El empresario vallecaucano César Caicedo no piensa en otra cosa que en crecer y su producto bandera para la conquista del mundo es el Bon bon bum que acaba de aterrizar en Sierra Leona, Costa de Marfil y Madagascar en África. Son ya noventa los países a donde llegan 170 millones
La estrategia de Caicedo, quien acaba de ser reconocido como el Empresario del año por La República, fue clara. Para llegarle al mundo había que acortar distancias y cambiar de hemisferio. La planta de Colombina en La Paila, junto al ingenio Riopaila, también del grupo familiar, donde se produce la materia prima, en el norte del Valle del Cauca, no podía ser el centro de producción. Puso entonces los ojos en España.
Montó una fábrica de confites en Alcalá de Henares bajo el nombre Sociedad Pierrot, pensada en el mercado europeo, asiático y africano. Otra de las estrategias que le han permitido el imparable crecimiento, el fortalecimiento de sus marcas y la reducción de costos de operación y traslado ha sido la instalación de plantas en otros países.
Y así se ha convertido en la segunda empresa que más vende golosinas en el mundo, teniendo el control de 26% del mercado internacional. Ha triplicado las ventas con utilidades de $156 mil millones.
Con la nueva planta en España la empresa Colombina ya completa siete, cinco de ellas en Colombia y una en Guatemala desde donde controla el mercado centro y norteamericano, un gran jugador para las cuentas anuales de la empresa.
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