En su plan de expansión por el mundo el gran cementero mexicano Lorenzo Zambrano, fallecido hace una década, puso su mira en Colombia. País con una localización estratégica, pero también con un mercado interno en crecimiento. Buscó negocios y en 1996 cerró la adquisición de Cementos Diamante, en manos de Andrés Uribe Crane desde 1977 y Cementos Samper, una de la más tradicionales cementaras colombianas fundada a principios del siglo XX.
Lorenzo Zambrano fue el creador de un emporio y uno de los más grandes empresarios de México. Cuando se interesó en las cementeras colombianas se había montado en la ola de privatizaciones que llegó a su país con la apertura y la globalización que impulsaba el presidente Carlos Salinas de Gortari. Zambrano había tomado en 1985 el mando de Cementos Mexicanos nacida de la fusión de Cementos Hidalgo creada por su abuelo en 1906 y Cementos Monterrey.

A los 40 años, era ingeniero del Tecnológico de Monterrey tenía especialización de Stanford, la cultura y el arte eran, como el trabajo, sus grandes motivaciones, nunca se casó. Sabía que la compañía de cemento que su abuelo había fundado tenía dos caminos “comprar o vender”, Optó por lo primero y en 1987 compró Cementos Anáhuac y cambió el nombre de Cementos Mexicanos a Cemex. Las adquisiciones siguieron con Cementos Tolteca en 1989 y desde ahí en adelante la internacionalización en la que adquirió 15 cementeras en 9 años. Hasta 2008. Empezaron las españolas Valenciana y Sanson y después la venezolana Venemos y Cementos Nacionales de República Dominicana antes de iniciar el proceso de compra de Cementos Diamante y Cementos Samper que convirtieron a Cemex en la tercera cementera más grande del mundo detrás de Lafarge y Holcim. Lorenzo Zambrano era el 485 entre los más ricos de Forbes con USD 1.500 millones.
La banquera de inversión barranquillera Violy McAusland, desde su oficina en Nueva York, Violy, Byorum & Partners, que movía los grandes negocios de América Latina, le hizo a Cemex el trabajo de análisis de la economía colombiana, y además buscó la asesoría de Rudolf Hommes, ex ministro de Hacienda, para ofrecer claridad sobre el riesgo y las perspectivas del negocio en Colombia.
Cementos Diamante era la segunda en el mercado después de Cementos Argos, del Sindicato Antioqueño (hoy GEA). Acababa de inaugurar la primera fase de una moderna planta en el Tolima, en Caracolito, corregimiento Buenos Aires, municipio de Ibagué, un lugar equidistante entre la antigua planta sobre la carretera Ibagué-Bogotá y la mina de calizas en Payandé, San Luis. Con capacidad de 3.000 toneladas de cemento por día.
Los otros activos de Diamante eran, además de la vieja planta e Ibagué, una en Bucaramanga y otra más en Cúcuta. Una capacidad de 2,3 millones de toneladas anuales, 24 por ciento del mercado, la segunda tajada deapués del grupo de cementeras del Sindicato Antioqueño.
El diamante de Uribe Crane
Diamante se constituyó en 1927, era la segunda más antigua del país, después de Cementos Samper. Desde 1977 estaba en poder de Andrés Uribe Crane, quien había terminado dos años de rector de la Universidad de los Andes, y no era ajeno al mundo empresarial. Su padre, Andrés Uribe Campuzano, un empresario que fue gerente de la Federación Nacional de Cafeteros en Nueva York, habla hecho su patrimonio exportando café, internacionalizado la imagen de Juan Valdéz, y era llamado Mister Coffee. Se había casado por segunda vez con Gloria Zea, divorciada del pintor Fernando Botero. Al lado del esposo cafetero Gloria se había convertido en una gestora cultural, empezando con 80 cuadros que le había dejado la crítica de arte Marta Traba en un depósito de la Universidad Nacional. Ella sacó adelante el Museo de Arte Moderno diseñado por Rogelio Salmona. Andrés Uribe Crane siempre ha estado al lado del arte, apoyándolo. Como a la educación y la salud,

