“The revolution will not be televized”
¡Justo cuando estamos a punto de salir, nos vuelven a meter! Justo cuando gracias a Fico alcalde y su mente retardataria, sabemos en todo el mundo que hay una escombrera con cadáveres que han venido reclamando unas madres, pero más de 20 años de uribismo hoy interrumpido, insisten en negarlo.
Gracias a Polo Polo con su afán negacionista, nos dimos cuenta que intentó destruir una representación artística de algo irrepetible. Gracias, ¡con sus actos represivos exaltaron su memoria! Con este tipo de desquiciados, ELN y nueva Farc tenemos que lidiar. ¿Quién puede lograr así la Paz?
Polo Polo pretendiendo atentar contra su memoria, nos recordó los mal llamados “falsos positivos”, eso mismo logró Fico con su negacionismo, ahora en cada capital de Colombia les hicimos un mural igualito y vienen más, su afán de borrar y callar demuestra un presunto sentimiento de culpa.
Al principal testigo por el caso de los sobornos de testigos de Uribe con el “abogánsgster”, le da un infarto, eso nos recuerda el caso Odebrecht, donde fallece además el hijo del testigo y todo lo tapan. Según ellos, el tal Pegasus lo tienen los gringos… Siniestra la cosa.
Tristemente, la ultraderecha más frenética y vitriólica de este país, odiosamente rezandera, doble moral, farisea, pro imperialista, pro sionista y goda, condensada en algo que llaman uribismo, deben darle gracias una vez más a los grupos armados “revolucionarios” que vuelven y nos meten en la espiral de guerra que Colombia quiere superar.
Así como debe quedar en la memoria el reclamo las madres de la comuna 13, las madres de Soacha y el resto de Colombia, no solo de sus madres, sino de sus comunidades azotadas por el miedo. Bochornosa, desaforadamente irracional, falta de cualquier sentido estratégico como organización política, pasará a la historia que dos grupos armados del Pueblo se enfrentan encarnizadamente por el control de la coca, el petróleo y el oro en el Catatumbo, en plenos diálogos de Paz, afectando contundentemente a la población civil.
Les pesó más el fusil, el billete y la bota militar en la nariz, que el ideal de fraternidad, diálogo y concordia. A cualquier revolucionario del mundo jamás le cabria en la cabeza que dos pueblos en armas que dicen luchar por la Paz de Colombia se enfrenten entre sí. Los responsables de esta escalada antirevolucionaria en el Catatumbo deben entender que la Revolución no puede darse el lujo de matarse entre sí, entregando su cuello a la ultraderecha una vez más, un horrendo espectáculo queda en la mente de los colombianos y nos condena.
Además de las vidas de cada uno de los colombianos ofrendados a Ares, en pos del aparente control territorial, mandan pal carajo el sueño de Paz y diálogo. ¿Qué es lo que está sucediendo en las mentes de los comandantes que han permitido por acción u omisión este tipo de confrontaciones que sólo favorece a la propaganda hegemónica de la ultraderecha?
¿Acaso cambiaron inconscientemente el chip del Ché por el de Pablo? ¿Falló el diálogo? ¿Acaso se impone la bestia militarista sobre la conciencia política y las formas de la dialéctica desde el diálogo? ¿Ya nadie consensua con nadie y cada comandante hace lo que quiera a nombre de su organización y del Pueblo en su territorio?
Nunca antes los noticieros se habían preocupado tanto por los desplazados del conflicto, que ahora que se enfrentan dos fuerzas “izquierdistas.”
Esta miniguerra en el Catatumbo demuestra que les pudo más la Codicia, la degradación, muy lejos de cualquier mentalidad revolucionaria. Es increíble que no dimensionen las consecuencias de sus acciones, más allá de su región y el dolor causado en sus habitantes, para la Historia de Colombia, para su organización, para la Patria, dicen luchar por Colombia pero la gente cada vez los odia más, ahí nos queda el festín para la prensa hegemónica en su lavado de cerebro incesante, 24/7 por radio, cizaña y TV en cadena nacional.
