Falleció Armando Cerón, la voz más alta de la poesía huilense

Falleció Armando Cerón, la voz más alta de la poesía huilense

Nacido en 1937 en Gigante, Huila, el municipio de la monumental ceiba que inspiró a tantos, incluido él. Aquí un homenaje al poeta y su poesía

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julio 11, 2021
Falleció Armando Cerón, la voz más alta de la poesía huilense

ABISMOS

En paisajes exóticos, lejanos,

divagan espirales de mis sueños

y en caudales de lucha, mis empeños

aprisionar quisiera los Arcanos.

Sin respuestas la sombra interrogante

estrangula la flor de mis reflejos

y en círculos de múltiples espejos

la luz en depresiones, vacilante.

…En soliloquios mudos de amargura

y hay surtidores locos de ternura

en este diapasón de remolinos

y en el ir y venir de los caminos

no logro comprender si soy yo mismo,

o un abismo surgido de otro abismo.

Armando Cerón Castillo

I – Gigante, 1937

«El árbol decidió viajar. Cuando logró desprenderse de la tierra, se dio cuenta de que sus ramas eran raíces celestes»

Armando nació en Gigante [Huila] el 31 de enero de 1937. Su familia era modesta, pero de cualidades notables. Su padre, don Eloy Cerón, también oriundo de Gigante, Huila, fue educado en Lasalle. Fungió el cargo de inspector de obras públicas del Departamento del Huila; y se casó con doña Adela Castillo Suárez, dama de rancio abolengo payanés, originaria del Pital, Huila. Abuelos paternos: don Eloy Cerón y doña Isabel Ramírez de Cerón, vecinos de Gigante; y maternos: don Ramón del Castillo  y doña Nieves Suárez, hija del general Eduardo Suárez[1].

Gigante, Huila, comienzos del siglo XX

Gigante, Huila, comienzos del siglo XX

Don Ramón del Castillo. Abuelo materno del poeta.

 

DOÑA NIEVES SUÁREZ (DER.), HIJA DEL GRAL. EDUARDO SUÁREZ. ABUELA MATERNA DEL POETA. DA. MARÍA SUÁREZ (IZQ.), TÍA DEL BARDO Y ABAJO DA. ÉRIKA, HERMANA DEL POETA FALLECIDA POCO DESPUÉS DE LA FOTO.

GRAL. EDUARDO SUÁREZ. BISABUELO MATERNO DEL POETA.

 

ARMANDO CERÓN CASTILLO, A LA EDAD DE 3 AÑOS.

Armando tuvo por hermanos y compañeros de juegos a Héctor[1], Eduardo[2] y Jaime[3].

En Memoria Secreta de la Infancia[4], compilación hecha por Esmir Garcés, Cerón apunta autobiográficamente lo siguiente -pág. 35-:

«Mi primer ciclo vital se inició en la población de Gigante, hacienda El Tejar - sección Los Cauchos, propiedad en ese tiempo de mis abuelos. Allí, en sus llanuras y riachuelos, recopilaba hojas, flores, musgo, caracoles, mariposas, todo con el fin de formar montículos de los primeros sueños. La imaginación volaba por todas partes para iniciar el asombro ante la belleza del trópico. Varias veces he regresado por los corredores de la memoria, para acunarme bajo la sombra del árbol familiar y abrazar las cinturas de las fuentes».

III – ESTADIO IMAGINAL

…Y prosigue Armando en la obra compilada por Garcés:

«El tiempo inexorable me llevó a cursar y cruzar los primeros silabeos y letras en una escuela del municipio del Pital. En la casona -desafortunadamente desaparecida- entibié y apronté la tensión preliminar del pensamiento lúdico, para descubrir el milagro maravilloso de la vida. Las cosas más pequeñas conllevan profundo significado religioso de la naturaleza: los coleópteros, la rama pensativa y cabizbaja en la orilla del camino, de libélula desnuda, en círculos, las pequeñas cascadas, etc.».

