Por segunda vez en dos semanas se registran enfrentamientos entre ejército y grupos armados organizados en zona rural del municipio de Jamundí, al sur del Valle del Cauca. Un soldado murió y otro resultó herido y las autoridades tanto como la población de la región empiezan a preocuparse.
Casi totalmente adyacente a Cali por la expansión urbana reciente de ambos municipios, Jamundí se ha convertido en una base cercana a la capital vallecaucana para el cultivo, la fabricación y el expendio de la coca y sus derivados. Según el ejército, la columna Miller Perdomo de disidencias de las FARC tendría en el corregimiento de Villacolombia más de 100 hectáreas de coca y varios laboratorios para el procesamiento de las drogas. En conclusión, ahí están reunidas todas las características de una zona de alta importancia estratégica.
Allí entra la problemática con la situación de presumida paz que debería vivir Colombia. Los combates en esta zona alta de Jamundí se han venido presentado con mucha frecuencia en los últimos meses. Empezó por un tiroteo entre unidades del ejército y una banda no identificada que requirió la intervención de la fuerza aérea. Luego hace 8 días una bomba hizo explotar una caravana de soldados y agentes de la Fiscalía, dejando 4 heridos.
Si bien la historia de los municipios del Cauca y del sur del Valle siempre había sido escrita con fuerte presencia de grupos armados, desde la firma de la paz y la promesa que ni un fusil volvería a dispararse en todo Colombia los habitantes de Jamundí se habían olvidado de las recurrentes noticias de combates en el monte.
Hoy, responden de manera desilusionada como un niño que se dio cuenta que el ratón pérez se llama papa y mamá. "Esto no era verdad, la paz", dice un médico del hospital local, "nos toca subir a Villacolombia cada semana". "Esta zona siempre ha sido cocalera, FARC, ELN, bandas crimínales, todas han pasado por ahí" explica un funcionario del municipio.
Sin tanto pesimismo, todos afirman que se han intensificado los combates. Al final muchos querían la paz, pero nadie se creyó totalmente el cuento. A diferencia del ratón pérez el diente perdido con la falsa esperanza del acuerdo no se transformará en dinero, sino en más violencia y más muertes en las zonas rurales de Colombia. Mientras tanto Jamundi ha vuelto a la vida "normal", la de la guerra y de sus estragos.