Ustedes creen que hubiera salido por TV fidedignamente los hechos y circunstancias que desataron una serie de acontecimientos en todo el territorio nacional, durante los años 2021, 2022, y 2023, el asesinato de Dylan Cruz, del abogado Ordoñez, de Lucas Villa, las violaciones, los mutilados y tuertos, los daños tanto en la población civil, como en las fuerzas armadas que fueron instrumentalizados para disparar y acabar con su propio Pueblo, los desaparecidos y presos políticos de PL y en fin, las personas que le pusieron el pecho a este episodio fatal de nuestra realidad nacional. Debemos hacer memoria y ni cien artículos o tan sólo quizás extensos tratados y expedientes enteros pudieran dar cuenta de tan terribles acontecimientos.
Si no hubiera sido por las plataformas digitales y la capacidad de cada móvil de filmar en vivo, las mayorías jamás hubiéramos visto por TV las confrontaciones y el atropello de la fuerza publica al fragor de la batalla.
Las estadísticas deben ser memoria para las generaciones venideras, pero a lo que les invita esta reflexión es a comprender la importancia de las tecnologías de la información en el Cambio y la confrontación del viejo régimen de los politiqueros, fortunas enteras amasadas con licitaciones y malversación de fondos, el establecimiento corrupto del todo vale, del capital a ultranza, lo que representa el cianuro en el caso Odebrecht y su casual archivo por la fiscalía de turno.
Hubiera sido por los monopolios televisivos, por la prensa hegemónica que le habla a los colombianos por las mañanas y al mediodía mientras se alimentan en muchos hogares colombianos, jamás hubiéramos sabido de lo que nos enteramos en las redes sociales. Entre la multiplicidad de voces tratamos de discernir nuestras realidades, intersubjetividades moldeadas y modeladas desde las pantallas.
La TV en Colombia ha sido el principal vector educativo de su cultura durante más de cuarenta años, pero ahora ha visto menguada su cobertura por lo que nos trae la web. Los monopolios están asustados con los youtubers y canales diversos, aunque aún dominen las mentes de las mayorías para taparse sus jugaditas. Mientras que una gran parte de la sociedad civil pretendemos lograr el diálogo que permita la Paz, hay gente que se empeña en sumergirnos en la miasma sanguinolenta del narcotráfico y la minería, el control feudal de los GAO, la desgracia del estado fallido que nos dejó la derecha.
Todas las acciones violentas, además de perjudicar comunidades enteras han favorecido políticamente la reacción retardataria, que endeuda el país y lo entrega en tratados o contratos como el que debe aceptar Petro por Gorgona, o en el caso de los peajes con las concesiones que han sido firmadas en gobiernos anteriores, malversación de prestamos que multiplicaron la deuda pública, una gran pérdida de bienes incautados al narcotráfico, munición, etc.
Hechos casi innumerables en contra del Estado, y por tanto nuestro país. Las fuerzas del Cambio tenemos ese reto, o de lo contrario volverán los perfilamientos, los tuertos, los muertos en las marchas, los falsos positivos. El verbo abudinear en todas sus modalidades, hasta con Olmedo, Pinilla, Ortiz, el hijo bobo del presidente se nos coló. Tremendo apetito voraz el de la viveza colombiana. ¿La corruptela es natural a nuestra estirpe? Con el caso de la UNGRD, por lo menos Petro denunció y ahí van investigando, en el caso Abudinen u Odebrecht todo se calló. Alrededor del caso Name, si el soborno fue efectivo. ¿Por qué Name como presidente del senado se opuso a cualquier iniciativa del PH? Ahí está el detalle, qué pasará con Colombia, qué vaina tan jodida.
El Cambio nunca será transmitido en las pantallas. En una guerra el primer sacrificio es el de la verdad. Cuando callaron los fusiles por fin sentimos el estruendo de la corrupción. Las reformas están andando. La prensa hegemónica nunca te las va mostrar. La Paz es de paciencia, de preguntas, de indagaciones más allá de la radio. Aleja tu mente y tu organismo de los monopolios, busca entre las voces, algunas mentirán menos que otras. Nuestra pluralidad más que fragmentarnos debe enriquecernos, Con Petro o sin Petro vamos todos por el Cambio: Pacto Histórico.
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