Pensar en el actor paisa, es pensar en un actor acaudalado que desde que empezó la rompió, no solo con su actuación sino también económicamente, sin embargo, para sorpresa de muchos no es así. El gran éxito de Santiago inició con una novela, que aunque lo llevó a la fama, lo hacía vivir raspando y siempre haciendo todo con las uñas.
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Hasta que la plata nos separe, la relación de amor y odio entre Alarcón y RCN. Con su personaje de Jaime Rincón, logró que muchos lo conocieran y lo saludarán en la calle pero su situación económica era totalmente distante y opuesto a la fama que estaba teniendo la novela en ese entonces. En el mundo de la actuación, donde se pagaba por un porcentaje de escenas actuadas, Santiago no lograba cumplir su cuota, lo cual significaba no recibir nada de dinero.
Tal fue la situación que incluso el actor tenía que llegar a ajustar muchas veces con las monedas. Pese al mal pago y la mala experiencia vivida, por ahí dicen que la necesidad tiene cara de perro, tanto que el mismo actor siguió trabajando con RCN en diferentes producciones, donde sin duda se consagró con personajes como Germán o con su interpretación de Jaime Garzón.
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