La ruana, una especie de manta de uso popular en la región andina en Colombia que se utiliza como abrigo de protección ante las bajas temperaturas, no es solo un símbolo artesanal colombiano. Por ejemplo, para Inés Sandoval, una mujer tejedora e hiladora, es una vocación y un legado.
“Nuestra tradición tiene que seguir a nuestros hijos, a nuestros nietos, a nuestros bisnietos, a toda nuestra generación” dice sobre esta prenda de vestir que hace parte fundamental de la tradición campesina de la localidad de Usme, en Bogotá.
“Cuando nosotras iniciamos con las 14 veredas de Usme a elaborar esta prenda, cada señora sabía lo que era el oficio, porque esas son las condiciones del grupo, la que tenga idea, la que le guste nosotros la aceptamos” añade.
Hoy es la maestra de otras 28 campesinas que junto a un telar de cincuenta años de edad, dos agujas y sus manos realizan estas prendas que son motivo de orgullos de millones de colombianos.
“A quien le interese aprender, nosotros les enseñamos desde criar la oveja hasta terminar una prenda”, cuenta sobre la runa que se elabora con lana de oveja 100% virgen.
Tatiana es una de sus alumnas. Ella dedica su vida a este arte de tejer a la también conocida, en la jerga rural, como cuatro puntas.
“Mi fuerte es tejer en el telar y aquí es muy chévere estar en el aula, porque tú estás aquí concentrado y estás en tu mundo y no estás pensando en otras cosas”, explica.
Como comenta Mabel Sua, alcaldesa de la localidad: “Usme conserva un saber ancestral campesino, muy importante en Bogotá, a través de la fabricación de artesanías”.
Esta es una prenda que representa un valor cultural muy importante en el país, por eso para estas mujeres campesinas el proceso de elaboración puede tardar hasta dos meses. Además, deben esquilar al menos dos ovejas para sacar dos kilos de lana, que se convertirán en las hebras con las que se tejerá.
“Sería chévere que los jóvenes y los niños aprendieran para que no perdamos esa costumbre de los ancestros. Porque yo creo que por todas las familias ha pasado ese legado” opina Tatiana sobre este abrigo que tiene sus propias celebraciones como el Día Mundial de la Ruana en Nobsa y el Festival Nacional de la Ruana en Paipa.
