La presencia prusiana en el Pacífico

La presencia prusiana en el Pacífico

Fue el nombre de un territorio en las costas del mar Báltico, que acabaría dando nombre al gran Estado de Europa, precursor de Alemania. Su lugar es importante

Por: Oscar Seidel
noviembre 29, 2022
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La presencia prusiana en el Pacífico

El Gran Reino de Prusia fue el nombre de un territorio en las costas del mar Báltico, que acabaría dando nombre al gran Estado de Europa, precursor de Alemania, que, aunque no existe en la actualidad, ocupa un lugar destacado en la historia europea, especialmente en el periodo comprendido entre el siglo XVIII y la primera guerra mundial.

Antes de que llegaran los romanos y convirtieran al cristianismo a los primeros pobladores los suecos, este fue asentamiento de tribus que eran guiadas por la mitología nórdica. El rey de los dioses era Odín, quien manejaba la guerra, la muerte, la sabiduría, la poesía y la magia. Junto con sus hermanos Vili y Ve salieron un día a pasear junto al mar; allí vieron dos troncos de árboles caídos y decidieron crear algo nuevo con ellos: unas criaturas muy parecidas a los dioses. El primer hombre salió de un fresno y se llamó Ask; la mujer Embla nació de un olmo.

Dice la epopeya nacional de Prusia “El cantar de los Nibelungos”, que este pueblo siempre estuvo en plan de lucha. Todo prusiano debía en la vida cumplir una misión para que su alma fuera a Asgard, conocido como el mundo de los dioses y ubicado en el centro de la tierra. Desde este sitio, Odín conducía y enviaba expediciones militares y culturales a todas partes del mundo. Tenía la virtud de jamás haber perdido una batalla, ni de haber dejado sin cultura a un pueblo. Estaba predestinado que al Pacífico tenían que llegar estas expediciones.

 

Alexander von Humboldt             

En marzo de 1801, llegó por accidente a Cartagena el explorador Alexander von Humboldt Hollwege, luego que una tormenta desviara su barco. Allí le informaron que en Santa Fe de Bogotá el sacerdote José Celestino Mutis dirigía la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Viajó hasta allá con el propósito de trazar un mapa de la región norte del Amazonas, y comparar sus colecciones con las de Mutis. Parece que los dioses lo iluminaron y se dirigió hasta Quito, región donde conoció al ecuatoriano Carlos de Montufar quien lo llevó a visitar los volcanes Chimborazo, Cayembe, Pichincha y Cotopaxi.

Desde aquí emprendió la expedición hasta el Perú, y es en el puerto marítimo del Callao donde sus observaciones le permitieron descubrir “La corriente de Humboldt”, al percatarse del cambio de temperaturas del mar Pacífico en determinadas épocas del año, en especial las aguas frías que provenían del sur del continente americano pasando por Chile, Perú, Islas Galápagos, Tumaco, y terminar girando en Australia.

 

Federico D'Croz 

Militó en el ejército prusiano del mariscal Blùcher, quien se alió al duque de Wellington comandante de las fuerzas británicas, para vencer a Napoleón Bonaparte en la batalla de Waterloo en1815. Terminada la contienda, el militar D`Croz viajó de incógnito hasta Inglaterra, y en este país en 1818 se incorporó en la expedición del coronel Ramón Nonato Pérez, con quien viajó a Venezuela para unirse a la campaña libertadora de Simón Bolívar.

Después de la guerra contra los españoles, Federico D`Croz Deccazi sirvió a la República de Colombia hasta el año de 1852, fecha en que se retiró del ejército para ir a descansar a la Isla Gorgona en el Pacífico, la cual le había sido adjudicada por los servicios prestados a la nación. Poco tiempo más tarde, en1890, un nieto suyo Fidel D`Croz fundó la población de El Charco en la costa pacífica nariñense.

 

Max Seidel                                                                                                                             

En 1911, en Tumaco. Colombia, la clase dirigente ávida de cultura trajo de Berlín al maestro soldado Max Seidel Kraustwurst, quien trabajaba como rector de un colegio de secundaria, para que creara el Liceo de Bachillerato.

No llevaría tres años en su misión educativa cuando estalló la Primera Guerra Mundial en 1915. Debido a su rango de sargento de la caballería prusiana, debió presentarse a Cartagena para que desde allí fuera transportado en un buque italiano al frente de batalla, en compañía de otros compatriotas que estaban en Suramérica. Cuando iban atravesando el Atlántico, Italia declaró la guerra a Alemania, y los tomaron como prisioneros de guerra en el puerto de New York. Desde allí fueron llevados al campo de concentración de la Isla de Mann en Inglaterra.

