Millonarios se enfrentaba a la difícil misión de derrotar a Fluminense en su primera ronda de Copa Libertadores. Los brasileños ya son otro nivel por todo el dinero que se mueve ahora allá, pero con muy buen juego y con el empuje de su público dominaron completamente al rival en los primeros minutos, poniéndose hasta por delante en el marcador.
Eduardo Sosa anotó el gol de Millonarios, pero él mismo condenó el resto del partido y probablemente la eliminatoria completa por dejarse calentar de Felipe Melo y pegarle un codazo a otro jugador de Fluminense. A partir de ahí, en inferioridad numérica, el equipo de Gamero tuvo que ser más cauto, dejó de dominar y pasó a aguantar el partido.
El empate llegó por una jugada aislada, ya que Fluminense no había generado muchas ocasiones de peligro, pero Álvaro Montero dejó un rebote y los brasileños no perdonaron. En el segundo tiempo Millonarios hasta tuvo momentos de dominio y pudo anotar un gol más gracias a un penal que le pitaron a favor, pero Macallister Silva desperdició esa oportunidad de oro.
El que no los hace los ve hacer, y en una jugada que Fluminense los cogió mal parados anotó el segundo gol de un viejo conocido como German Ezequiel Cano. Al final, un partido donde en un inicio Millonarios mostró ser superior, inició ganando y luego tuvo la oportunidad de sentenciar terminó en derrota. Inocente derrota que muestra que Millonarios le falta mucha experiencia en torneos internacionales, como a prácticamente todos los equipos colombianos, y que no se pueden desperdiciar ocasiones tan claras y regalarle el partido al rival. Ahora tienen que ir a buscar el milagro en Brasil, donde tendrán todo en contra para clasificar a la próxima ronda.