Es habitual escuchar un bambuco, una guabina, oler a café y sentirse tan colombiano cuando pasamos por la calle séptima con carrera 14 llegando a la estación del ferrocarril de la ciudad de Neiva, sobre todo en las horas de la noche.
Don Ricardo Camacho Romero, Caqueteño de 62 años, bajo de estatura, de pronunciadas arrugas en su rostro, con una cabellera pálida y descolorida se le nota en su mirada que la vida no lo ha tratado muy bien.
Hace más de medio siglo don Ricardo se dedicaba a sembrar yuca y plátano para luego comercializarlo todas las mañanas en la plaza central de Florencia, pero la violencia azotó fuertemente esta región obligándolo a desplazarse forzosamente al departamento del Huila a buscar otra manera de llevar el pan a su hogar.
Un caso más de desplazamiento en nuestro país, en esta situación de 26 años de edad llegó a la ciudad de Neiva y por intermedio del “re busque” para buscar estabilidad ya que el estado colombiano no le ha otorgado al 85% de la población desplazada óptimas condiciones de vida.
La situación se vuelve más crítica ya que según la personería de Neiva, la cifra de más de 2000 trabajadores informales que acoge la ciudad son causa del desplazamiento forzado, alrededor de 457 declaraciones lo afirman.
Pero, ¿Qué calidad de vida laboral van a tener estas personas azotadas por el desplazamiento si en sus veredas o lugares de origen su educación fue la más infame?
Analfabetas 2,3%
Primaria incompleta 10,2%
Primaria completa 15,8%
Bachiller incompleto 25,9%
Bachiller completo 24,6%
Tecnólogo incompleto 5,0%
Universitario incompleto 2,4%
Según las estadísticas del cuadro anterior el 70% de la población desplazada y marginada por la violencia terminaron escasamente la primaria, el 27% terminaron sus estudios secundarios y los 3% restantes son analfabetos.
La vida de este humilde Caqueteño no fue nada fácil, contando con escasos estudios primarios y una nueva ciudad encontró en la música el camino a seguir para poder salir de esta situación.
Falta de oportunidades 60%
Pérdida del empleo 20%
Otra forma de ingresos 15%
Gusto por la música 5%
En este caso en particular Don Ricardo que lleva 38 años en la ciudad de Neiva ha sido uno de los pocos beneficiados por su talento nato y amor a la música colombiana, por el hecho de que en otros casos de vida estos músicos “informales” han tenido que recurrir en un 3% a ser carretilleros, un 6% a taxistas, un 30% a ayudantes de obra y un 61% a oficios varios.
A consecuencia de la adversidad vivida, le ha costado al país muchas muertes en las últimas décadas, el ICBF nos muestra un índice 2.200 trabajos informales en la capital bambuquera donde los menores de edad son grandes protagonistas de ellos.
Tarifas de los tríos
70 mil 50%
80 mil 30%
60 mil 20%
Don Ricardo ha pasado de hasta 4 a 8 noches sin recibir un solo ingreso, conociendo ya por antemano que el porcentaje más factible de conseguir dinero es 70 mil pesos para sostener en su caso a su esposa, sus tres hijos varones y su persona, no se ve nada favorable.
Un hombre actualmente con 62 años de edad del cual 35 de ellos lo ha dedicado a la música, se ubicaría en el porcentaje de mayores de 50 años (50%), contra los músicos de 40 años (30%) y los de 30 años (20%) de artistas informales.
Otro problema que agrava al trío “Alma del Huila” son las falsas promesas de los políticos locales que en horas de ir a las urnas les han prometido hasta un sindicato por medio de la cámara de comercio donde les garantizarían: pensión, salud, vivienda etc. al fin de cuentas ninguna de las partes ha sido ejecutada.
Por efecto de lo anterior a los tríos ubicados en la calle séptima como “Alma del Huila” han conformado un sindicato por su propia cuenta a través de la cámara de comercio, Asomusic del Huila y las buenas gestiones de su nuevo presidente Jair Mendoza hace más de dos años gozan de mejores condiciones, ya que si hubieran continuado con las antiguas administraciones seguirían sacando tajada de su puesto usándolo para uso personal como “vaquiro” su ex presidente.
La denuncia más importante de esta situación no busca un fin económicamente remunerado, la queja va dirigida a las nuevas generaciones que han sido absorbidas por el sistema capitalista actual que llega a los rincones más remotos y rebuscados del planeta como la calle séptima con carrera 14 de la ciudad de Neiva.
Edades de las personas que solicitan el servicio de una serenata:
50 en adelante 60%
De 40 a 50 28%
De 30 a 40 12%
Como observamos en la tabla anterior y según lo que nos comentaba el líder de “Almas del Huila” las edades de las personas que solicitan sus servicios oscilan entre los 30 a 70 años de edad. Esto quiere decir que es directamente proporcional la edad de los clientes con los músicos que conservan las tradiciones colombianas más prosperas culturalmente.
El reggaetón, el indie rock, la electrónica y las nuevas olas que provienen del viejo continente y los Estados Unidos han reducido de una manera abismal a la música regional afectando directamente aquellos artistas que han dedicado su vida a alegrar las noches dominicales de los hogares Huilenses con temas clásicos como “los guaduales” de Jorge Villamil, “yo también tuve 20 años”, “los caminos de la vida” y muchos más temas propios de nuestra cultura andina; limitándolos a solo ser contratados en las fechas solemnes del año como el día de la madre, la mujer y en las fiestas de san pedro, consiguiendo achicar cada día que pasa las oportunidades a las personas desplazadas y obligar a personas como Don Ricardo con una larga trayectoria en la vida musical (35 años) con 4 personas que alimentar buscar nuevos rumbos informales y riesgosos para subsistir.