La música siempre ha sido el lenguaje del alma, el arte de las musas, un medio más para comunicar lo que una o más personas sienten. Además, la música transmite emociones y cuenta miles de historias, hace que un pueblo cante, baile y proteste.
Ahora bien, los músicos han tenido el mismo objetivo a lo largo de la historia, hacer común un sentimiento propio y compartir su talento, pero ¿qué hay de la música en la actualidad?, ¿continúa siendo la música una muestra artística del hombre?
En los inicios de la industrialización, la música fue absorbida por empresarios y avaros que buscaban enriquecer sus bolsillos con la producción de piezas musicales, pero aún se mantenía la entereza de compositores e intérpretes que buscaban plasmar sus alegrías, tristezas y aventuras en sus obras.
Cabe anotar que la industria jugó un papel crucial en el avance de la música como arte y negocio, por eso su evolución y adaptación a nuevas tecnologías fue rápida y la distribución de obras generó ingresos para todo aquel que hiciera parte del gremio.
Sin embargo, hoy en día, la industria ha pasado por encima de la música como arte, ahora se ve exactamente como un simple negocio que enriquece a muchos económicamente pero no el alma ni el conocimiento.
El género urbano ha sido influyente en la juventud desde la década de los 80, en la actualidad ha tomado más fuerza y llega a un público mucho más amplio. Sin embargo, está fallando en algo: la gran mayoría de estas canciones no llevan un mensaje, no comparten sentimientos reales y los “músicos” de esta nueva era solo enfatizan en convertirse en figuras públicas comerciales con contenido mediocre.
Grandes artistas de otros géneros han señalado al género urbano como degradante, entre ellos Aleks Syntek, el gran exponente del pop mexicano, que se ha reportado últimamente con fuertes comentarios en videos de su cuenta de Instagram (esto por supuesto ocasionó gran disgusto por los artistas urbanos y hubo grandes debates en redes).
Por otro lado, productores y cantantes como Dj Blass, Arcangel, Justin Quiles, De La Ghetto y más se pronunciaron defendiendo su cultura y expresando inconformismo y señalaban a Syntek como un estratega que buscaba ser escuchado debido a que el reguetón está siendo declarado como el ‘‘NeoPop’’ en esta nueva era musical.
Lastimosamente, la música ha perdido su esencia y ahora solo es un negocio más, aunque hay excepciones que dan la cara para confrontar esta problemática y no son de otros géneros precisamente. Grupos como Irie Kingz, Aerophon y otros más llevan buena vibra y alegría a sus oyentes, además cumplen con la misión de darle sentido a un lenguaje en peligro de extinción. La música está agonizando y solo artistas reales entregarán de vuelta el significado del arte de las musas.