Cursó su primaria en Gigante y como ya leímos, en El Pital; y secundaria en el Colegio Sucre de Garzón, Huila. Realizó otros estudios de literatura, filosofía, teosofía, francés, inglés y latín en el Seminario Mayor de Garzón. Pero la bohemia garzoneña y la vida de casado le fueron más llamativas que la vida religiosa…

ARMANDO [IZQUIERDA] JUNTO A SU HERMANO HÉCTOR. 1955.

ARMANDO CERÓN CASTILLO 1957.

IV – TRASHUMANCIA

«La ciudad, pesadilla de asfalto y mercocracia,

en sus redes de tráfago se consume mi sangre,

yo soy el derrotado de todos los combates

y el viajero en mí mismo sin caminos ni puertos».

-ARMANDO CERÓN CASTILLO

Fungió el aedo como tesorero del municipio de Garzón, jefe administrativo de la Secretaría de Educación Departamental del Huila, alcalde en Pital y Tesalia; fue también docente en el colegio Esteban Rojas como auditor de la Contraloría General de la República ante Impuestos Nacionales y Notariado de Registro -con sede en Neiva-, último cargo, en el que obtuvo su pensión. Casó con Da. Gloria Bermeo Rivera, unión de la cual procedió Sandra. Se radicaron en Neiva, capital del bambuco, desde 1975.

ARMANDO CERÓN CASTILLO. 80’S.

V – PRIMEROS VERSOS 

«Estoy cantando la ilusión primera

que se escapó de la estación del día

y voy para un palacio de ambrosía

sobre un piélago azul de primavera.

Estoy soñando, bajo la palmera,

en la ninfa en la fuente y la estadía

del fauno bicornudo tras la umbría

vegetación, en éxtasis de espera.

Y siento en el cristal de mi conciencia

el alma de las cosas y la esencia

se me ofrece en raudales de belleza,

Y en nubes y relámpagos de rosa,

viene Venus desnuda en su carroza

a ceñir de laureles mi cabeza».

-Armando Cerón Castillo

Con sólo 16 años escribió sus primeros sonetos. Poco después hizo parte del Vibracionismo, grupo literario surgido en Garzón, Huila hacia mediados de los años 50’s y finalmente, Los Papelípolas (1958), con quienes tuvo una enorme correspondencia y cercanía.

En Memoria Secreta de la Infancia, compilación de autores de Esmir Garcés, Cerón revela el motor de su poesía: «El universo, el infinito, Dios; oración poética y afán de mis deseos de plenitud».

Antes de ser mayor de edad, publicaba ya sus sonetos en revistas y periódicos, entre ellos, el suplemento cultural del periódico La República bajo la dirección de uno de Los Leopardos, Silvio Villegas; así como en el diario El País de Cali.

VI – LOS PAPELÍPOLAS, 1957

Los Papelípolas: De izq. a der., Julián Polanía Pérez, Ángel Sierra Basto, Jenaro Díaz Jordán, Gustavo Andrade Rivera, David Rivera Moya, Darío Silva y Luis Ernesto Luna. Biblioteca Departamental del Huila, 1958. Foto: Archivo de Julián Polanía Pérez.

El nombre, ‘PAPELÍPOLAS’, porque «apenas tenían papel» -declaró Darío Silva- o porque utilizaban éste «mientras bebían pola, para mitigar el sopor espiritual de la provincia [¡!]» -chascarrillo de Ángel Sierra Basto en sus conversaciones con Sergio Cálamo [Boletín # 47 del Banco de la República]-».

En él participaron Julián Polanía Pérez, Luis Ernesto Luna, Darío Silva Silva, Rubén Morales, Gustavo Andrade Rivera y Ángel Sierra Basto [seudónimo de su gran amigo y compañero de ilusiones, Víctor Manuel Cortés Vargas].

Manifiesto de los Papelípolas
Por Gustavo Andrade Rivera

Empiezo esta carta con algo que para ti –en contacto por más de tres años con la vieja y eterna cultura- no tendrá el significado de blasfemia que sí va a tener para el huilense raso: José Eustasio Rivera es un mito que nos está haciendo estorbo.

