Argentina es un país que a día de hoy afronta una profunda crisis económica: tiene una economía que no despega y una moneda cada día más devaluada. Esto la ha llevado a tomar medidas como reducir el gasto público y pedir salvavidas a los inversionistas y bancos internacionales para poder tener una economía controlada y que la inflación y la devaluación de la moneda no crezcan a niveles incontrolables como ocurre en Venezuela.
Ahora bien, la crisis económica se debió en gran parte por las políticas de gobierno de los Kirchner, quienes en sus años de gobierno aumentaron el gasto público y no permitieron el crecimiento económico, dadas sus políticas proteccionistas al mercado. Esto conllevó a “imprimir billetes” para afrontar la cantidad de obligaciones que tenían y sostener todo el gasto público que año a año se incrementaba. Desde luego cuando Mauricio Macri asumió como presidente intentó dar un vuelco para que la economía tuviera un crecimiento y no se viniera abajo, por lo que empezó a abrir los mercados y gradualmente fue reduciendo las medidas proteccionistas, esto para generar confianza a los inversionistas y que estos pudieran invertir en el país, para no seguir “imprimiendo billetes" que hacían que la inflación aumentara cada día más y estar en el riesgo de terminar con una economía inestable como Venezuela.
Pero a pesar de que Argentina mostró un resurgimiento económico, emitió bonos de deuda pública con intereses atractivos para los inversionistas y demostró cambios paulatinos en la política económica, dichas medidas no fueron suficientes, ya que contaron con la mala suerte de toparse con hechos externos (como la guerra comercial entre Estados Unidos y China) que hicieron que el valor del dólar se disparara al igual que la inflación.
Por tanto, de acuerdo a las elecciones primarias que se llevaron a cabo el pasado 11 de agosto de 2019, las cuales midieron las fuerzas de los votantes para las elecciones de octubre, el kirchnerismo puede volver al poder, lo que ha dejado un miedo latente en los inversionistas y a lo que el mercado ha reaccionado con la devaluación del peso argentino en un 32% frente al dólar, una situación que pone en aprietos Macri dado que los inversionistas piden mayor garantía.
Argentina actualmente depende en gran medida de la inversión extranjera y del flujo de capital que ha ingresado, esto para que su inflación no se dispare a niveles inalcanzables. Pues bien, con la posible vuelta del kirchnerismo todo es riesgo para la Argentina y para los mercados. El miedo de que la inflación se descontrole a niveles de Venezuela, creando más pobreza entre la población, ha generado incertidumbre en el país, tanto por parte del gobierno como de los ciudadanos argentinos.
Los inversionistas han apoyado la política económica de Macri y esto ha llevado a una restructuración total de la política macroeconómica, que se puede ver afectada por el regreso del kirchnerismo. Por tanto es necesario que se dé calma a los mercados por parte de Macri y Fernández. Aún nada está definido, pero todo puede ocurrir en las elecciones del miedo en Argentina. Parece que el mercado puede llegar a ser un factor definitivo en estas elecciones.
