En un país como Colombia, todos los candidatos y políticos prominentes están amenazados por diferentes motivos o intereses; desde bandas criminales que buscan una jugosa recompensa por su secuestro, el ladronzuelo callejero que quiere hurtar un Rolex, los locos que matan por matar, y obviamente los extremistas de izquierda y derecha.
Que un atentado contra Petro tenga éxito, es altamente improbable. Después de tantos años de él haber sido guerrillero, guarda en su cerebro reptiliano el miedo al fuego, y usa las mismas tácticas de supervivencia de los combatientes del monte: jamás cumple una cita; cambia su agenda constantemente; tiene tres anillos de seguridad las 24 horas; nunca revela sus planes inmediatos; y cancela sus debates con los otros candidatos en TV en el último minuto.
Sus acciones y giras siempre serán una sorpresa, de él se sabe dónde estuvo, pero el día siguiente. Es decir, su asesinato es imposible de planear por falta de información sobre su paradero, y quien lo quiera matar, debe contar con la suerte de encontrárselo de sopetón en el momento o sitio menos esperados.
Entonces a la usanza de las investigaciones policiales, empecemos por encontrar a los principales sospechosos en la memoria colectiva de las redes sociales, los señalados por la prensa y en la plaza pública.
Así, construiremos varias hipótesis, incluyendo los lugares comunes de las “teorías de complot”; y las iremos descartando en la medida que analicemos puntos fuertes y débiles. Luego las clasificaremos en diferentes categorías desde altamente probables a poco probables. Para ello usemos la clásica metodología del investigador cuando se mete en un caso y de inmediato se hace la pregunta:
¿Quién ganaría con su muerte?
El expresidente Uribe. Él sería el más obvio sospechoso de este crimen, pues todos los crímenes pasados y de los que ocurrirán en el futuro, serán obra suya según el panfleto “Matarife” (que, dicho sea de paso, se ha convertido en un Corán de barriada, en el cual la gente recita parágrafos enteros como si fueran musulmanes arrodillados ante La Meca durante el mes del Ramadán).
La verdad es que allí se narran cientos de crímenes horribles, cometidos por él, que siempre empiezan con alguna de estas cuatro frases: se dice que; se rumora que; la gente cree que y se sospecha que el autor intelectual es. Es decir, no hay citas creíbles, documentos, fotos o pruebas, solo rumores, es decir toda una obra maestra de “periodismo investigativo” que no resiste ningún análisis semántico.
Con esta narrativa y otras armas, la izquierda ha preparado con meticulosidad la destrucción política de Uribe y lo ha logrado. Otra arma letal fue atribuirle la creación paramilitarismo y las Convivir, que en realidad fueron obra de Gaviria. (Ver, este artículo de nov10/2018 https://www.las2orillas.co/quien-creo-las-convivir-2a-parte/)
Ahora bien: es de simple sentido común que en este momento el expresidente está inmerso en su defensa, que esta será larga, que tiene la lupa de la justicia sobre su cabeza y que por nada del mundo se metería en un lío. Por lo tanto, descartémosla.
El Stablisment colombiano mata a sus enemigos. Esta “teoría de complot” ha hecho carrera desde la muerte de Gaitán y a pesar del hecho mismo, ha sido investigado exhaustivamente por organizaciones nacionales, extranjeras, investigadores académicos e historiadores; la conclusión ha sido siempre la misma: Roa actuó solo, no era ningún sicario, no tenía entrenamiento militar ni tenía antecedentes judiciales.
Lo más parecido a un crimen de Estado ha sido la muerte de Álvaro Gómez, pero al final se llegó a la conclusión opuesta, cuando una organización fuerza guerrillera aceptó su culpabilidad.
Después del acuerdo de paz, han aparecido cientos de crímenes de ambos bandos y especialmente de luchas por territorios, venganzas pendientes y ajustes de cuentas. Es decir, es un completo caos difícil de aclarar en su totalidad, a pesar de los intentos de la JEP, de las confesiones de los implicados y los programas de reparación de víctimas. Aquí vale la pena citar la frase de Tácito, expresada ya hace tantos siglos: “Una paz mal hecha, es peor que la misma guerra”.
¡Y este es un INRI que Santos y todos los demás colombianos, vamos a cargar hasta el fin de los tiempos!
