Graves denuncias rodean a todo lo que tiene que ver con esta fundación cuyo objetivo es como ellos mismos lo dicen “la defensa de la administración del Alcalde Peñalosa”. Ya quisiera cualquier servidor público tener un musculo político, jurídico y financiero que le sirva de escudero yendo lanza en ristre cuando su popularidad esté en caída libre como lo es la desastrosa realidad que vive el mandatario de los capitalinos, cuya imagen negativa está por los mismos niveles que las FARC e incluso peor que la del presidente venezolano Nicolás Maduro. Cruda realidad.
Pero, vayamos a los hechos, pues la Fundación Azul Bogotá es la fiel muestra del pensamiento peñalosista, cuyas acciones son ramplonas, pendencieras y van por la vida desconociendo la institucionalidad y menospreciando la opinión de quien piensa diferente.
Ya es de amplio conocimiento la demanda interpuesta por la Registraduría Nacional contra José Fernando Flórez uno de los dos principales líderes de esta fundación (director jurídico) quien inscribió un comité falso para tratar de torcerle el cuello a la revocatoria de mandato que avanza en contra del alcalde. El otro miembro “ilustre” es Andrés Villamizar, reconocido por gerenciar la campaña que llevó a Peñalosa a la alcaldía y también por haber sido director de la Unidad Nacional de Protección y de quien se acaba de conocer que la Procuraduría General de la Nación le abrió pliego de cargos por mal manejo de recursos y detrimento patrimonial por casi 15 mil millones de pesos, lo que llevó a que no se garantizaran los esquemas de seguridad de ciudadanos en alto riesgo de peligro contra su vida, llegando a asumir la prestación de algunos de estos servicios por meses sin ningún contrato de por medio. Tamaña omisión es alarmante, pero bueno, hablamos de alguien que se dedica a defender a un alcalde que poco o nada le importan los títulos, estudios, soportes técnicos o la opinión de los expertos en temas de la ciudad ¿qué más se podía esperar?
Adicionalmente y como lo señaló Julio Sánchez Cristo en entrevista con el mismo Villamizar para la emisora WRadio “en los círculos cercanos al alcalde Peñalosa se comenta que a los empresarios se les está pidiendo una generosa donación de 40 millones de pesos por cabeza” Ya quisiéramos tener una fundación con esos amigos para solventar necesidades como las que provocó la tragedia de Mocoa.
Pero, como si todo lo anterior fuera poco, la fundación Azul Bogotá se ha subido a la ola de lo que hoy llaman “la posverdad”, al más descarnado estilo “Donald Trump” tratando de confundir, inventar noticias, lanzar afrentas y hasta hacer señalamientos a diestra y siniestra.
Prueba de lo anterior es lo que acaba de ocurrir con el fallo del juzgado administrativo de Bogotá que tumbó en primera instancia la venta de la ETB que tanto ha buscado Peñalosa desde su primera alcaldía ¿Qué pasó? Pues en sus redes sociales la fundación del señor Villamizar empezó a desprestigiar al juez que tomó la decisión diciendo que tenía intereses personales por haber sido contratista de la administración de Gustavo Petro. Tamaña mentira, pues al revisar los registros de contratación pública el juez Leonardo Antonio Castañeda Celis si trabajó para la alcaldía con quien tuvo un contrato desde el 29 de febrero de 2016. ¡Momento! ¡En 2016 ya Peñalosa era alcalde de Bogotá! Por ahí comienzan las mentiras, contando verdades a media. Lo demás son peleas que cazan todos los días en sus redes sociales contra el exalcalde Petro, la “izquierda”, las personas del común y todo el que se atreve a cuestionar la labor de su defendido.
Dicho sea de paso, que esas agitadas redes sociales son un hervidero que replica el pensamiento Peñalosista y a las que se les comprobó han sido reencauchadas siendo en su gran mayoría perfiles falsos que se trasladan de campaña en campaña de acuerdo a la conveniencia de quien pueda pagar por ellas, por ejemplo, la absoluta mayoría de tuiteros que siguen al perfil de Azul Bogotá en esta red social fueron traspasados de la cuenta @dejemosgobernar creada hacía mucho tiempo y con fines muy diferentes y al menos 100 mil de los 133 mil seguidores de su cuenta de Facebook fueron traspasados de la página “No más Moreno, Polo y Petro en Bogotá” que ya existía desde el 2008. En ese momento exigían revocatoria, ahora la desprecian y atacan con vehemencia. Ahí están pintados, eso de crear un ejército de bots y ponerlos a disposición del mejor postor solo se hace con plata señores.
Al final, todas estas mentiras solo han acrecentado el rechazo a las prácticas de Peñalosa y su fundación que en vez de ayudarlo solo contribuye a que se desprestigie y se siga quedando solo, no existe en Bogotá quien no sepa que esta estrategia es solo la diversificación del insulto, el “yo soy mejor que ustedes, allá los que odian a Bogotá y acá los que la queremos” y así no se construye ciudad, solo se acrecienta el odio y la polarización. Aún están a tiempo de comenzar una verdadera campaña contra la revocatoria que no se base en el desprestigio, la mentira y el descredito de las opiniones divergentes.
Nota: Como sé que al leer esta columna empezarán a googlearme para atacarme desde sus redes, el nombre es Nelson Villarreal (Así con doble R).
