De la compasión a la xenofobia: el "American dream" es en Colombia

De la compasión a la xenofobia: el "American dream" es en Colombia

"En Venezuela no están tan mal, solo están cansados de comer siempre lo mismo, de no poder adquirir productos que suplan sus necesidades consumistas"

Por: Manuel Arroyo
septiembre 12, 2017
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De la compasión a la xenofobia: el

Desde hace algunos años surgió un descontento colectivo en Colombia por la crisis Venezuela, el país hermano. Uno de los primeros episodios se originó en el 2015, por el éxodo masivo de más de 20.000 colombianos que regresaron a su tierra, en su mayoría, por su propia cuenta. Este hecho se registró después de un cierre fronterizo y luego de que el presidente Nicolás Maduro iniciara una deportación masiva de nuestros coterráneos. Connacionales que migraron a Venezuela tras la explosión petrolera de este país, en la época de los 80, justo donde explotó la violencia en Colombia.

Las protestas violentas, las largas filas para comprar comida, los altos índices de delincuencia, la escasez de productos de primera mano (alimentos, aseo, médicos), que fueron mostrados a nosotros por los noticieros de la casa (RCN y Caracol) en un bombardeo incesante, hicieron que el antimadurismo creciera Colombia y la preocupación por nuestros hermanos venezolanos se intensificara. El país sintió una enorme compasión por el vecino, perdido entre las manos infernales de lo que se había denominado en Colombia como las consecuencias del castrochavismo. El socialismo revolucionario ante el sistema hegemónico y en pro del pueblo solo es sinónimo de pobreza, retraso y nula libertad.

Seguido de esto, inicia el nuevo éxodo, de nuevo, hacia Colombia, pero esta vez es protagonizado por venezolanos que escaparon de su país para poder tener un futuro mejor junto con sus familias. Colombia que hasta 1991 estaba consagrada al Sagrado Corazón de Jesús se divide en qué pensar sobre los nuevos integrantes de la nación, pues quitan trabajos a la clase media y baja.

¿En verdad Venezuela está tan mal? No lo creo. Sí, se debe aceptar que el país vecino atraviesa una crisis social y monetaria. La segunda tiene que ver con el incremento de la inflación, que por estos días es una de las más altas del mundo. Un venezolano gana 200.000 Bs (SLMV) al mes, que son 40 USD. 135.000 Bs son vales de comida y 65.000 para lo que se desee. Se puede llenar el tanque completo del carro con 200 Bs, el transporte por metro subterráneo en Caracas cuesta 8 Bs, moverse en bus equivale a 150 Bs. La comida es escasa en cuanto a alimentos como granos, azúcar, café, aceite, carnes blancas y harina, aunque su escasez es relativa, decimos relativa puesto que estos alimentos que son regulados por el gobierno, subsidiados, lo cual hace que cada persona tenga derecho a cierta cantidad de estos. Las filas se arman pues estos alimentos (regulados) son muy demandados por la población. Sin embargo, de las personas que rodean cuadras haciendo cola, el 65% son revendedores: compran productos subsidiados de primera mano y los venden varias veces su precio real (bastante elevado) y/o en menor cantidad.

Escasean los elementos de aseo como pañales, jabón, desodorante, crema dental, toallas higiénicas. Al llegar es muy elevado su costo, esto porque como ya lo habíamos dicho antes, existe el “bachaqueo” (tráfico negro de productos de primera necesidad). Lo anterior, sin obviar que estos productos escasos (alimentos, aseo, medicamentos) se pueden conseguir en otras presentaciones de origen importado (más caro por la conversión del dólar). Si hay comida, lo que no hay es barata.

En Venezuela una tablet cuesta alrededor de 1 millón de bolívares y un smartphone de gama baja 700.000 Bs. Existen Mc Donald’s, tiendas de Zara y hasta Bershka, pero comprar en estos sitios resulta difícil para el venezolano promedio. Esto se debe al valor del dólar, ya que 1 dólar en Venezuela son según el gobierno 2.150 bolívares. El venezolano promedio no tiene acceso productos propios del consumo capitalista.

El presidente venezolano Nicolás Maduro hace unos días, dice El Espectador, alentó a los venezolanos a venir a Colombia para que experimenten como nuestra “oligarquía bogotana”, que les cobra hasta por caminar. Además, dicen que expresó que no importaba, que él de igual manera tendría sus brazos abiertos para cuando dentro de 6 meses estuvieran regresando, pues él les ayudaría con el pasaje de ida para que se dieran de cuenta lo que es capitalismo y oligarquía.

Cuando Cuba entro al socialismo cerró sus puertas de entrada y salida para los nacionales que quisieran capitalizarse en Estados Unidos, de traidores fueron tildados quienes en balsas salían para llegar a las costas de florida. Cuba tuvo un problema parecido al que atraviesa Venezuela en la actualidad, después de la caída de la Unión Soviética, quienes eran sus grandes benefactores y dejaron de colaborar con la causa de la revolución. Lo anterior, sumado a los cierres comerciales de importación, el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos y la búsqueda de una nacionalización hizo que cuba entrara en el “período especial”, donde el hambre azotó bastante fuerte a la población. Venezuela fue quien después vendría a ser el benefactor de Cuba, tras la entrada de Hugo Chávez Frías como presidente electo.

