El polémico edificio de propiedad de Carlos Urrutia, cedido a la campaña presidencial de Juan Manuel Santos y que iba a ser utilizado como sede de la Fundación Buen Gobierno para la segunda campaña de Santos, no será el “cuartel general” de la reelección. Aunque ya estaba acondicionado para recibir a la cúpula de la campaña reeleccionista, Germán Vargas Lleras a su regreso de Rusia, tomó la decisión de buscar otra sede en los alrededores de la calle 72 abajo de la carrera Séptima, que ya encontró. El último escándalo que surgió alrededor de esta sede fue el contrato de $1.064 millones por un año de arrendamiento, un valor exorbitante de acuerdo a la oferta comercial en la zona que firmó el hoy ministro del Interior Fernando Carrillo, entonces director de la Agencia Jurídica de Defensa del Estado.
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