El mal momento de Jorge Mendes, el hombre que manda en las vidas de James y Falcao

El mal momento de Jorge Mendes, el hombre que manda en las vidas de James y Falcao

El portugués que hizo su fortuna comprando y vendiendo jugadores como Cristiano Ronaldo y las dos estrellas colombianas, está acorralado por parte del fisco español.

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junio 11, 2015
El mal momento de Jorge Mendes, el hombre que manda en las vidas de James y Falcao

Afirma un empresario portugués que a principios del año 2011, un Porsche convertible último modelo apareció en el andén de la casa del colombiano Falcao García. Todo indica que era el regalo del agente FIFA Jorge Mendes. Por esos días el colombiano brillaba como el mejor jugador del Oporto Futbol Club, se había convertido en su máximo artillero con 72 goles y había logrado salir campeón en seis torneos de alta competencia. No se sabe si el regalo los acercó más, pero lo que sí es comprobable es que Falcao le firmó un poder para manejar su carrera deportiva, justo una noche antes de que Mendes, con su impecable apariencia de trajes a la medida, corbatas Hermes, reloj Chopard y zapatos Ferragamo, saliera en un avión privado hacia España para sellar algo que ya estaba negociado: el traspaso del delantero colombiano hacia el Atlético de Madrid por 47 millones de Euros.

Mendes de tiempo atrás ya estaba inoculado en los negocios del Oporto. Con la  misma estrategia de regalos, invitaciones a los mejores sitios y hablar con los futbolistas como si fuera su amigo de toda la vida, logró dos años más tarde, que el cándido James Rodríguez, en ese momento con apenas 22 años de edad, le firmará un poder para todo tipo de movimientos a otros clubes. De hecho en el año 2013, James fue vendido al Mónaco en 45 millones de Euros. Por todos sus negocios, según el periódico británico The Guardian, Mendes cobra entre el 8 y 10% de toda la transacción. Nunca pierde.

‘El señor del Porsche’ como se le conoce en los palcos VIP de los estadios más prestigiosos del mundo, es un futbolista frustrado. Venido de una familia clase media, su papá era funcionario público y su mamá ama de casa, jugó fútbol hasta los 20 años. Alcanzó a llegar a la segunda división profesional de Portugal con el Vianense. Hábil, cuando le echaron del equipo por no rendir y debían pagarle la liquidación hizo su primer negocio. No le pidió al dueño del club la deuda en especie sino que le cediera los derechos del manejo de las vallas publicitarias del estadio durante un año. Al tiempo montó una cadena de alquiler de películas de la cual comenzó a vender franquicias.

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La luz se le prendió al saber que la promoción de marcas era un buen negocio, pero tenía también otro hobbie: la fiesta. Su proyecto de vida se desvió un poco cuando invirtió todo lo conseguido en un bar en la zona rosa del Distrito de Braga. Pero se le apareció el Espíritu Santo de manera literal. Era el año 1996 y a su barra comenzó a ir el jugador Nuno Espírito Santo, arquero por esos días del Vitória de Guimarães. Se hicieron tan amigos que Mendes convenció a Nuno de cederle su representación y le juró que lo vendería al mejor postor. Durante un mes, todos los lunes, recomendado por otro cliente del bar, Mendes comenzó a viajar a las oficinas del Deportivo La Coruña, en España, para ofrecer al portero. De tanto insistir y con un vídeo de película que le había hecho al jugador se dio su primer gran venta: Nuno fue traspasado al equipo español por 300 millones de pesetas. Conociendo el viejo adagio de: “Cómo te ven te tratan”, Mendes invirtió gran parte de su tajada en trajes costosos y un buen auto.