«Sí, Rivera es un mito porque su prestigio no se tuvo por el huilense de ayer –tan igual al huilense de hoy- como una gloria purísima de las letras, sino a la manera de un comodín para presumir cultura, y a la manera de una cerca de alambre de púas para atajar el paso a la cultura. Vale recordar que José Eustasio tuvo que huir, emigrar de su <<Tierra de Promisión>> para evitar La Vorágine de nuestros medios caseros de demolición; y que su prestigio se aceptó entre nosotros a regañadientes, cuando ya no había más remedio que aceptarlo porque tenía consagración nacional y americana. Fue como si el valle árido –al pobre Valle de las Tristezas- le hubiera nacido de pronto una eminencia que rompía la monótona mediocridad de las líneas horizontales, mientras la indiada se arrodillaba en desnuda adoración.

« [...] El huilense de hoy –tan igual al huilense de ayer- sigue cultivando amorosamente el tabú con el mismo doble oficio de comodín y talanquera. José Eustasio, entonces, como un viejo guáimaro sigue dominando la cumbre con altura tan empinada y tal poderío de brazos ramazonados, que todo el Departamento cabe debajo de él. Pero su sombra no es buena, protectora y estimulante, sino que la han convertido en mala sombra que asfixia y que apenas nos deja prosperar como arbustos raquíticos. Dicho en el lenguaje del analfabeto de esquina: nos sobran esquinas. Ramiro aquí nadie puede ser escritor y poeta porque ya tenemos a Rivera. Y nos enfrentan al hombre que, de vivir, sería un glorioso mecenas setentón, con los ojos llenos de colinas para su valle, empeñado en sembrar un bosque, todo un bosque de guáimaros.

«Estamos, pues, enfrentados a Rivera. Y sin embargo, la lucha no es con él ni contra él. La lucha es con nuestro medio, el mismo que tú conoces y que en buena hora dejaste. La lucha es con el mismo medio hostil y voraginoso que José Eustasio tuvo que vencer a lo Arturo Cova . Con el mismo medio desagradecido que tasa los centavos de la estatua pero que no tiene vergüenza de usar La Vorágine y Tierra de Promisión para presumir de culto sin serlo.

«¿Somos entonces un pueblo inculto? No. Ya intentaré otro día –en otra carta- un estudio más a fondo sobre esta materia. Por ahora te anticipo que somos un pueblo que padece una mala definición y una mala ubicación de la cultura. En esos dos errores que se complementan y armonizan, está la causa y razón de nuestro prolongado estiaje intelectual. Definimos la cultura como el tránsito por una universidad y ubicamos la cultura en quien nos muestra un título de doctor.

«El profesional, no podía ser menos, se lo creyó así, sin auto examen de conciencia, y va gozosa y golosamente a las preeminencias que nuestra tontería le ofrece, traducidos en las posiciones rectoras del gobierno y la política. De esta manera, desembocamos en el doctorismo, pero también en la más desoladora medianía, porque nuestros doctores son de una mediocridad tan desconcertante que con frecuencia abarca a los linderos mismos de su profesión. Tiene que ser así porque nuestro desenfado profesional casi siempre es el producto de dos factores: un padre enriquecido e ignorante empeñado en tener «dotor» en la casa, porque «pa’ eso es La Plata»; y un muchacho con tozudez filial sobre los libros hasta que al fin lo gradúan[…].

«¿Recuerdas aquellas altas madrugadas que nos sorprendían sobrándonos dedos de la mano para las excepciones? Ninguno con madera bastante para que el país lo mire y nos mire con el respeto que inspiran la inteligencia y la sabiduría. Y cómo nos escandalizábamos repasando la lista de nuestros titulados senadores y representantes, de nuestros gobernadores… A algunos, muy pocos, se les recuerda por la carretera, el puente o el matadero cementoarmado donde pusieron la quintaesencia de todo su poder creador. Pero nadie dejó –no podía- la obra de aliento espiritual que pusiera su nombre más allá de la placa deleznable, en la memoria y el afecto de toda una generación. El Huila, Ramiro, es un cero a la izquierda, mas no por la pobreza erial de su geografía y la pastoralidad de sus gentes, sino por la insuficiencia graduada de sus doctores».

