No ha sido una buena Vuelta a España para un campeón como Egan Bernal. El Covid que sufrió después de ganar el Giro lo ha mermado físicamente. Nunca ha pasado al ataque y, hasta el momento, lo que ha hecho es resistir. El INEOS, el mejor equipo del mundo, tenía una estrategia, ir con tres líderes a la Vuelta, Adam Yates, Richard Carapaz y Egan Bernal. Al ecuatoriano, desde la segunda etapa, se le vio fuera de forma. No era para menos, venía de hacer, en menos de cuarenta días, un Tour de Francia y una Olimpiada donde ganó oro. El desgaste era tremendo.
Sin embargo Carapaz no se conoce por su generosidad, el mismo egoísmo que le trajo problemas en su estadía en Movistar. Una vez no tuvo piernas no le regaló un centímetro de rueda a Egan y decidió fundirse él solo, sin ayudar al líder natural del equipo. Fue la peor estrategia.
Egan, a su irregular condición física, se le suma un aporte regular de su equipo para ayudarlo. Cada quien va a su carrera y a diferencia del Jumbo del esloveno Roglic, su rival más temible, no luce cohesioado en torno a un verdadero líder como sería el de Zipaquirá.
Se viene lo bueno, lo interesante, se viene la última semana llena de montaña y por lo general Egan, quien no corrió ni Tour ni Olimpicos debería venir más descansado. Sin embargo Bernal está pagando y caro los errores de planificación del equipo, el peor de ellos, sin duda, el de no llevar a Daniel Felipe Martínez por preferir a Carapaz. ¿Qué pasó? ¿Por qué Egan no tiene más autoridad dentro de su equipo?
