La gerencia todopoderosa
Opinión

La gerencia todopoderosa

La administración es la reina del mundo, su poder es tal que sus técnicas han desbordado los límites de las empresas productivas para invadir a todas las organizaciones conocidas

Por:
julio 03, 2018
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Saber administrar se ha convertido en toda una ciencia. Antes los fracasos empresariales se adjudicaban a la competencia internacional, a la aparición de innovaciones, a las aventuras temerarias, a circunstancias invencibles. Hoy se sabe que con una buena administración todas esas cosas se pueden prever y que las empresas fracasan cuando sus gerentes no tienen visión de futuro ni las herramientas adecuadas para tomar sus decisiones. Ello ha convertido a los gerentes exitosos en los modelos de la modernidad, con todo y sus falsos ídolos.

Edgar Varela Barrios, doctor en Administración de la Universidad de Montreal y actual Rector de la Universidad del Valle, ha escrito una extensa obra en prosa erudita para contar el desarrollo de la ciencia de la administración, sus logros y sus efectos colaterales. Editado por la Universidad Simón Bolívar, es un libro para entendidos con un claro mensaje para profanos: la administración es la reina del mundo, su poder es tal que sus técnicas han desbordado los límites de las empresas productivas para invadir los campos de todas las organizaciones conocidas, con o sin ánimo de lucro, incluyendo al Estado.

Varios fenómenos se desprenden de esa “Hegemonía del Management” como se llama el libro, por considerar que el concepto de management, que es un invento norteamericano, solo puede explicarse correctamente con ese anglicismo que originalmente viene del francés. El primero, que la historia, o la genealogía de la ciencia de la administración, que nace con el auge industrial norteamericano de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, ha ido evolucionando de una concepción mecánica donde el hombre era un engranaje eficiente de la cadena de producción, a una concepción más humana, donde se entendió que una persona podía ser más productiva si se sentía valorada, estimulada, con posibilidades  capacitación y ascenso. El self made man que empezaba de mensajero y terminaba de dueño de la empresa, sin tener que casarse con la hija del dueño.

 

Hay una valorización del trabajo humano
que nace del conocimiento,
el cual pasa a ser el principal factor de producción

 

Lo segundo, que el desarrollo tecnológico y la automatización han ido desplazando el trabajo humano, lo cual ha llevado a que la fuerza de trabajo deba ser cada vez más educada, especializada y por supuesto costosa. Hay una valorización del trabajo humano que nace del conocimiento, el cual pasa a ser el principal factor de producción.

Lo tercero que la difusión de las técnicas de administración a otras áreas de la sociedad, ha impulsado el papel del gerente, más que el del  empresario, como protagonista de los logros sociales: un héroe. El reconocimiento social supremo es para el administrador de excelencia cualquiera sea el asunto que administre.

Lo cuarto que la valorización del trabajo humano ha llevado al aplanamiento y simplificación de la empresa tradicional, y a que aún quienes hoy trabajan en casa estén obligados a conocer las técnicas administrativas, en convertirse en una pequeña empresa eficiente para tener éxito.

Y los efectos colaterales indeseados son dos: el primero, que la preeminencia del poder gerencial ha llevado a los grandes gerentes a convertirse virtualmente en figuras todopoderosas en las empresas y conglomerados que presiden, que no les pertenecen, pero donde acumulan un poder superior a los de sus accionistas, muchas veces anónimos. A esa patología de la gerencia Varela la llama con una palabra impronunciable: managerialismo. Deja en claro eso sí que ese fenómeno con nombre de enfermedad incurable es dañino para la sociedad y desvirtúa totalmente la labor gerencial. Las grandes crisis financieras de nuestro tiempo tienen en esa perversión una explicación.

Y el segundo que la opinión pública, que premia el éxito, tiende a considerar que los dirigentes políticos deben ser reemplazados por administradores exitosos, con consecuencias indeseables porque aunque los instrumentos de administración de lo privado y lo público tienen una base común, los criterios de manejo son completamente diferentes: las utilidades versus el bienestar social, la rentabilidad económica versus la rentabilidad social, el uso racional de recursos versus la gobernabilidad. Ejemplos al canto: Donald Trump, Sebastián Piñera, Silvio Berlusconi, los billonarios al poder.

Primero de una trilogía que se adivina interesante, el libro de Edgar Varela Barrios es un aporte académico  riguroso de mucha utilidad para entender, desde un enfoque filosófico, histórico y crítico la importancia que ha adquirido la administración en nuestro mundo, o como a él le gusta decir, el “management”.

 

 

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