Aunque muchos confían en la música como aliada para concentrarse, no todas las canciones funcionan igual. Un reciente estudio realizado por Preply, plataforma global de aprendizaje de idiomas, analizó el impacto real que tiene la música en la productividad. ¿El resultado? Algunas canciones te impulsan, mientras otras podrían estar saboteando silenciosamente tu rendimiento.
La investigación tomó más de 7.500 canciones de 50 listas de reproducción populares en Spotify con títulos en español orientados al estudio o al trabajo. A partir de ahí, se seleccionaron 40 de las más escuchadas y se sometieron a prueba para medir cómo influían en la concentración, velocidad de escritura y precisión al realizar tareas.
Entre las canciones que más favorecen la productividad aparecen Another love (Tom Odell), Hasta la raíz (Natalia Lafourcade), Locked out of heaven (Bruno Mars) y Rosas (La Oreja de Van Gogh). Incluso canciones bailables como Bailando (versión en español) de Enrique Iglesias y Sesión #53 de Shakira y Bizarrap demostraron ser útiles para algunos oyentes. Un dato curioso es que el 50% de las canciones más productivas están en español y el otro 50% en inglés, lo que demuestra que la diversidad lingüística también puede enriquecer las playlists de oficina.
Pero no todo lo que suena bien ayuda. Según el estudio, temas con ritmos acelerados como Nunca es suficiente (Natalia Lafourcade) o Freaks (Surf Curse), con más de 178 BPM, provocaron una notable caída en la productividad. En promedio, los participantes escribieron menos palabras por minuto y tardaron hasta 26 segundos más en completar tareas. Algo similar ocurrió con Drivers License de Olivia Rodrigo, que afectó tanto la velocidad como la precisión.

En cuanto a los artistas más usados en playlists de concentración, BTS lidera con 116 apariciones, seguido por Coldplay con 104. Canciones como Something just like this o Viva la vida están entre las favoritas de quienes estudian o trabajan con música de fondo. “La música puede liberar dopamina, mejorar la motivación e incluso potenciar la memoria”, explicó Yolanda del Peso, experta de Preply.
Más allá de ayudar a la concentración, la música también puede convertirse en un aliado poderoso para el aprendizaje de idiomas. Escuchar canciones en otros idiomas permite entrenar el oído, mejorar la pronunciación y aprender vocabulario coloquial. ¿Estudias italiano? Storie Brevi de Annalisa puede ayudarte a pronunciar correctamente la “r” y reconocer acentuaciones naturales en palabras como rarissimo o tutte.
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