Desde la época de los chulavitas hasta nuestros días, el Ejército, la Policía, y los cuerpos de investigación se han ido depurando, reformando y se han ido creando con el tiempo estructuras más eficientes, aunque aún falta mucho camino por recorrer.
Somos un Estado imperfecto. La criminalidad desbordada, tal como lo ha dicho el gobernador de Antioquia, se debe más a la incapacidad del Estado para controlar su territorio.
Es un hecho reconocido que Petro es el personaje más vigilado del país y existen cantidad de veeduría internacionales observando lo que está pasando. El aparato defensivo colombiano es tan bueno, que el mismo Petro pide su protección.
Un crimen de Estado es una invasión a Ucrania, o las matanzas nazis de Judíos, es decir son hecho diseñados, financiados y ejecutados por todo el aparato estatal de arriba abajo y el presidente Duque sería el último en planear la muerte de Petro, menos aun estando su mandato a punto de acabar.
Bandas criminales de delincuentes comunes, paramilitares, disidencias guerrilleras, Farc y clanes similares
Esta teoría se desbarata por sí sola, con el solo enunciado. No tiene sentido que las mismas bandas u organizaciones que se beneficien con su promocionando “Perdón social” vayan a echar por la borda la oportunidad de santificarse.
Es como si se repitiera la parábola sagrada de Mahoma, cuando encontró una pobre víbora atrapada en el desierto destrozándose entre las espinas. El maestro se inclinó y con sus manos sagradas desenredó al bicho de su sufrimiento; pero el bicho en agradecimiento… enterró sus colmillos en la mano del santo.
El ELN
El Pacto Histórico se ha convertido en una colcha de retazos ideológicos que se excluyen mutuamente, los cuales forman un collage con todos los colores del espectro político. El Pacto como hoy está conformado es inmanejable y más con una persona tan impositiva como Petro.
En una reciente charla, Everth Bustamante le exigía a Gustavo Petro que develara los compromisos con el ELN en temas sobre desmantelamiento del Ejército, lo cual levantaría ampolla entre los altos mandos militares, que no vacilarían en hacer golpe militar; o la reforma a la Constitución que está en contravía del pensamiento de sus aliados del liberalismo tradicional; así como una posible alineación con el gobierno ruso que rompería el equilibro mundial de fuerzas de la OTAN y Occidente. A su vez el Gobierno americano no se quedaría de brazos cruzados frente a la posible pérdida de su incondicional aliado en Latinoamérica.
Dentro de la lógica marxista maoísta que ha luchado medio siglo por llegar al poder, alcanzar la vicepresidencia es un hecho histórico sin precedentes, que los pone a un paso o a un simple disparo, para tomar la presidencia de Colombia.
Y esto es precisamente una jugada a tres bandas, pues se quitan un estorbo de encima, convierten a Petro en un mártir nacional y aglutinan el dolor de su pérdida alrededor de un ideal común. Todos sabemos que el ELN no perdona una traición o una vacuna no pagada a tiempo.
Por desgracia, la jugada contraria (es decir la desaparición de Francia) también tendría el mismo efecto, de tener una mártir, quitarse un escollo del camino y la reagrupación de fuerzas.
¿Y el culpable? Todo el mundo dirigirá su mirada hacia la hacienda “El Uberrimo” y nadie se imaginaría que uno de los héroes murió víctima del fuego amigo.
Así que, respondiendo a la pregunta inicial, de quién se beneficiaría de la muerte de Petro, es improbable que lo genere el mismo stablisment; las bandas organizadas que esperan el perdón social o el mismo Uribe, porque para ninguno genera beneficios inmediatos.
En cambio, sí es probable que beneficie más al ELN que a cualquier otro grupo. (Pero eso tampoco exime al Estado de su responsabilidad, como entidad garante del control territorial).
Es bueno recordar que los peores enemigos del candidato son sus mismos excompañeros de armas, Lucio y Everth Bustamante. También lo serán, los mismos aliados de ahora, que tienen tantas esperanzas tan disimiles y hasta contradictorias, por lo cual será imposible complacerlos a todos.
Es decir, una ruptura de unidad o un disparo puede llegar desde cualquier esquina del país o desde el mismo Palacio de Miraflores. El mismo Diosdado Cabello se ha referido despectivamente a él, como “ñame pelao” (que no los agarra nadie) tal como se ve en este video. (https://www.youtube.com/watch?v=RYQjeJAHpzg&t=25s)
