Durante casi dos años el presidente Juan Manuel Santos y su equipo de gobierno, nos han vendido la idea de estar en “diálogos de paz”. Una comisión de las Farc-ep y otra del gobierno se han sentado en repetidas ocasiones para discutir diferente puntos del conflicto, al que nuestro presidente ya se toma el atrevimiento de llamar Posconflicto.
Pero para cualquier colombiano del común que no sea político, ni esté untado de mermelada, o es más que no sea periodista ni Santista, le es inconcebible pensar que estamos en medio de un acuerdo de paz. Los ataques continuos de esta guerrilla a la fuerza pública y a diferentes poblaciones de nuestro territorio nos mantienen a todos en el limbo, día tras día nos dan un argumento más para dudar de eso llamado PAZ que dicen estar negociando en la Habana. Y si, este artículo nace a raíz de los hechos deplorables por parte de las FARC y otros cuantos en el municipio de Montelíbano departamento de Córdoba.
No cabe duda que aun así todos como colombianos anhelamos en nuestro corazón que se acabe este conflicto absurdo, tanto que nos unimos y hasta nos inventamos campañas como la que retumba por estos días en la cabeza de todos ‘’SOY CAPAZ”. Soy capaz de perdonar, soy capaz de escuchar, soy capaz de aceptar, soy capaz de creer y un sin número de soy capaz que solo se ven bonitos en el muro del Facebook, en el twitter, o en las campañas publicitarias de las diferentes empresas.
En pocas palabras y para ser mas explícitos, es casi un hecho que la PAZ está por firmarse, pero no la paz que todos queremos o pensamos, sino una paz de 10 (Diez). Una Paz de diez guerrilleros con un gobierno, porque los cerca de 7000 o más insurgentes que no se encuentran sentados en la mesa de La Habana parecen tener claro su objetivo, y es un No a la PAZ pero un SI a la guerra.