Tan válido ayer como hoy.

*Los Papelípolas, primer movimiento cultural y literario del Huila, surgido en 1957, casi a la par del Nadaísmo en Antioquia. De izquierda a derecha: Darío Silva Silva, Ángel Sierra Basto [Víctor Manuel Cortés Vargas], David Rivera, el sacerdote Genaro Díaz Jordán –estos dos últimos no eran Papelípolas, pero acudían a sus tertulias-; Gustavo Andrade Rivera, Luis Ernesto Luna y Julián Polanía Pérez. Ausentes: Rubén Morales y Armando Cerón Castillo, quien para la fecha aún no pertenecía al movimiento. Biblioteca Departamental del Huila Olegario Rivera, 1957.

RUBÉN MORALES, POETA PAPELÍPOLA.

VII – ANTOLOGÍA POÉTICA

Cerón publica en solitario Antología Poética, fruto de más de 50 años de publicaciones en revistas y periódicos, editada en los talleres de la Imprenta Departamental del Huila. Fue exaltada por Daniel Parfait, embajador de Francia en Colombia [2003] por su cercanía al malditismo y al simbolismo franceses. Posteriormente publicó otra obra en solitario, La Ventana de los Sueños (2016) con ilustraciones del pintor caucano Gustavo Hernández Vélez.

DANIEL PARFAIT RECIBIENDO DE ARMANDO SU ANTOLOGÍA POÉTICA. 2003.

VIII – ORDEN JOSÉ EUSTASIO RIVERA, 2008

La Resolución 002 de 2008, mediante la cual la Fundación Tierra de Promisión, le concedió a Armando Cerón Castillo la condecoración José Eustasio Rivera, en su máxima categoría, reza:

«Por sus valiosos aportes al conocimiento y cultivo del amor y el respeto por la poesía entre las nuevas generaciones».

Un reconocimiento inesperado pero justo. El Huila tiene una enorme deuda con Rivera, con Cerón y con los Papelípolas.

Armando Cerón Castillo falleció el 9 de julio de 2021 en el Hospital Hernando Moncaleano Perdomo de la capital huilense. Curiosamente ingresó tres días atrás por una fractura tras caer en el patio de su casa y luego, tras una prueba negativa, fue diagnosticado con Covid-19. El día 9 los médicos informaron a la familia que lo trasladarían a piso (que no es protocolo para pacientes Covid, ¿le hicieron otra prueba que dio negativo demostrando que la anterior fue un falso positivo?); y al suministrarle calmantes para el dolor de su fractura, sufrió un paro cardíaco a la 1:30 de la tarde. Ahora lo cremarán como las demás víctimas del Covid-19, sin un sepelio justo para un artista genuino de talla universalísima. Doña Blanca Rosa de Aguilar Poyatos, marquesa de la Vega de Armijo, productora de la Película Los Papelípolas, ha transmitido sus condolencias a la familia y solicita al Ministerio de Salud y a la Fiscalía General de la Nación, que dé inicio a una investigación sobre su extraño y deplorable deceso, revisando su historia clínica y la pertinencia de cada uno de los procedimientos realizados sobre la vida del notable aedo.

Transmitimos nuestras más sentidas condolencias a Da. Sandra Cerón Bermeo, hija del artista, y a Da. Gloria Bermeo de Cerón, su esposa, a quienes el hospital Hernando Moncaleano les negó toda comunicación con el célebre maestro.

[1] Inquieto lector, casado y con descendencia. Cofundador de la tertulia literaria La Teja Corrida en Garzón.

[2] No obstante su deficiencia física, ostenta igual que su hermano dotes de escritor.

[3] Falleció en un accidente aéreo. Ocupó cargos importantes como los de director de la aerolínea Satena en Bogotá y jefe de torre de control del aeropuerto Benito Salas de Neiva.

[4] Trilce y Altazor Editores, Bogotá, 2004.

[1] Militó en la guerra de Los Mil Días. Este es ascendiente común de este como del vate Luis Ernesto Luna.

 

Andrés Óliver Ucrós y Licht
[email protected]

 

 

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