Empezó, entonces no a cazar sino a ‘soncazar’ talentos; hacía la fácil, ver qué había bueno en los equipos, de modo que se averiguaba todo de los chicos y después los visitaba de manera privada sin pasar por las directivas. Algunos jugadores recuerdan que Mendes los recogía en casa, los escondía en el carro y los llevaba a comer a su lujoso apartamento junto a su esposa para hacerles ofertas irrechazables. En 1997, fue entonces, cuando por términos legales se vio obligado a montar la agencia Gestifute (Gestión de Carreras de Profesionales Deportivos), la cual empezó con cuatro personas de planta, todos familiares y que hoy supera las cuarenta personas con sede en diferentes países.

El encantador Jorge Mendes puso en marcha su propia fórmula para poner a jugar donde quisiera a sus representados: primero, caerle bien al técnico del club; segundo, caerle mejor al presidente del club. Así lo hizo con el polémico Jesús Gil, presidente del Atlético de Madrid. De entrada los regalos y las melifluas invitaciones ablandaron la personalidad de Gil, por tal en 1999 Mendes logró que el centrocampista portugués Hugo Leal pasara del Benfica al equipo colchonero por varios millones de pesetas y de esta manera dejar abierta las puertas del club para meterle goles y autogoles.

Int 2

Temperamental, que no se deja humillar de nadie, en el año 2002 Mendes estuvo involucrado en un escándalo de puños y patadas. Se encontraba en el aeropuerto de Lisboa y le tocó en la misma sala VIP con José Veiga, hasta ese momento el gurú de los empresarios deportivos en Europa, quien representaba a los ‘galácticos’ Zinedine Zidane y Luis Figo. De pronto Veiga le hizo un reclamo por andar sonsacando a sus jugadores y ofreciéndoles regalos, ‘tirándose el negocio’. A Mendes le tuvieron que quitar a Veiga cuando lo estaba acabando a puñetazos. Veiga hoy está en la quiebra y dejó de representar futbolistas, en cambio ese mismo año ‘El señor del Porsche’ se hizo a una gran comisión vendiendo al portugués Hugo Viana por 12 millones de Euros al Newcastle de Inglaterra.

Aunque el paso de Viana por Inglaterra fue un desastre, le siguieron creyendo. La persistencia es una de las virtudes de Mendes. Con los contactos hechos en el Reino Unido, logró que el mítico director técnico del Manchester United, Sir Alex Ferguson le diera una cita. Camino al aeropuerto a 160 kilómetros por hora, Mendes dejó su Porche Carrera incrustado contra una tractomula. Herido y sin media oreja, se subió al avión para no perder la reunión privada, aunque no pudo vender al arquero español Ricardo López, las puertas del Manchester quedaron abiertas para un hombre que manejaba bien los cubiertos y sobre todo la lengua.

Embriagado de ambición, al año siguiente llegó a Londres con la joya de la corona. Se trataba de un muchacho todavía acné que había jugado apenas una temporada en el Sporting de Lisboa, donde solo anotó cinco goles en 31 partidos. Pero Mendes se lo supo meter por los ojos a Ferguson quien creyó en aquel Cristiano. El United pagó 12 millones de Euros, pero en los primeros dos años pensaban que de nuevo les había metido un paquete vacío envuelto en papel celofán, porque Cristiano en el 2003 hizo seis goles en cuarenta partidos y al año siguiente nueve goles en cincuenta encuentros. Aquel regalo tan solo se abriría en el año 2008, cuando Cristiano Ronaldo se convirtió en el goleador del torneo local y levantó la copa de la Liga de Campeones.

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Como sabía que tenía que echarse un técnico al bolsillo, el nuevo millonario portugués con sus propuestas de ensueño, hizo que José Mourinho, quien acababa de ganar la Champions del 2004 con el Oporto, firmara con él un contrato de representación. Así, Mendes hizo un par de citas con un ruso que no sabía qué hacer con su fortuna, Román Abramóvich, y que acababa de recibir un equipo en quiebra, lo cual terminó en que Mourinho fuera contratado con el mejor sueldo que un entrenador pudiera merecer. No fue, pues, casualidad que con técnico y el dueño del equipo como amigos, el Chelsea FC comprara a jugadores de su propia empresa (Gestifute). Al equipo llegarían Maniche, Deco, Ferreira, Carvalho y Tiago, quienes en total sumaban 40 millones de Euros.

