Froome está en la lista de los mejores ciclistas de todos los tiempos. Los tres tours que le ganó a Nairo Quintana así lo confirman. El año pasado su poderío fue incontrastable. Sin embargo, un lunar empieza a aparecer, sus problemas lumbares. El británico carga una vieja lesión desde el 2013 cuando mermó su rendimiento en los Mundiales de Florencia. Una dolencia que le impidió participar en la Tirreno Adrático del 2014 y que ahora ha retrasado su preparación.
Es la primera vez en su carrera que llega al mes de mayo sin una sola victoria. Esta temporada terminó en el puesto 49 en la Cadel Evans Great Ocean Road Race, en el Herald Sun Tour apenas fue sexto. En la Vuelta a Cataluña fue sorprendido por un ataque prematuro perpetrado por Valverde y Contador, en donde perdió 26 minutos. Su última aparición fue en el Tour de Romandía, en donde solo pudo terminar en el puesto 18. En las declaraciones que ha dado, ha afirmado que su bajo rendimiento no tiene nada que ver con la vieja dolencia, que el problema es que no tiene piernas. En el Sky, por supuesto, están preocupados, no es para menos. Desde comienzos de este año ha entrenado solo en Sudáfrica acompañado de Geraint Thomas, su principal lugarteniente.
Los cercanos al corredor europeo afirman que lo que más le preocupa no es solo su dolor o su falta de preparación, sino el gran nivel que ha demostrado Nairo al comienzo del año. El colombiano ha ganado cinco etapas, la última en medio de la nieve y del frío más terrorífico en la Vuelta a Asturias. A partir de este 5 de mayo empezará a buscar una hazaña que solo ha conseguido el mítico Marco Pantani: ganar en un mismo año el Giro y el Tour. Froome sabe que con una sola pierna podría acabar con Contador y Nibali, y que el único que puede acabar con su supremacía en el Tour es el boyacense.
Froome ha creado una especie de obsesión por Quintana. Aún recuerda el dolor que le causó cuando lo atacó en el Alpe D’ Huez, la última etapa montañosa del Tour del 2015. Nairo quedó a segundos de arrebatarle la camiseta amarilla. Si no fuera por el apoyo que recibió Froome de su co equipero Thomas hubiera claudicado. “Me sentí morir” afirmó Froome. El año pasado Nairo era el que no estaba en su mejor momento. Una virosis mermó su rendimiento. Froome lo supo y por eso lo atacó desde el principio, incluso en un descenso y de una manera desaforada, una jugada que pasaría a la historia del ciclismo
En la Vuelta a España se dio cuenta del poderío de Quintana. En las etapas de Lagos de Covadonga y de Fromigal el boyacense le quitó la vuelta. Algo que ningún otro corredor ha podido hacer. Este año lo más relevante que ha conseguido Froome fue haber corrido la maratón de París. De resto, sus mejores kilómetros los ha hecho en solitario, acompañado de su equipo quien ha visto la mueca de dolor que atormenta al todo poderoso campeón desde que comenzó el 2017.
