¿Hacia una cuarta teoría política colombiana?

¿Hacia una cuarta teoría política colombiana?

Al manifestar la única cohesión de la nación en conceptos puros y universales estaremos ad portas de un hecho genuino para el colombiano

Por: Juan Camilo Ubaque
mayo 04, 2018
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¿Hacia una cuarta teoría política colombiana?
Foto: El Tiempo

La disputa entre el poder legislativo y el ejecutivo por el control al Gobierno ha enseñado que en Colombia el sistema republicano fundado en 1819 ha llegado a su fin. La corrupción endémica del sistema durante casi dos siglos de república ha generado plutocracia, desgobierno y corrupción. Es hora de fundamentar la "colombianidad" como teoría política.

No obstante, la misma descomposición de la política y el Estado ha venido generando una conciencia colectiva en acción, que va mucho más allá del posliberalismo (tercera vía), el posfacismo (Alt-Right), y el posmarxismo (progresismo), y que espera realizarse en una teoría práctica a nivel nacional. Por tal razón se formula el proyecto de iniciar la construcción de una cuarta teoría política colombiana, basada exclusivamente en los hechos circunstanciales sociopolíticos y económicos en las que se ve inmerso Colombia, porque solamente logrando manifestar la única cohesión de la nación en conceptos puros y universales, como planteará esta teoría, basada en la unidad identitaria y las demandas del pueblo colombiano, que llamo "colombianidad", estaremos ad portas de un hecho genuino para el colombiano y toda la nación.

Es necesario aclarar qué república soberana y libre del conflicto interno tratamos de superar. La reciente firma de los acuerdos de paz no terminó ningún conflicto, solo sacó de circulación a uno de sus protagonistas. No solo eso fue el conflicto interno: Colombia seguirá en un modelo económicamente obsoleto, se aumentarán las incursiones de guerrillas y paramilitares, la presencia de carteles extranjeros, la desestabilización de las fronteras, corrupción en las altas cortes, llegando al momento de cumplir las palabras de Montesquieu: "Cuando se corrompe el poder legislativo, se pierde toda esperanza, ya que ahí reside el germen de su propia mejoría".

Además, no surge, por ahora, alternativa capaz de abordar sistemáticamente la superación estas problemáticas del liberalismo, el comunismo y el fascismo. Las batallas bipartidistas iniciadas en el siglo XlX han finalizado, y es, ahora, el liberalismo quien ha dominado todas las instituciones, en tanto, los partidos políticos como al Estado colombiano. Ni la movilización desgastada del marxismo radical, como la posición enajenada del conservadurismo, logran ni lograrán proyectar propuestas sólidas, estructuradas y precisas porque sólo se han limitado a ser únicamente reaccionarios. Solo la formulación de una nueva cuarta teoría es la solución.

¿Por qué una cuarta teoría? A la fecha no hay elección alternativa al liberalismo que ofrezca una visión de progreso, quizás de modernización, porque las visiones que ofrecían un poco de auge en cultura o economía fracasaron. Ahora las políticas públicas y el Gobierno giran alrededor el liberalismo económico, generando así, en consecuencia, histórica, rechazo a cómo se ha gobernado Colombia mediante la política del Estado neoliberal de la seguridad democrática o del Estado posliberal de la paz. Esto conlleva a una fragmentación de la sociedad, contaminando la esencia electoral de la nación ante poniendo los aspectos económicos sobre todo lo demás, incluyendo a la política misma.

La razón de identidad y cultura, permeada por la economía del neoliberalismo que le da, a su vez, un toque mercantil y superficial como por ejemplo Colombia es pasión o simplemente la Selección Colombia, es poder dar (a identidad y cultura) una categoría de representación nacional que merece, en cuanto a que esta nos dará las conclusiones más acertadas de las circunstancias en las que vive la nación en su periodo de lentitud en cuanto a modernización en el siglo XXI.

Por ello, se recurre a analizar la desnacionalización de la economía, el agro, la cultura, la política y la historia colombiana por su gran distorsión que no permite la elaboración competente y contundente de acciones políticas contra las problemáticas que tiene la sociedad y el Estado. Agrego que la "colombianidad" ve al Estado no como órgano socioeconómico ni como un fin en sí mismo, sino como un medio para la conservación de la nación y sus culturas.

Y, en cuanto al inicio de esta investigación, se entiende que el territorio nacional está delimitado por culturas autónomas como la llanera, amazónica, chocoana, tumaqueña, cundiboyacense y étnicas como la wayúu, arahuaco, muisca, huitoto, kamsá, sikuani y entre otras más, y que Colombia se ve fragmentada regional y socialmente porque la política del país pasó a ser "política" de café o electoral, un estilo posmodernista, individualista, consumista y vacío. Esto lleva a lanzar una cuestión merecedora de un proyecto social y político: ¿cómo hacer política en Colombia cuando no existe primeramente política?

Primero entender la política como arte de conducir comunidades, y fomentar a su vez las bases sólidas para construir la comunidad, y esa base no es el bipartidismo, la corruptocracia ni la politiquería sino los valores y la concepción mental del colombiano, aunque esté dirigida por los politicastros de manera dictatorial. Por ello, el reconocimiento de Colombia como una nación pluricultural permite el reconocimiento de nuestras diferencias, valorando aún más las tradiciones populares inmersas a lo largo el territorio nacional. También superar dicotomías de indigenismo-hispanismo.

Este trabajo fue extraído de mi ensayo Fundamentos para una Cuarta Teoría Política en Colombia, que expresa la reciente formulación de la Nueva República como la teoría política basada en la colombianidad. Solamente logrando manifestar la única cohesión de la nación en conceptos puros y universales, como el "nacionalismo democrático" y la unidad identitaria, estaremos ad portas de un hecho genuino para el colombiano.

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