El hombre de negocios creó un camino fácil de identificar: llevar jugadores de Portugal a Inglaterra. Lo hizo con Nani, Anderson y Sabrosa. Pero los mejores resultados se efectuaron cuando su caja registradora se enfocó en España. La sacó del Bernabéu con la transacción más alta, para la fecha, de un jugador: trasladar del Manchester al Real Madrid a Cristiano Ronaldo por la exorbitante suma de 94 millones de Euros en el 2009. Como no era amigo del técnico del Real, hipnotizó a Florentino Pérez para que Mourinho llegara a Madrid. Mou y Mendes aplicaron la misma, llegaron con su propia camada de jugadores, todos con la misma representación. Di María, Carvalho y Coentrão se vistieron de blanco. Fueron tan buenos los negocios que Mendes compró una mansión en La Finca, el condominio donde vive la mitad de la plantilla merengue.

Goleador nato para hacer trasferencias, Mendes también acopió un nuevo modelo de negocio donde ha ganado por partida doble. Sin poner un peso comenzó a asesorar Fondos de Inversión para que compraran nóminas enteras de equipos caídos en desgracia con la promesa de poner a los jugadores en los grandes clubes, recuperar la inversión y ganar rentas hasta del 37% en cada euro apostado. Así fue como logró que el fondo Doyen Sports Investments, le prestara toneladas de billetes al Oporto, quien le tuvo que ceder el 50% de los derechos del colombiano Falcao García. Con tamaña deuda, Mendes también logró que el delantero le firmara sus derechos de representación, de modo que Falcao ahora tenía que hacer lo que el portugués quisiera, porque el jugador de dónde iba a sacar el dinero que habían invertido en él. De esta manera Mendes lo puso a jugar en el Atlético de Madrid, donde Falcao salió figurón.

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Pero más tarde hizo una jugada donde el perjudicado fue el colombiano. En una transacción en la que se quedó con varios millones de Euros, Mendes llevó al Tigre por 45 millones de Euros a un escampadero llamado Mónaco Fútbol Club. La idea era esperar a que se abrieran los fichajes de nuevo en España y trasladarlo por otros millones más al anhelado Real Madrid. Pero la suerte no estuvo del lado del nueve de Colombia quien se lesionó, se perdió el mundial y de paso la entrada al Madrid. Como Mendes siempre gana con cara o con sello, ganó con sello. Lo que no pudo hacer con Falcao lo hizo con James Rodríguez, a quien el dueño del Mónaco lo había comprado en 45 millones de Euros y después fue vendido en la no despreciable suma de 80 millones de billetes azules.

Estos Fondos de Inversión han sido mal vistos por la UEFA y por la misma FIFA, que suponen que los jugadores comienzan a estar a merced de la rentabilidad que le puedan ofrecer a quienes apuestan por ellos. Hoy en manos de Mendes están más de 70 jugadores, entre ellos 10 de los pases más caros del planeta. George, como prefiere ahora Jorge Mendes que lo llamen hizo tan solo en el año 2014, siete de las transferencias más caras de la historia por más de 500 millones de dólares. Mientras se le oculta a la prensa, prefiere salir en las fotos y las portadas en cada premio o liga que ganan sus súbditos. De hecho, su estrategia radica en ponerles road manager a los jugadores para que les pongan hasta el cepillo de dientes en tanto los deportistas se dediquen a entrenar duro y hacer valer su peso en oro. Hace poco en un perfil realizado a James Rodríguez aseguran que el joven no puede hacer una sola llamada sin consultarle a Mendes, quien le contesta así esté corriendo en su Porsche a 200 kilómetros por hora para cerrar otro nuevo negocio.

Ahora está en la encrucijada ya que sus clientes, entre los que se cuentan James y Falcao, le deben cerca de 35 millones de euros al fisco español. Sus buenos días parecen haber quedado atrás.

Twitter autor: @PachoEscobar

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