana. Aquí dicen que son carteristas. ¡No! El que roba, lo hace porque quiere, porque quiere plata fácil y se dedicó a eso. Yo soy extranjera y salí adelante, compré mi casa. El que quiere, trabajando, puede salir adelante.

Y, ¿tiene otras razones para votar por Marine Le Pen?
Mónica:
Sí, también voto por Le Pen porque el costo de la vida, la canasta familiar, la gasolina, han aumentado mucho y los otros partidos no hacen nada. Uno no ve cambios. Entonces yo digo, hay que hacer algo por el futuro de nuestros hijos, por el estudio de ellos. Mis suegros viven en otra región de Francia y toda la vida trabajaron. Él en la construcción y ella de empleada doméstica o en supermercados. Ahora están jubilados y la pensión no les alcanza para llegar a fin de mes. Tienen que pedir comida en los comedores sociales. Nosotros todos los meses hacemos esfuerzos para enviarles dinero para la gasolina del carro porque viven en el campo. Ellos con 65 años no pudieron comprar una casa propia. Entonces, ¿por qué tanta pobreza en este país? ¿Por qué hemos llegado a esta situación? Yo me pongo a pensar y a mí como extranjera me ha ido mejor que a ellos. Entonces muchos franceses piensan que a los extranjeros les dan más que a ellos.

O sea que usted no está satisfecha con el presidente Macron.
Mónica:
Estos cinco años han sido los peores en términos de costo de vida. Y dicen que si vuelve a ganar va a ser peor porque parece que tiene una agenda oculta que por ahora no ha querido revelar. Además, me parece que la crisis del Covid no la supo manejar. Por ejemplo, yo tengo amigas enfermeras que no se han querido vacunar y están sin salario. Entre varias personas hemos tenido que hacer colectas para ayudarlas. Él quiere obligar a la gente a vacunarse.

¿Usted no se ha vacunado?
Mónica:
No, y no lo voy a hacer. Existe la posibilidad de que Macron gane las elecciones, pero, aunque él nos obligue, yo no me voy a vacunar. No confío en una vacuna hecha en tan poco tiempo. Ya he aprendido a vivir sin el certificado de vacuna y así seguiré. Yo decido qué hacer con mi cuerpo. Tomé una decisión personal.

¿Hay algo que no le guste de Marine Le Pen?
Mónica:
Sí, no me gusta que va a quitarle la ayuda médica a los extranjeros. Yo tengo una amiga colombiana de 72 años que no tiene papeles, pero que ha trabajado. Lleva como diez años aquí en Francia. Le dieron dos derrames leves y gracias a la ayuda médica la han tratado y le han hecho seguimiento médico. Entonces, no estoy de acuerdo con que Marine Le Pen les quite esas ayudas a los extranjeros. Que analice caso por caso.


OBSERVACIONES FINALES

Se han presentado cuatro testimonios de personas originarias de tres países de América Latina que votaron en la segunda vuelta de las elecciones de este domingo 24 de abril en Francia. Encontrar estas personas no fue fácil ya que los ciudadanos que votan por la extrema derecha no suelen hablar en público sobre sus posiciones políticas.

A pesar de que se han realizado varias tesis doctorales en sociología sobre los inmigrantes latinoamericanos en Francia, principalmente sobre los colombianos, una de las comunidades más grandes de América Latina en este país, hasta ahora, no existen investigaciones sobre cómo votan los latinos. Por ende, no se sabe a ciencia cierta quiénes votan en Francia, cuántos son, por quién votan y por qué motivos votan por tal o cual candidato.

Estos relatos, que reflejan las representaciones y experiencias vividas por cuatro individuos en momentos y lugares precisos de sus vidas en Francia, son complejos, invitan a la prudencia y no permiten sacar conclusiones definitivas o hacer generalizaciones puesto que se trata de un número muy reducido de historias personales cuyo contenido tiene sin duda una parte de subjetividad. Así pues, lo narrado por las cuatro personas entrevistadas ayuda solamente a hacerse una idea de la realidad en ciertos lugares y contextos de Francia.

Para confirmar o descartar cualquier hipótesis o interrogación que surja a partir de estos testimonios y para comenzar a entender objetivamente lo que mueve a los latinoamericanos a votan en Francia por la extrema derecha y por otros partidos y movimientos políticos, habría que realizar estudios científicos diversos sobre el voto latino en este país. Esas investigaciones tendrían que estudiar, inevitablemente y de manera profunda, las experiencias y representaciones de un número amplio de ciudadanos de todos los países del continente, no solo de Colombia, Perú y México.

** Los nombres fueron cambiados por solicitud de las personas que aceptaron dar sus testimonios.

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