La IA china que desbancó a ChatGPT: el choque entre gigantes en la carrera por la supremacía global

La IA China que desbancó a ChatGPT: el choque entre gigantes en la carrera por la supremacía global

La rivalidad entre EE. UU. y China crece, con la IA DeepSeek desbancando a ChatGPT. La lucha por la supremacía global se intensifica en tecnología y geopolítica

Por: Francisco Henao
marzo 05, 2025
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La IA China que desbancó a ChatGPT: el choque entre gigantes en la carrera por la supremacía global

Un editorial, 17 febrero, del diario inglés The Guardian nota que la intimidación del presidente estadounidense a aliados y socios es cortoplacista y aumentará el poder de Pekín, no el de Washington.

El historiador Tucídides vivió cinco siglos antes de Cristo, nos cuenta que el poderío de Esparta fue desafiado por Atenas que aspiraba a sustituirlo. Atenas pensaba que su situación política, económica era subestimada y desconocida como factor de influencia. Ante el asedio ateniense y temiendo verse desplazada, Esparta -la potencia de la época- declaró la guerra a Atenas y la derrotó en el Peloponeso. Por las armas, puso fin a esa rivalidad, conservó su hegemonía e hizo desaparecer las ínfulas de Atenas.

En la geopolítica mundial actual es muy probable, por lo que se ve, que Estados Unidos quiera seguir siendo la potencia hegemónica que mantiene desde 1990, cuando la amistad entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov puso fin a la Guerra Fría que por 45 años mantuvo al mundo al borde de una guerra nuclear. La gente tenía en sus mentes la tragedia de Hiroshima y Nagasaki, que según el presidente Dwight Eisenhower, nunca debió haber sucedido.

La trampa de Tucídides

De la rivalidad entre Estados Unidos y China se habla desde hace varios años. Y entre los historiadores ha cobrado forma la llamada Trampa de Tucídides: la potencia establecida se siente amenazada por otra potencia nueva, que finaliza con la declaración de guerra. Esparta sería Estados Unidos; Atenas China.

Desde ese entonces muchas potencias han caído en esa trampa. Napoleón desafió el poder establecido, queriendo instaurar otro orden político. Francia retó a Alemania en la I Guerra Mundial. Antes Prusia humilló a Francia en 1870. Siempre, en el fondo, buscando el dominio, tener preeminencia sobre los demás.

De momento, esa tensión entre China y Estados Unidos se libra en los campos económicos, tecnológicos y arancelarios. DeepSeek es un ejemplo de ello, es el modelo chino de IA, más eficiente, según parece, que ChatGPT y 95% más barato. Su aparición, a finales de enero, causó un estropicio en los cálculos mentales de OpenAI y provocó a Nvidia una pérdida de 600 mil millones de dólares, por una venta masiva de acciones, una de las mayores pérdidas de Wall Street. Un mes después, el pánico bursátil pasó y Nvidia casi ha recuperado esa cifra. Es claro que aquí hay una carrera tecnológica por la supremacía que solo China le puede disputar a Estados Unidos, Rusia está debilitada con su guerra, la Unión Europea parece tener miedo a la competencia con los gigantes, y el resto del mundo espectador pasivo que no invierte en I&D.

El frente de batalla

Mientras tanto las escaramuzas se libran en otros frentes, el de la dialéctica. Con Donald Trump no se sabe qué va a pasar en el siguiente paso. Es un comandante que se ha rodeado de generales leales, que se identifican con su ideología, o su manera de pensar. Uno de ellos, Marco Rubio, secretario de Estado, fue enemigo y ahora es amigo. Rubio criticó a Trump y tuvieron encontronazos en la campaña de 2016. Pero el año pasado se encontraron remando en la misma dirección y Trump no lo desdeñó, más bien le otorgó ese cargo tan importante. En inmigración, que era conciliatorio, Rubio adoptó las posturas duras de Trump.

Con razón o sin razón, a los legisladores de los dos partidos, republicanos y demócratas, una de las pocas cosas que los une es el pensamiento de que China es un peligro que se debe enfrentar con firmeza y se debe implicar a toda la sociedad estadounidense. En el siglo XVI el enemigo de los galeones españoles que iban cargados de sus fastuosas mercancías, oro, plata, productos y aves exóticas con rumbo a la metrópoli, eran los corsarios ingleses y franceses que, en alta mar, los despojaban de sus productos. Ahí nació la leyenda de Sir Francis Drake. China es ese enemigo que “quita la riqueza a los estadounidenses”, según Peter Navarro.

En su presentación en el Senado, 15 enero, Rubio se centró en China, “Es el adversario más poderoso y el más peligroso” de todos los que ha enfrentado Estados Unidos por estar dotado de “elementos que la Unión Soviética nunca tuvo”. Diantre, Rubio tiene la mirada del águila que ve a su presa a muchos metros de distancia. Él es un cubano nacido en Miami que endureció su carácter cultivando el odio hacia Fidel Castro. El sentimiento refractario de Marco Rubio hacia cualquier forma de autoritarismo es innato en él. En ese sentimiento junta a China, Maduro, Cuba, Nicaragua, y más bien siente profundo afecto personal e ideológico hacia Javier Milei, hasta el punto de que cuando hablan, Marco Rubio lo hace en perfecto cubano y se olvida del inglés.

Russell Banks, el idealista

Marco Rubio se ajusta a lo que quiere Trump de su gabinete: Personas obstinadas, con la ambición de quien busca el tesoro, pétreos a los cantos de sirena, y dispuestos a poner el sello, en todas partes, de MAGA, lo que sea que esto quiera decir: verdad absoluta única e indiscutible.

