En María, la reconocida novela romántica nacional de Jorge Isaacs (publicada en 1867), se narra el difícil periplo de una joven princesa de una tribu africana (en los capítulos 40-43), raptada y traída en condición de esclava en un barco desde África (su orgullosa tierra natal) al desconocido Nuevo Mundo de América e introducida por el río Atrato, la ancestral puerta al interior del país —desde Turbo hasta la esclavista e inmensa provincia del Cauca— donde se explotaban los hombres y mujeres negr@s en fecundos yacimientos de oro, plata y en extensos cultivos donde hacían de servidumbre.
Lean estos, reveladores y hermosos, fragmentos que extraje, de la novela, al respecto:
No mates a Sinar; yo soy tu esclava [...] cuando despertó de aquel sueño quebrantador y espantoso se halló sobre cubierta y solo divisó a su alrededor el nebuloso horizonte del mar. Nay no dio ni un adiós a las montañas de su país. [...] Poco después vio Nay sacar los cadáveres para ser arrojados al mar. [...] Una de las esclavas de Nay y tres de los jefes kombumanez eran los últimos compañeros que le quedaban, y de estos sucumbió otro más la misma mañana en que hubo de acercarse el buque a una costa que entendio Nay llamarse Darién. A favor de un fuerte viento norte y de la marejada, el bergantín se internó en el golfo y se colocó cautamente a poca distancia de Pisisí.
O sea, el área del hoy municipio de Turbo, ubicado frente a la bahía Mirtysukon, hoy denominada, su parte final, bahía Colombia, en homenaje, conciente quizá, al, usurpado, Descubridor, Cristóbal Colón.
Y, luego, esta novela, revela algunos otros detalles:
Pronto estuvieron en tierra. [...] pero los amenazantes ladridos de algunos perros enormes impedían a los viajeros adelantar. Aquietados aquellos por las voces de sus amos y de algunos sirvientes, pudo el capitán subir la escalera de la casa, edificada sobre estantillos (21), y después de abrazarse con el dueño trabaron diálogo... durante el cual el capitán hablaba, sin duda, de los esclavos. [...] era el dueño de la casa un irlandés (22) llamado William Sardick, establecido hacía dos años en el Golfo de Urabá, no lejos de Turbo; y su esposa, a quien Nay oyó nombrar Gabriela, una mestiza cartagenera (23) de nacimiento
Poco después, con respecto a la economía de las poblaciones ribereñas al gran río Nive, Moro o Atrato -como Quibdó- y a la extensa provincia de Micay o departamento del Cauca, la obra literaria dice:
Explotábanse en aquel tiempo muchas minas de oro en el Chocó, y así se tiene en cuenta el rústico sistema que se empleaba para elaborarlas, bien merecen ser calificados de considerables sus productos. Los dueños ocupaban cuadrillas de esclavos en tales trabajos. Introducíanse por el Atrato la mayor parte de las mercancías extranjeras que se consumían en el Cauca, y naturalmente las que debían extenderse en el Chocó. Los mercados de Kinsgton y de Cartagena eran los más frecuentados por los comerciantes importadores. Existía en Turbo una bodega.
Entre esas consideradas "mercancías" se cuenta, sin duda, en la novela, a los ancestros, africanos, esclavizados, como quizá los de la mujer, ambientalista, negra, de origen Caucano, de extracción humilde, que podría ser la nueva vicepresidente de Colombia, nación a la que propone, desde ya, ser potencia de la vida, donde “Vivir sabroso, en condiciones de Dignidad”, de paz, sea una acentuada y deliciosa costumbre.
Y es que, Gustavo Petro y l@s miembr@s de su colectividad, El Pacto Histórico, que obtuvo el respaldo de las mayorías de los colombianos votantes, casi seis millones de votos, en las consultas del pasado domingo trece de marzo, han optado por decidir (por el masivo e impactante respaldo en las urnas), que la candidata de “Soy porque somos: una colectividad política que responde a una filosofía de vida: Soy si usted es; Soy si la naturaleza es...”, sea su fórmula en su popular proyecto nacional para llegar a la Presidencia de la República.
Francia Márquez, una interesante mujer, ambientalista, feminista, orgullosamente negra, afrodescendiente, seguramente de ancestros esclavos (como los que llegaron en esa embarcación de la novela María, desde África y que ingresaron por el río Atrato hasta llegar a la provincia esclavista del Cauca); de extracción humilde, que le quiere dar voz, reconocimiento y vida digna a “los Nadie y a las Nadie” de este país, que le debe su nombre, Colombia, no sólo a "El precursor", Francisco de Miranda, sino a otra mujer, negra, entonces esclava, de origen africano, que le inspiró:
Phillips Wheatley, una mujer, afrodescendiente, poeta, norteamericana, que a sus seis años fue raptada y hecha esclava en África y llevada a Norteamérica donde ya adulta, en 1783, le cantó, al parecer en presencia de Miranda, en esa nación, en Boston, al General Washington y a los gestores de la emancipación de esa su nueva patria:
“Columbia's scenes of glorious toils I write...” [Canto (escribo) escenas de las gloriosas luchas de Colombia (en la traducción de esa palabra, latinizada, al castellano)].
He ahí pues a la ambientalista Francia Márquez, una interesante mujer, negra, de ascendientes africanos, que podría ser la primera mujer afro Vicepresidenta, y hasta Presidenta, de esta Nación, que le debe su nombre a otra mujer, negra, una interesante poeta, entonces esclava, quien aparece hoy en la historia nacional norteamericana, que lo inspiró: Colombia, nuestra patria, en merecido homenaje al descubridor del Nuevo Mundo.
Posdata: Quién esté interesado en profundizar sobre estos temas le recomiendo leer los siguientes artículos, en Facebook, de mi autoría:
- Urabá: la puerta (antigua) a un continente y a la extensa provincia de Micay.
2. Mario Escobar Velásquez, Urabá y las ideas de emancipación e integracionista en hispanoamericana.