¿Estamos preparados para una nueva pandemia?

¿Estamos preparados para una nueva pandemia?

"En la actualidad ningún escenario se diseñó para desarrollar esta trágica trama que pondría en evidencia lo altamente vulnerable que puede ser el hombre del siglo XXI"

Por: Ramón Orlando Correa Fuentes
mayo 13, 2020
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¿Estamos preparados para una nueva pandemia?
Foto: Leonel Cordero/Las2Orillas

Por estos días la humanidad pasa por un episodio sin precedentes en la historia reciente, el mundo, como de costumbre giraba en torno al capitalismo salvaje y la sociedad de consumo. Frankfort, Londres, New york  y Singapur se encontraban distraídos con los números de la bolsa, por otro lado se daban como un hecho cotidiano, las eternas disputas entre organizaciones industriales y ambientalistas que argumentan de cierto modo las amenazas que afectan al medio ambiente, los países siempre desarrollando antagonismos, manteniéndose polarizados por ideologías políticas, un catolicismo sumergido en el dilema de preservar los principios espirituales o levantarse en apostasía y obedecer a las modificaciones sociales dadas por el populismo ético y los intereses de los grupos minoritarios que también desean que sus dinámicas sociales sean reconocidas, la intolerancia, las desigualdades, la falta de empatía, la indiferencia. Todo transcurría con la mayor normalidad, una normalidad con incontables defectos dentro de los cuales la gran mayoría de la población se acostumbró a vivir.

En la actualidad ningún escenario se diseñó, ni se pensó para desarrollar esta trágica trama que pondría en evidencia lo altamente vulnerable que puede ser el hombre del siglo XXI. En décadas no muy lejanas el hombre venció a el tiempo, a las distancias, a la gravedad, incluso fue capaz de pisar superficies que transponen las fronteras del planeta.

En efecto, la modernidad nos daba unas luces bastante resplandecientes que alumbraban con dirección a un futuro más prometedor, no obstante, en los remotos caminos de la historia siempre a existido una amenaza, tal vez subestimada o en el peor de los casos olvidada y que siempre ha estado acompañando a la humanidad como un silencioso, pero sobretodo indeseable compañero de andanzas que de manera eventual se ha topado con la civilización en varias oportunidades, las epidemias, en su escalada mortal se recuerdan algunas que has sido catastróficas, tal es el caso de; la peste negra, que a mediados del siglo XIV redujo la población de Europa ostensiblemente, aniquilando cincuenta millones de personas o la gripe española del siglo XVII, que necesito de dos años para acabar con la vida de cien millones de personas, en la década de los 60 en el siglo XX, el sarampión le quito la vida a doscientos millones de personas y en la actualidad la cifra mas alta de afectados la ha dejado el virus del VIH o SIDA, que tras cuatro décadas cuenta en su siniestro haber con 36.7 millones de personas infectadas.

Hoy, una evolución del SARS, el SARS- Con- 19 o COVID-19 o mas comúnmente conocido como coronavirus, nos confina, y paradójicamente nos reduce o nos enaltece, en cualquiera de los dos casos, este hecho coyuntural para nuestra época ha generado miedo, traumatismos sociales y económicos, afectando en todos los frentes posibles a la humanidad ya que no solamente sugiere un reto para la comunidad medica y científica, sino que también obliga un replanteamiento de todas las dinámicas que hacen parte de la comunidad global; desde la generación de políticas de protección social y financiera hasta la reinvención de las posibilidades económicas de quienes viven del día a día, pasando desde luego por los elementos que hacen parte del espectro productivo y comercial.

Este agente patógeno, literalmente ha encapsulado a las familias o a los individuos si se quiere, en un obligatorio acto de introspección donde han aflorado situaciones positivas como la solidaridad, la empatía, la resiliencia, la obediencia, pero también han brotado recurrentes comportamientos humanos como; la violencia, la estigmatización, la corrupción, el miedo y la incertidumbre que supone el enfrentar lo que se conoce como el imperio de la opinión, un imperio que se hace colosal teniendo en cuenta la existencia de un sinnúmero de redes sociales, donde todas las personar quieren expresar sus ideas, inquietudes y puntos de vista sin ninguna clase de filtro ético periodístico, en otras palabras- sin anestesia- lo cual, constituye una fuente global de absoluta inestabilidad y desinformación, dado que el mayor porcentaje de esta, se basa en especulaciones y desde luego carece de fundamentos científicos o médicos. Muchos profesionales de la salud mental han saltado en auxilio de quienes no cuentan con la suficiente capacidad para afrontar todas estas situaciones que convergen en el marco de esta pandemia, principalmente el aislamiento, que dicho sea de paso, es el principal antídoto con el que hasta ahora contamos para prevenir el contagio masivo y así evitar un colapso de la red de salud publica, situación que se ha presentado en otras latitudes y que ha dejado un lamentable numero de victimas fatales a lo largo de cuatro meses.

Por otro lado, desde el punto de vista científico, no hay una solución a corto plazo, todo lo que se ha avanzado en materia de hallazgos o posibles soluciones nos lleva solo a mirar como el virus ha venido evolucionando, como se contagia, cual es su composición y cuales podrían ser los posibles medicamentos que puedan paliar esta crisis global,  las esperanzas se reducen simplemente a aprender a convivir con el virus, desde luego con las pertinentes medidas de bioseguridad , mientras la industria farmacéutica  dedica sus mayores esfuerzos para que en un lapso no menor a seis meses se pueda contar con una vacuna para el tratamiento del COVID-19, plazo que resulta bastante optimista si se tiene en cuenta que una vacuna se desarrolla en un lapso que oscila entre los 18 y los 22 meses.

El mayor problema por su puesto, se centra en las dificultades económicas actuales y las consecuencias a corto, mediano y largo plazo. La situación es compleja en la medida de no saber cuánto tiempo va a durar paralizado el comercio y qué daños dejará en el sistema económico. Es posible que en determinado momento la epidemia del COVID-19 pueda ser controlada a nivel global. Evidentemente cuando esto llegue, la actividad económica continuará su marcha, el comercio internacional y como en otras crisis o grandes depresiones económicas la economía repuntará. Pero de momento, surge el dilema de preservar la salud publica sin un sistema productivo que permita fortalecer el sistema de salud, es una encrucijada, ahora se presenta el reto de mantener el sistema productivo en marcha, reduciendo los riesgos al máximo, mostrando gran capacidad adaptativa, construyendo soluciones en medio del caos que representa el COVID-19 Dentro de un mundo que requiere del mercado para su funcionamiento adecuado y que sugiere en gran medida la cooperación internacional, el endeudamiento de los países en desarrollo con las entidades financieras globales.

Cabe destacar que esta situación, nos cuestiona sobre la realidad de nuestros modelos económicos, la forma en como nos comportamos como sociedad y como individuos y principalmente nos confronta con una realidad ineludible y podría manifestarse en forma de pregunta sin una posible respuesta. ¿Estamos preparados económica, política y socialmente para una nueva pandemia?

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