Venezuela es un país donde el 95% de su economía depende de la exportación de petróleo, PDVSA empresa pública nacional petrolera es la encargada de la distribución de comida y del empleo de gran parte de la población venezolana. Cuando el precio del petróleo cae drásticamente, entran menos dólares y los que llegan son regulados por el gobierno, pues estos son utilizados expresamente para la importación de productos. La empresa nacional caería por completo si entran productos que compitan contra los que están regulados de fabricación nacional.

En ultimas, en Venezuela no están tan mal, solo están cansados de comer siempre lo mismo, de no poder adquirir productos que suplan sus necesidades consumistas (que ven por la web y a los que no tienen acceso), pues el consumo primario está garantizado por el gobierno venezolano. No hay papel higiénico, pollo o cerdo, y si lo hay su demanda es rapaz (sin esto también se puede vivir. Vivir en Venezuela no es malo, solo es tedioso, su gente está brava y con toda razón, ya no pueden acceder a objetos que en un tiempo tuvieron de fácil manera. La época de la bonanza petrolera, en la cual hasta los pobres tomaban whisky (fue uno de los mayores consumidores de este licor a nivel mundial) acabó.

“En términos generales, en el preciso instante en que tú dejas de poder encontrar un producto lo vuelves más preciado de lo que lo considerabas antes", dice a BBC el psicólogo estadounidense Eldar Shafir, autor de Escasez: por qué tener tan poco significa tanto. A mi parecer, el venezolano viene a Colombia a capitalizarse y conseguir dólares, ya que en este país no es tarea difícil. Además, no tienen el bloqueo que se presentó en Cuba, pueden salir y entrar a los dos países cuantas veces quieran. En Colombia, según las últimas cifras de migración hay más de 135 mil venezolanos, de los cuales 22.000 aproximadamente tienen permiso especial de permanencia. Ellos le quitan los trabajos a muchos colombianos. Son meseros, celadores, obreros, vendedores ambulantes en calle o en TransMilenio, cantan Rap consciencia y baladas, y se apoderan lentamente del trabajo informal. Son contratados por bajos salarios, lo cual aumenta la tensión, pues los empleados informales pierden sus empleos. Es un hecho que hasta las prostitutas protestaron por la migración venezolana en Cúcuta y en Bogotá.

En TransMilenio vi a un joven venezolano de no más de 23 años, quien era administrador de impresas y economista, vendiendo gomitas para poder enviar dinero a casa. Según el diario Portafolio, un vendedor de TransMilenio llega a hacerse de 70.000 pesos a 185.000 en un solo día, trabajando de 4 a 6 horas; y un mesero puede ganarse entre 30 mil y 40 mil pesos diarios. Por mal que le vaya y sacando su sostenimiento, puede ahorrar 10 dólares diarios. Seis meses es lo que dice Maduro que dura en venezolano en Colombia, así que por poco se devolverá con 1000 dólares, es decir, llegará como mínimo con 2 millones de bolívares (mal cambiados, ya que en Venezuela un solo dólar puede costar hasta 5000 bolívares).

Lo que pasa en Venezuela es producto de la dependencia, el petróleo era el sustento de todo el país. Cuando el petróleo cayó, también cayó la calidad de vida de la gente. Además, la poca inversión extranjera y privada hizo que el Estado entrara en austeridad, supliendo lo necesario. Por su parte, la devaluación de la moneda está próxima a acabar, o al menos eso supone Maduro (quien en los últimos meses se ha venido asesorando). Su objetivo ahora es crear una nueva moneda que compita contra el dólar, en una alianza con países árabes y no alineados con el movimiento mundial. Con esta pretende detener la inflación que azota al país hermano. Mientras tanto, venezolanos invaden los trabajos que nuestros coterráneos antes ocupaban, y una especie antivenezolanismo se ve en el ciudadano de a pie, que encuentra venezolanos atendiendo hasta en las tiendas de barrio.

No creo que quieran quedarse, la mayoría se gradúa a los 25 o menos. La educación es gratuita y de calidad, tienen más de 43 universidades públicas, el 73% de la población recibe pensión. No me malentiendan, no digo que sea perfecto, tiene sus problemas como todas las naciones y el hogar es el hogar.

Un país que busca independencia, una empresa nacional debilitada, nula inversión extranjera, un pueblo que prefiere abandonar el barco antes que luchar por este, deja más preguntas que respuestas. Si lo miramos en perspectiva nosotros también tenemos problemas hasta parecidos.

Para terminar, no estamos lejos que nos pase lo que a Venezuela, no por el castrochavismo o que entremos en un estado socialista, no, eso no va a pasar. Realmente, puede darse puesto que casi todo en nuestro país es importado, nuestra economía depende de la inversión extranjera, no tenemos empresa nacional, ni movimiento interno monetario, la mayoría del dinero que se genera en este país como el que amasan ahora los venezolanos se gasta en otras partes. En el hipotético caso de una guerra mundial, ¿seríamos nosotros quienes iríamos a Venezuela? No creo que esa crisis dure para toda la vida, aunque si eso pasará, quiénes nos quedaríamos acá en la batalla y quiénes abandonarían este barco. Para cerrar, ¿es nuestro deber apoyar al venezolano, sabiendo que en algún momento ellos se irán, cuando sus problemas estén resueltos y nuestra economía más deprimida?

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