Russell Banks (1940-2023), nacido en Massachusetts, prolífico escritor, buscaba en sus novelas entender el ethos de su sociedad, especialmente la lucha de la clase trabajadora. Su padre fue fontanero y alcohólico. Lo trató mal en su infancia y le dejó secuelas físicas de su violencia. “Como escritor busco aclarar qué significa ser humano, para bien o para mal: nuestro lado angelical y nuestro lado malvado”, dijo en 2014 en la Feria del Libro Miami.

Le Temps, un diario suizo, entrevistó a Banks en 2017, habló del magnate financiero de Nueva York: “Trump no razona como usted o como yo. El habla como un proveedor a sus clientes. Sólo entiende la lógica de la ganancia a corto plazo”. En Gaza, Trump no ve una inmensa tragedia, sino el bonito sueño de construir, en aquella Franja, la Dolce Vita de Federico Fellini. A Panamá lo quiere recuperar porque ve allí un manantial de ingresos y le encanta el color y el paisaje del país. Como en Gaza, su imaginación le pinta maravillas en Panamá. Y esos sueños inmobiliarios muy bien los podría hacer realidad la sociedad inmobiliaria Kushner Propiedades, de su yerno Jared.

Que gire la ruleta

Banks era un idealista. En la década de los 60 dejó los estudios universitarios y se fue al sur con el sueño de unirse al ejército revolucionario de Fidel Castro, pero el sueño terminó en St. Petersburg, Florida. Denunciaba las desigualdades que sufría la clase obrera. Dice que el sueño americano se convirtió en una fantasía. Sobreviviente de la purga infinita de su pasado inclemente. Apodado “el cronista del naufragio americano”.

“Los que votaron por Trump saben que está loco, e incluso que es peligroso, pero no les importa”. Se refiere Banks a la elección de 2016, donde Trump ganó contra viento y marea a Hillary Clinton. “Como promotor inmobiliario ha hecho acuerdos con el crimen organizado. Él no tiene ningún respeto por la ley y todavía menos por los tratados internacionales. Para él todo es renegociable” dice Banks. ¿Este Donald Trump que pinta Russell Banks en 2017 es diametralmente opuesto al de 2025? O ¿el del 25 es más corpulento que el del 17?

“Mis héroes”, los fontaneros, los electricistas, los artesanos, el pueblo llano de siempre, “saben que Trump les miente, pero ellos no quieren juzgarlo. Para ellos Trump es una apuesta, y ninguno tiene ganas de decir: ‘He perdido mi apuesta, entonces que la ruleta siga girando’”, sentencia Banks.

China gana o pierde la apuesta

El crupier tira la bola. Los jugadores miran ansiosos. Trump anuncia un arancel del 10% a China a partir del 4 marzo. Los chinos, como si fuera el oráculo de Delfos, deben estar consultando a DeepSeek, cuál es la respuesta más inteligente a este órdago. ¿El arancel sugerido sería la táctica de Trump para obtener ventajas en sus negociaciones de ablandamiento del otro?

La virtud china es no hacer ruido. Trabaja en silencio. El puente Peljesac en Croacia se terminó en 2022. Lo construyó una empresa china y lo financió en su mayor parte la UE. La licitación de este puente la ganó la empresa china CRBC. Una empresa austriaca acusó a los chinos de hacer dumping y recibir ayuda estatal china. Pero el puente está ahí y los croatas felices.

En América Latina China opera una red de puertos. En México hay cuatro. Panamá dos. En Brasil el de Paranaguá. En Bahamas tiene el puerto de Freeport, de aguas profundas, que constituye una ventaja porque atracan barcos muy grandes con enormes volúmenes de mercancías.

Y la joya de la corona China es el megapuerto de Chancay, de aguas profundas, en Perú, que es el primer puerto de Suramérica financiado con capital chino. La inversión china es de 1.300 millones de dólares. Esta enorme infraestructura constituye parte de lo que el gobierno chino llama: “Ruta de la Seda marítima del siglo XXI”. El presidente Xi Jinping inauguró en persona Chancay: “Generará más de 4.500 millones de dólares anuales, dará 8.000 empleos y reduce costos logísticos de la ruta Perú-China en un 20%”, escribió Xi en el diario El Comercio.

América Latina está en la agenda China. Para Trump, en cambio, la región está empolvada en su memoria.

China es hoy, el país mejor conectado del mundo por vía marítima. Tiene 95 puertos en todo el orbe.

Pasó en el primer gobierno de Trump. Espacio que abandone su gobierno, China lo ocupará de inmediato. Es un dilema que debe resolver el segundo gobierno de Trump.

Taiwán o el ocaso de los dioses

El Departamento de Estado estadounidense eliminó en febrero una frase de una hoja informativa que decía que Estados Unidos “no apoya la independencia de Taiwán”. Esto levantó suspicacias. Sin embargo, fuentes diplomáticas dicen que respalda su política de larga data de “una sola China”. Taipéi mira con cuidado lo que ocurre en el tablero mundial de la geopolítica, cada vez que Trump habla. Y preocupa mucho lo que Trump dijo: Acusó a Taiwán de “robar” el negocio de semiconductores de EE.UU.

¿El sistema transaccional del presidente estadounidense entregará Taiwán a China, a cambio de que los chinos suspendan sus ejercicios militares en el Indopacífico y abra su comercio a las empresas de Estados Unidos? O como dice Marco Rubio quien advirtió que EE. UU. debe demostrar a China que pagará un precio demasiado alto si invade Taiwán. Y China le envía a Taiwán, el 28 de febrero, este mensaje “Tarde o temprano los atraparemos”.

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