Cuando Shakira y Piqué aún vivían su idilio de amor, por allá en el año 2012, a la afueras de Barcelona apenas se estaba construyendo la casa en la que vivirían la mayoría de sus recuerdos en pareja. Se trata de una mansión de lujo avaluada en más de 4 millones de euros, que compraron en conjunto y que jamás imaginaron tener que “dividir” en caso de un posible divorcio.
En la localidad de Esplugues de Llobregat, una de las más exclusivas de Barcelona, se levanta la casa construida en un terreno de más de 3.800 metros cuadrados. En su interior, tres plantas y dos pisos subterráneos dan la oportunidad de ver múltiples espacios, entre los que destacan el cine, la sala de grabación, el gimnasio, y las terrazas.
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Además, en su exterior cuenta con una piscina cinco estrellas con cascada, amplias zonas verdes, una cancha de tenis y una pequeña casa contigua para las personas que, en todos esos años de relación, los visitaban. Sin duda alguna, un castillo digno de reyes en donde vivieron sus mejores momentos como familia.
Sin embargo, ahora que la pareja reconoció que el amor se acabó y que están en proceso de divorcio, el futuro del fortín Piqué Mebarak queda en el limbo, y esos 3 mil metros cuadrados esperan encontrar una nueva pareja feliz. Muchos aseguran que la casa será vendida y se dividirán las ganancias, mientras que otros dan por hecho que la construcción quedará en manos de la cantante colombiana. Lo cierto es que, aunque no se casaron oficialmente en ningún momento, sí hicieron verdaderas adquisiciones por las que no darán su brazo a torcer.
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