Fútbol y muerte: la combinación perfecta para el morbo del colombiano

Fútbol y muerte: la combinación perfecta para el morbo del colombiano

A propósito de los comentarios en las redes sociales que generó la nota: ‘¡Que mueran niños, pero que gane Colombia!’

Por: Gustavo Adolfo Flórez Garzón
junio 21, 2015
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Fútbol y muerte: la combinación perfecta para el morbo del colombiano

El portal Las2Orillas.co publicó la nota ciudadana: ‘¡Que mueran niños, pero que gane Colombia!’ (17/06/2015) que generó una serie de comentarios en redes sociales (nunca debate).

Porque si bien el título del texto, de evidente corte amarillista, relaciona a la Selección Colombia con el infame caso de los miles de niños wayúu que han muerto de hambre y desnutrición en La Guajira, éste solo fue usado, de manera consciente y calculada, para enganchar a más lectores bisoños, como el colombiano común: ansioso de entretenimiento y violencia.

Los cientos de comentarios registrados en las redes sociales del portal web de Las2Orillas, además de reflejar el poco criterio que los lectores tienen para debatir, evidencian la polarización, el espíritu violento y morboso del colombiano promedio.

EL CONTROL DE LA NATALIDAD

El control de la natalidad fue el primero en “debatirse”. Para algunos, la responsabilidad de las muertes de los más de cinco mil niños wayúu es exclusiva de sus padres, quienes, según un ciudadano, son delincuentes pues: “traerlos al mundo sin saber cómo se van a mantener es criminal”.

Ése falaz argumento (respaldado con la errónea deducción de que el Estado no tiene por qué hacerse cargo, humanitaria y económicamente, de la problemática que actualmente se presenta en La Guajira), legítima el abandono que padecen miles de colombianos en otras regiones aisladas del país.

Además, las culturas aborígenes sudamericanas se caracterizan por ser de familias numerosas, al igual que hasta hace unos 30 años lo fue la población mestiza colombiana, donde primaban familias con 6, 8, 12 o más hijos.

¿Tiene el Estado colombiano la obligación de velar por el bienestar de la niñez en condición de vulnerabilidad? ¡Por supuesto! Así lo ratifica la Constitución del 91: “El derecho de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás”.

El meollo de esta crisis humanitaria es por qué los más de $180 mil millones que se han destinado en 2015 para atender a la Primera Infancia en La Guajira no se han ejecutado e invertido con transparencia.

Las explicaciones nos la debe Cristina Plazas Michelsen, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF.

Plazas Michelsen quizá dirá que el problema es con 70, de los más de 3 mil contratistas con quienes tienen convenios en la región para proporcionar la alimentación adecuada para los niños. ¿Quién debe hacer la auditoría que verifique el cumplimiento de los contratos? Pues el ICBF.

EL FÚTBOL NO TIENE LA CULPA

Otros de los comentarios más comunes en las redes sociales, respecto del artículo, versaba sobre la “posición facilista de echarle la culpa al fútbol de la indolencia de la gente y los medios en general”.

Aunque el fútbol, como deporte, no es el culpable directo de las crisis sociales, políticas, económicas y humanitarias de un país, sí es cómplice, como espectáculo.

Si no es así, ¿entonces por qué los gobiernos aprovechan la realización de grandes torneos, como la Copa América o el Mundial de Fútbol para hacer reformas, casi siempre lesivas para la población?

¿Por qué entonces el Senado de la República aprovechó tan magno evento deportivo para aprobar, en primer debate, un cambio en el Código de Policía y permitir que los de verde oliva realicen allanamientos a las viviendas sin ninguna orden dictada por un juez?

¿Por qué entonces Jorge Rafael Videla, dictador de Argentina de 1976 a 1981, aprovechó el mundial que se realizó en 1978 en su país para desaparecer a miles de opositores?

Porque la gente cuando está automatizada por el fútbol deja hacer y deshacer.

De ahí lo acertado del titular. Si la nota fuera: “Crisis humanitaria en La Guajira, por desnutrición, hambre y sequía mueren cinco mil niños”, téngalo por seguro que más de 17 mil personas no hubiesen leído el artículo y los comentarios no llegarían ni a la decena.

LOS MEDIOS SON LOS CULPABLES

Otro tema en que los lectores hicieron hincapié fue sobre el medio y el ciudadano autor la nota. Muchos expresaron, con calificativos soeces, que se era amarillista, sensacionalista, facilista, entre otros adjetivos.

Y tienen razón, en parte, pero la culpa es compartida con el lector colombiano, casi siempre sediento de muerte, farándula y entretenimiento.

No en vano el promedio de lectura anual en el país es de 2,1 libro por persona, y los medios con mayor sintonía son Caracol y RCN, los más amarillistas de todos.

La indiferencia y la bipolaridad moral de los colombianos también influye, o si no, ¿cómo se explica el nivel de indignación que se vio tras la muerte de los 11 soldados en el Cauca, a manos de las Farc, y la indiferencia ante los miles de niños muertos en La Guajira? ¿Cuál de estos dos hechos recibió más atención ciudadana?

Respecto a la nota, asumo mi responsabilidad y mis errores. Por ejemplo, Cerrejón aún no ha desviado el río Ranchería, como escribí. Y no lo ha hecho porque el Gobierno se opuso. No.

Cerrejón y sus socios-accionistas: BHP Billinton, Anglo American y Glencore decidieron posponer el proyecto P500 o de desviación de 26 kilómetros del río Ranchería, simplemente porque en 2012 el precio del carbón tuvo una caída espectacular en los mercados internacionales y previeron que no les traería los réditos que tenían presupuestado.
Porque Cerrejón calcula que bajo el lecho del río Ranchería hay unas 500 millones de toneladas de carbón térmico.

Entonces, la sequía extrema que padece la alta Guajira no es culpa de Cerrejón, es producto de la presa El Cercado, con capacidad para almacenar 198 millones de metros cúbicos de agua.

La presa, primera etapa del distrito de riego Ranchería, se ejecutó gracias a la gestión del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, Incoder, al Ministerio de Agricultura y a la Gobernación de La Guajira.

Contó con una inversión de la Nación cercana a los $580 mil millones y otros $70 mil millones más fueron producto de las cuantiosas regalías que percibe el departamento por minería.

La presa también cuenta con una central eléctrica que generará 7 megavatios de energía eléctrica. Y eso que faltan $450 mil millones para termina las otras etapas (de riego) del proyecto Ranchería.

¿Para qué esa presa llena de agua, si miles de niños wayúu continúan muriendo de sed? Para abastecer al Cerrejón y a los cientos de agroindustriales que cultivan arroz y hortalizas en la región.

Porque los wayúu pueden seguir muriendo de hambre y sed. Y los colombianos viendo fútbol.

@adolfoflorezg

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
Llega la estrategia de seguridad “Teusaquillo Camina Seguro” ¿De qué se trata?

Llega la estrategia de seguridad “Teusaquillo Camina Seguro” ¿De qué se trata?

Nota Ciudadana
Día del Niño: más que una simple celebración, en defensa por el derecho al juego y la protección

Día del Niño: más que una simple celebración, en defensa por el derecho al juego y la protección

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--