Durante los años que duró la guerra sirvió de intérprete y maestro de inglés a sus connacionales. Al terminar la contienda regresó a Berlín. En 1921 el gobierno alemán lo envió por segunda vez a Tumaco para continuar su misión educativa, debiendo hacer el periplo de dos meses de duración puesto que viajó en un barco desde Italia pasando por New York, Panamá, Guayaquil y Tumaco.

El primero de septiembre de 1932 se inicia en Leticia la guerra colombo- peruana, dado que un grupo de 48 habitantes y 200 soldados peruanos se la tomaron. La reacción del presidente de Colombia, doctor Enrique Olaya Herrera, fue armar un escuadrón aéreo de la FAC tripulado por aviadores colombo-alemanes pilotos de Scadta, y un incipiente ejercito denominado “El Batallón Leticia” al mando del General Vásquez Cobo, que tuviese como sitio de reclutamiento y adiestramiento en Tumaco bajo las órdenes del capitán Obando padre del doctor José María Obando Garrido, puesto que la vía más rápida para llegar a la zona del conflicto era atravesar el departamento de Nariño hasta llegar a la cuenca del rio Putumayo. Entre la mayoría de voluntarios que se ofrecieron para combatir a los peruanos, estuvieron los alumnos del Liceo Tumaco y el sargento de la caballería prusiana Max Seidel, quien tuvo a su cargo adiestrar al grupo de fusileros.

 

Rendición de cuentas                                                                                           

Tiempo después, y una vez cumplidas estas misiones en el mar del sur, los dioses nórdicos llamaron a relación a los espíritus de los tres prusianos, para que ante el tribunal divino comentaran sus experiencias:

“Soy Alexander von Humboldt, nacido en Berlín en 1769, hijo de Alexander oficial del ejército de Federico II El Grande de Prusia, quien formó un destacamento de 150.000 hombres, convirtiendo a Prusia en el país militarmente más preparado del mundo. Mi profesión es la de explorador y naturalista. Descubrí la “Corriente del Perú”, y la denomino así porque no apruebo que la llamen con mi nombre. Regresé a Berlín viajando por mar hasta México, luego a Estados Unidos, y Paris. En 1810 no acepté el cargo de ministro de Instrucción de Prusia. Fallecí en Berlín en 1859”.

“Soy Federico D`Croz, nacido en Hamburgo en 1798, hijo de Emanuel. Mi profesión es la de militar. Participé en la campaña libertadora de la Nueva Granada en la que vencimos a los españoles. Fallecí en Buenaventura en el año 1880”.

”Soy Max Seidel, nacido en Leobschüetz en 1881, hijo de Franz. Tengo varias profesiones: pedagogo, músico y militar. Fundé el Liceo Tumaco en donde se formaron muchas generaciones del Pacifico sur. Estuve de Rector del establecimiento educativo hasta 1952. Fallecí en ese puerto en 1958”.

 

Veredicto                                                                                                                       

Después de la rendición de cuentas, los dioses Odín, Thor y Frey dieron el veredicto de misión cumplida, e impartieron la orden a los tres que se montaran en los caballos de las guerreras Walkirias, quienes los llevarían como héroes hasta Asgard. Estaban despidiéndose cuando apareció el dios Loki, el demonio del fuego, quien había sido expulsado de Asgard por sus acciones perversas, y solicitó al tribunal divino que escucharan a un prusiano que andaba errante por el mundo:

“Soy Martin Borman, nacido en Weleben en 1900, hijo de Theodor un sargento mayor prusiano. Fui Canciller del Partido Nacionalsocialista. Hice el testamento político a Hitler en el que puso al Reich bajo la presidencia de Dònitz. Fui testigo de su matrimonio con Eva Braun, y del suicidio en el Bunker de la Cancillería. El 30 de abril de 1945 abandoné el Bunker de manera controversial en compañía del chofer del Fuhrer.

En un tanque Panzer salimos de Berlín; cruzamos las líneas rusas que se habían tomado la ciudad, y logramos introducirnos en un submarino que tenía como destino Suramérica. La fecha de mi fallecimiento es incierta, dado que unas personas me vieron desembarcar del submarino U-550 en la ensenada de Utrìa (Chocó. Colombia), y otros confirman que en 1946 yo vivía en Tirol (Italia)”.

Al oír la declaración del espíritu de Borman, los dioses nórdicos quedaron asombrados, puesto que en el registro de misiones él no aparecía. Consideraron que este personaje representaba un desprestigio para la raza germana, y su veredicto final fue: “Vete al infierno, dado que tu misión en la tierra fue hacer daño a la Humanidad, y eso jamás lo hace un prusiano”.                                        Después de estas misiones, jamás volvieron los prusianos al Pacífico.

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