La mentira que se esconde detrás de la sonrisa de los delfines

La mentira que se esconde detrás de la sonrisa de los delfines

¿Se han preguntado alguna vez cuál es el mecanismo que usan los entrenadores para que estos cetáceos lleven a cabo sus actos de entretenimiento?

Por: Dayana Henríquez Pavajeau
julio 14, 2020
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La mentira que se esconde detrás de la sonrisa de los delfines
Foto: Pixabay

Supongo que la mayoría de personas nacidas en la época de los noventa tenemos en nuestra mente el recuerdo de la película y de la serie Flipper, aquella que nos mostraba la “feliz vida” de un delfín huérfano que vivía gratas aventuras junto a su nuevo amigo. Pues bien, nada se aleja más de la realidad de lo que realmente tuvo que pasar Flipper para ser entrenado y así poder participar en la grabación de dichas producciones. Cabe anotar que hasta hace algunos años yo tampoco era consciente de la cruda realidad que padecen estos hermosos e inteligentes cetáceos, que son secuestrados para ser vendidos a la industria de espectáculos con animales acuáticos.

Ustedes se preguntarán por qué empecé mi crónica hablándoles de Flipper, créanme que se sorprenderán por la conexión tan innegable y desafortunadamente triste que este famoso delfín tiene con la nefasta idea de usarlos en espectáculos de entretenimiento humano.

Todo inició en los sesentas, desde el momento en que Ric O'Barry empezó a capturar delfines para entrenarlos con el Seaquarium de Miami y también fue contratado para la serie Flipper. Él siempre fue consciente de la increíble inteligencia y de la capacidad de adaptación que los delfines poseen, aunque las ignoró por completo cuando la fortuna que estaba haciendo con el entrenamiento de estos mamíferos lo obnubiló.

Sin embargo, tras la muerte de uno de sus delfines, un delfín mular llamado Cathy, no pudo negar más lo que él veía como una severa y fatal consecuencia de la cautividad que él había ayudado a crear. O'Barry afirmó que Cathy se había suicidado, apoyándose en el hecho universal de que los cetáceos son animales que respiran voluntariamente. A diferencia de los humanos, ellos eligen cuándo respirar y cuándo no.

Según O'Barry, tras unas semanas de depresión, Cathy nadó hacía sus brazos, inhaló aire a través de su orificio nasal y no volvió a tomar otro (esto es debido a que los delfines no respiran de manera automática como los humanos, cada inhalación de aire supone un esfuerzo para el mamífero). Desde ese día, él se convirtió en el mayor activista visible, creando el Dolphin Project, cuya traducción al español significa "proyecto delfín". Esta es una organización internacional dedicada a la liberación en un medio natural de todos los delfines y ballenas en cautividad.

Por eso es un insulto para las personas que creemos en la libertad de todas las especies de la Tierra lo que dicen los acuarios, ya que venden una mentira global al disfrazar sus discursos informativos en supuestas tareas de investigación para reinsertarlos o en proyectos de supuesta adaptación a la vida salvaje en manadas de delfines en el mar, cuando se sabe que es realmente difícil volver a llevar a dichos mamíferos a la vida salvaje de la cual nunca han tenido que ser arrebatados.

Los acuarios necesitan lavar su imagen por medio de estos supuestos proyectos que esconden el cautiverio forzoso (al cual siempre estarán sometidos). Es muy sencillo darse cuenta de que lo único que están haciendo es presentar excusas bastante convenientes para poder seguir con su negocio redondo, ya que las cifras que estos ganan son exorbitantes en comparación a un trabajo que no afecte las vidas de otros seres vivos.

¿Te has preguntado alguna vez cuál es el mecanismo que usan los entrenadores de delfines para que los cetáceos lleven a cabo sus actos de entretenimiento? En los espectáculos de entretenimiento los delfines parecen ansiosos por complacer los pedidos de sus entrenadores, haciendo ver que ellos desean dejar satisfechos y felices al público asistente; lo cierto aquí es que el delfín actúa porque está hambriento, ya que es expuesto a largos periodos de privación de alimentos para que acuda al entrenador por comida y de esta forma ejecutar los trucos. Después de saber esto, ¿te puedes imaginar tener que pasar hambre para hacer trucos y así poder ser alimentado?, ¿no te parece un completo acto abusivo?

Una de las primeras cosas que los entrenadores aprenden en los acuarios es la idea de saber que los delfines no actúan inmediatamente a menos que tengan hambre, por eso son siempre alimentados durante el show. De hecho, cada vez que el delfín hace algo bien, el entrenador toca el silbato y le lanza un pescado. Ellos saben lo que tienen que hacer porque han sido entrenados para esperar la recompensa de alimento si obedecen. Incluso, a menudo, ellos mismos comienzan con el show cuando están hambrientos: los entrenadores llaman a esto "recompensa positiva". Sin embargo, desde la perspectiva de los delfines, es privación de comida. Si el delfín no lo hace bien y el silbato no suena, significa que no obtendrá su alimento.

Por otro lado, se usa la manipulación, añadiéndole un carácter humano a los animales, lo que deja a los espectadores con la falsa impresión de que en efecto existe un idioma común entre los entrenadores y los delfines: cuando ellos "caminan" sobre sus colas, "juegan" con pelotas, "besan" a los entrenadores, "aplauden" o mueven la cabeza en forma de afirmación cuando les preguntan algo, no lo hacen por diversión.

Para los delfines, estos comportamientos no significan nada más que la única manera de conseguir comida. Sin duda, mantener a los delfines un poco hambrientos les induce a seguir actuando. Los entrenadores dicen que los delfines "aprenden muy rápidamente", lo que quieren decir es que quien tenga el cubo de la comida tiene un poder tremendo sobre los delfines. Un delfín hambriento haría cualquier cosa por alimentarse. Un entrenador decía "si los delfines no tienen hambre, ya te puedes olvidar de hacerles saltar".

Este sistema de entrenamiento sumado a la limitación de sus movimientos y el quiebre de sus relaciones familiares y sociales cercanas hace que entren en profundos estados de depresión: empiezan a presentar movimientos repetitivos y se vuelven agresivos con otros delfines y con las personas. Incluso se han reportado casos de delfines que provocan su propia muerte debido a la depresión de la cautividad.

Leyendo esto, ¿aún te atreves a pensar en ir a este tipo de espectáculos?, ¿seguirás siendo un contribuyente al sufrimiento de los delfines solo porque piensas que ellos no sienten como nosotros? Pues si esto no te llega a hacer reflexionar sobre tus pensamientos erróneos, dejame decirte que el problema seguirá estando latente. Siempre he afirmado que mientras no exista la oferta, entonces no habrá demanda. No obstante, mientras los grandes acuarios no dejen de venderle al pueblo el concepto de familiaridad y amor, la situación descrita seguirá estando a la orden del día.

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