En un mundo donde la inteligencia artificial (IA), los algoritmos, los deepfakes y la recopilación masiva de datos reconfiguran nuestra realidad, el Derecho —tradicionalmente percibido como una disciplina rígida y conservadora— se ve desafiado a reinventarse. Y la Universidad Icesi, en Cali, ha decidido no quedarse atrás.
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La institución ha emprendido una transformación profunda de su programa de Derecho, integrando la enseñanza de nuevas tecnologías como un componente transversal en la formación de sus estudiantes. Con esta apuesta, no solo prepara a los abogados del futuro para usar herramientas digitales en su ejercicio profesional, sino también para liderar los debates éticos, normativos y sociales que surgen del acelerado avance tecnológico.
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“Estamos en un punto de inflexión. La transformación digital en el Derecho es como las dos caras de una moneda: por un lado, el uso de tecnologías para mejorar el ejercicio profesional; y por otro, el deber de regular esos mismos avances, que ya están afectando derechos fundamentales”, explica Juan Fernando Arenas, director del programa de Derecho de la Universidad Icesi.

La reforma curricular no se limita a una asignatura específica. La transformación digital es ahora un eje que atraviesa toda la carrera. Un ejemplo claro es el curso de Big Data Analytics aplicado al Derecho, que enseña a los estudiantes a usar herramientas de análisis de grandes volúmenes de datos para optimizar decisiones jurídicas, prever tendencias y mejorar procesos legales. Esta materia integra conocimientos técnicos con fundamentos legales, permitiendo una formación más adaptada a los desafíos actuales.
Además, los profesores del Departamento de Estudios Jurídicos reciben capacitaciones continuas en el uso de IA y participan en alianzas con el sector privado, como la Asociación Colombiana de Legaltech. “Nuestro objetivo es que los estudiantes no solo se familiaricen con las herramientas digitales en el aula, sino que también tengan contacto con el entorno real donde estas se aplican”, añade Arenas.
A qué le apuntan
Este enfoque responde a una realidad ineludible: la velocidad del desarrollo tecnológico supera a menudo el ritmo de la legislación. Así, mientras los deepfakes circulan libremente en redes sociales —alterando rostros y voces de figuras públicas como Bad Bunny—, el Derecho apenas comienza a discutir quién tiene la propiedad de una voz generada por algoritmos, o cómo se protegen los datos personales usados para publicidad dirigida.
Frente a este desfase, las universidades se convierten en laboratorios de anticipación normativa. “El Derecho siempre va detrás de la realidad. Las normas se crean cuando ya el problema existe. Por eso, es vital que los estudiantes actuales se preparen para participar activamente en la construcción de esas nuevas reglas de juego”, afirma el profesor.
La visión de Icesi apuesta también por una perspectiva global. Aunque muchos de los desarrollos tecnológicos se originan fuera del país, sus impactos son universales. Por eso, la formación jurídica incorpora una visión comparada del Derecho, preparando a los estudiantes para participar en discusiones internacionales sobre temas como la regulación de la IA generativa, la privacidad algorítmica y los derechos digitales.
La Universidad Icesi está transformando no solo la manera de enseñar Derecho, sino también el perfil del abogado colombiano. Un profesional que ya no puede limitarse al conocimiento normativo clásico, sino que debe ser capaz de interactuar con ingenieros, científicos de datos y tecnólogos para enfrentar los dilemas legales del siglo XXI.
“Los futuros abogados serán protagonistas, no espectadores, en la definición de cómo se regulan las nuevas tecnologías. Y eso comienza en las aulas”, concluye Arenas.
La revolución digital ya está aquí, y en la Universidad Icesi, los juristas del mañana ya se están preparando para escribir sus propias leyes en este nuevo escenario.