La Arauca pospetrolera no es un mito, es una realidad

La Arauca pospetrolera no es un mito, es una realidad

"¿Cómo debemos abordar los retos implícitos en esta transición económica y esta fortalecida dependencia frente al sector público?"

Por: Eduardo Andrés Botero Cedeño
julio 13, 2018
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La Arauca pospetrolera no es un mito, es una realidad
Foto: Pixabay

El reporte de las cuentas departamentales, presentado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) el día 29 de junio, ha dejado, para el caso específico del departamento de Arauca, varios aspectos que ameritan ser analizados: en primer lugar, es llamativa la escasa difusión que este tipo de información tiene, lo que de una u otra forma permite colegir que quienes están encargados de tomar decisiones o emitir análisis de la cotidianidad de los araucanos apelan más al juicio emocional que a la razón objetivamente informada; en segundo lugar, resulta preocupante que el departamento de Arauca siga siendo un asiduo participante del capítulo de los departamentos con peores desempeños económicos; por último, un análisis detallado de las series históricas que tienen como base el año 2015, da cuenta de una situación que llamativamente parece pasar desapercibido: la transformación productiva del territorio ya tuvo lugar. Estamos transitando la era pospetrolera.

Son estos tres aspectos los que constituyen el derrotero de la presente nota ciudadana, la cual no tiene una intención diferente que la de promover el debate sobre un tema esencial que atañe a todos los araucanos.

Empecemos entonces por un hecho que al menos para quien escribe estas líneas es irrefutable: la crisis económica del departamento de Arauca es tan grave y preocupante como la de nuestros hermanos venezolanos. El departamento de Arauca lleva más de una década registrando crecimientos económicos negativos, en una tendencia que salvo algunas excepciones ha terminado profundizándose, sin que en el corto plazo se avizoren cambios sustanciales. Así, podemos apreciar en el gráfico 1, que desde el año 2009 y salvo el caso excepcional de lo registrado en el año 2015, el producto interno bruto del territorio ha venido decayendo consistentemente.

Fuente: DANE (2017)

No les falta razón a quienes interpretan los datos económicos del departamento de Arauca a la luz de los vaivenes de la producción petrolera nacional y de los precios del mismo en los mercados internacionales. En este sentido es claro que el país dilapidó las enormes posibilidades que brindó la bonanza de los commodities que se extendió en gran parte de la primera década del siglo XXI. Así, desde el 2008, año en el que según las series de datos presentadas por el DANE la producción petrolera marca su máximo histórico, hasta el año 2017, la actividad relacionada con la explotación de hidrocarburos ha tenido una reducción sustancial que supera el 52%.

Ahora bien, quedarse únicamente con esta explicación implica deja de aportar al debate público que se requiere, otros datos igualmente relevantes: 1. La alta volatilidad del sector de la construcción da cuenta de procesos de urbanización altamente desordenados y poco planificados; 2. En los últimos años se ha exacerbado una dinámica de desindustrialización, lo que no deja de ser paradójico y preocupante en una economía que no se ha caracterizado precisamente por un sector industrial boyante; 3. El comportamiento de sector primario y el comercio, han evitado que la crisis se profundice aún más, sin embargo, su dinamismo es insuficiente para apalancar un proceso de crecimiento y desarrollo que resulte renovador para el territorio; 4. Por último, tal como se puede apreciar en el gráfico 2, es evidente que la crisis económica de Arauca es general y no se debe exclusivamente, al declive del sector petrolero.

Fuente: DANE (2017)

Precisamente, frente a las cifras que dan cuenta de la dinámica productiva sectorial en el departamento de Arauca, es posible realizar una sentencia que muchos todavía parecen no advertir: ya estamos transitando en la era pospetrolera. El peso relativo del sector petrolero ha mermado en un 40% durante el periodo 2005-2017, mientras que sectores como agricultura, construcción y comercio han incrementado su participación en el PIB departamental en un 124,5%, 135,8% y 71,6% respectivamente. Por supuesto que el petróleo sigue representando más de un tercio de la economía araucana y desconocerlo sería un absurdo, pero seguir planteando, como se hace en diversos escenarios de planificación del territorio, que el punto de partida es una futura independencia de la actividad petrolera y la consiguiente consolidación de una economía propia, es un exabrupto aún mayor, en tanto implica desconocer que más allá de las bondades presupuestales la “bonanza petrolera” nunca constituyó un sector que generara dinámicas de enclave y aglomeración, transferencia de capacidad técnica instalada y tampoco apuntaló el crecimiento de los demás sectores que podrían llegar a ser complementarios, sectores que terminaron robusteciéndose a pesar del boom petrolero y no gracias a él.

Fuente: DANE (2017)

La crítica que se plantea desde estas escuetas líneas se orienta a remarcar que esta transición no ha sido advertida en toda su magnitud y mucho menos ha sido planificada de la forma en que se requiere. Esto por supuesto que no es una sentencia definitiva y lapidaria, sin embargo, sí que es perentoria en el sentido en que las cifras, los datos fríos y objetivos, dan cuenta de una realidad que vivimos los araucanos en nuestra cotidianidad: la economía, el trabajo y la producción han dejado de depender del petróleo, pero se ha robustecido la dependencia frente al sector público y el sistema político clientelista.

¿Cómo debemos abordar los retos implícitos en esta transición económica y esta fortalecida dependencia frente al sector público? Esta es la pregunta que debe orientar el debate en todos los escenarios territoriales y deberá ser, sin ningún lugar a dudas, el eje central de la contienda electoral que tendrá lugar el próximo año. Por el momento, quien escribe estas líneas espera que las mismas se constituyan en la excusa perfecta para que el debate se emprenda y tenga la repercusión que amerita.

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