Echó a andar la moderna planta de Ibagué, con una inversión de 50 millones de dólares que empezó a gestar un año después de que en 1987 el gobierno anunciara exenciones tributarias y arancelarias a quienes se vincularan a la zona de influencia del volcán nevado del Ruiz. La construcción se inició en 1992 y estaba programada para terminar en 1994, pero en 1993, dadas las condiciones de demanda de cemento, se tomó la decisión de acelerar la terminación de la primera fase. El 15 de abril de 1993 se inauguró tan discretamente como había sido su construcción.
La discreción es un sello de Uribe Crane. El periodista Alberto Casas Santamaría escribió de él: “No le gusta hacerse notar, prefiere un perfil bajo. No da entrevistas y le aburre aparecer en las sociales. Trabaja en silencio, no reclama aplausos, pero siempre acierta en sus operaciones empresariales”.
El negocio con Cemex fue de esa manera: discreto, y exitoso. Diamante pertenecía a su familia directa e indirectamente, a través de tres sociedades limitadas: Inversiones Copial, Inversiones Salgur y Asesorías y Gestiones. Lo que hizo Cemex fue comprar esas compañías para quedar automáticamente dueña del 51 % de Cementos Diamante. El 1 de mayo de 1996 Cemex compró en Nueva York a Inversiones Copial Cubic Holdings Limited, que controlaba el 95 % de cada una de las tres sociedades, y en Colombia culminó la operación comprando el 4,99 % restante. Esa empresa holding que controlaba las acciones de Diamante no tenía la obligación de hacer ofertas públicas. El monto de la compra ha sido un secreto no revelado y objeto de especulaciones periodìsticas, como la de un diario de Monterrey que habló de 400 millones de dólares, con base en lo dicho por una banca de inversión de Nueva York.

Para acabar de redondear el negocio en Colombia, Cemex compró a Cementos Samper, fundada por los Samper Brush en 1910, una década después de la Empresa de Energía de Bogotá. En ese momento era propiedad del banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo. La operación fue interesante por el monto: 299,6 millones de dólares, en la Bolsa de Bogotá. Lorenzo Zambrano se había hecho al 32 % del mercado colombiano del cemento.
Además: El auge y la caída de Cementos Samper, la empresa detrás de los icónicos edificios de Bogotá
¿Venderá Cemex en Colombia?
El posible retiro de Cemex de Colombia marcaría el fin de una historia de casi tres décadas en el país. El nuevo director general de Cemex, Jaime Muguir, prepara recortes y gastos apalancando la estrategia de su antecesor, Fernando González Oliveri, enfocada en pago de deuda y desinversión de activos. La tijera podría tocar a Colombia reafirmando el interés en venderla. El interés se explica por su estrategia de concentrar sus operaciones en América del Norte y Europa. Ha estado vendiendo activos en mercados emergentes como Republica Dominicana y Guatemala por 2.200 millones de dólares después de recuperar su calificación de grado de inversión en 2023, tras el golpe enorme que recibió con la en la última de sus grandes adquisiciones, la de Rinker, por 15.300 millones de dólares en 2007, que truplicó la deuda, al comienzo crisis financiera mundial.
La agencia de noticias Bloomberg ha hecho eco de esa información que sitúa el precio de venta entre 700 y 1000 millones de dólares, con la suiza Holcim como posible compradora.
Colombia fue el país número once al que llegó el Grupo Holcim, en 1969 a Cementos Boyacá S.A., el Grupo ‘Holderbank’. En 2003 cambió su razón social a Holcim (Colombia) S.A., de acuerdo con disposiciones de la casa matriz que recientemente había adoptado el nombre de Holcim Ltd.
Holcim es la primera a nivel mundial con intereses en 70 países y 80.000 empleados. En Colombia son 869 y es tercera en ventas después de Argos y Cemex. En 2023 Cemex vendió 2,03 billones de pesos y de colocó en el puesto 109 de las 1000 de Supersociedades, Argos fue 6 con ventas de 12,7 billones
La porción mayoritaria de las acciones de Cemex sigue en manos de los descendientes de Lorenzo Zambrano Gutiérrez, entre quienes está el actual presidente de la cementera, Rogelio Zambrano Lozano, nieto del abuelo fundador, e hijo de Marcelo Zambrano quien fuera presidente del Consejo de Administración de la sociedad.
Además: La familia Arango, fundadora de Argos, nunca imaginó que sería la 4° cementera más grande de EE. UU.