La infancia perdida en la comuna 13 de Medellín

La infancia perdida en la comuna 13 de Medellín

Los niños viven entre la violencia que los hace jugar a esquivar balas de verdad

Por: Daniela Toro Arenas
octubre 15, 2014
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La infancia perdida en la comuna 13 de Medellín
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Disparos que aturden la mente, droga que pasa por el frente, golpes, gritos de dolor, fronteras invisibles, armas, vacunas, miedo.

A los pequeños de la comuna 13 les toca vivir en una realidad de violencia. Juegan en la calle cuando las bandas hacen treguas temporales. Es ahí cuando es “seguro” salir de sus refugios, sus casas, saltar en la golosa, correr y perseguir en chucha cogida a sus amigos, sonreír, ser niños.

Son niños que desde pequeños nacen en un contexto difícil, que además del conflicto armado tienen situaciones de necesidades económicas, violencia intrafamiliar, abandono. Algunos niños son utilizados por estas bandas como “carritos” para llevar las armas de un lugar a otro, puesto que por su condición de niños, son inocentes, y aunque vulnerables, pasan inadevertidos por los bandos opuestos.

Esta cruel realidad se menciona, pero no tiene los reflectores necesarios para que haya un cambio significativo y total. Esta serie de situaciones influyen en el futuro de los niños que reflejan su entorno, pero que a la vez tienen la esperanza de algún día despertar y no escuchar nunca más balaceras que los hagan esconderse debajo de su cama y esperar entre llanto y desesperación que todo acabe. Sueñan con un mundo mejor, con ser bomberos, policías, cantantes. Con poder cambiar el mundo y ser felices.

De los 365 días del año, los días de estudio significan un refugio: la escuela. Lugar en donde además de aprender y desarrollar sus capacidades cognitivas, puedan jugar sin el temor de que los alcance una bala. Mostrar y afianzar las habilidades que tienen para el baile, la pintura, los deportes, destrezas que necesitan ser cultivadas, para llegar a ser un gran árbol.

La escuela a pesar de todas las dificultades que le rodean, representa tranquilidad, seguridad. Es territorio de paz, un campo neutral.

Ellos en medio de su inocencia y a la vez sabiduría le ponen una sonrisa a la vida. Porque todos siendo seres humanos tenemos derecho a la felicidad, a soñar, a la posibilidad de tener oportunidades y a querer un hogar, barrio, país, mundo en el que se pueda vivir en paz.

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