Espacios no sintéticos para jugar
Opinión

Espacios no sintéticos para jugar

Por:
agosto 13, 2014
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Lo que más me molesta del asunto es el nombre: “sintética”. Apocada, mínima, disminuida.

Se siente el complejo de los “jugadores” en la forma como se citan al momento de un “encuentro”: “Nos vemos en una ‘canchita sintética’que queda por P, K, R, S o T lugar”.

El complejo se incrementa cuando se escuchan los nombres que dan a estos remedos de “escenarios deportivos”. Hay “canchitas” bautizadas como La Maracaná; La Bombonera, La Wembley, La Bernabéu, La Monumental, La Morumbi. Va usted a verlas y allí todo es “sintético”, no alcanzan a ser ni esperpénticas caricaturas del estadio original de donde toman el nombre, un atentado a su reputación.

En Cartagena a alguien se le ocurrirá nombrar a una: La Heroica City Arena (arina, es la pronunciación más extendida). Lo más sofisticado en materia de nombres, así no sea tan sintético.

Se reconocen también nombres de buenas jugadas como La chalaquita, El escorpión, El golazo; o de resultados inesperados como La cinco a cero, que revela el añejo recuerdo de un nefasto júbilo. También están aquellas que evocan a futbolistas como La Pelé, La Maradona, La Rummenigge, La Higuita, La Romario, La Falcao. Espere pronto La James (Un amigo gay comenta que todo se escucha muy incluyente, eso es bueno).

La cancha “sintética”, más allá de la evocación al musgo  navideñoo al papel pesebre, destila una carga de mezquindades espaciales que ratifican su condición reduccionista. La proliferación de la “canchitas sintéticas” va de la mano, por lo menos en esta ciudad (La Inclita, La Heroica, la ilustre, la afamada) de la nanomentalidad de nuestros dirigentes deportivos y no deportivos (no sé cómo será en otras ciudades del país). Y el director del IDER qué… jugando “tenisillo sintético”.

En las dos últimas décadas, (para que vean que no tengo nada en contra del Barbita Vélez) no se ha construido en la ciudad un espacio abierto: un parque, explanada, playón, potrero, llámese Cartagena Central Park, Cartagena Park City, The Heroic Open Park (en inglés suena más pris pris), digno de una ciudad donde se haga deporte en condiciones que se equiparen a escenarios profesionales. Se recordará  el Parque del Espíritu del Manglar, el Parque de la Comida Caribeña, pero en el primero jamás hubo espíritu ni manglares y en el segundo, no era ni parque ni jamás hubo comida caribeña.

En las “canchitas sintéticas” se concentra la miserable estrategia de dejar el deporte a manos de “empresarios” (pequeños comerciantes) que al igual que venden pomada chuchuguza o mentol koreano, ofrecen toda una variedad de bebidas espirituosas y hojas nicotinadas trituradas.

Deje usted algún lote despejado, algún botadero de basura libre, algún callejón de los meaos… y en unos pocos días verá el sitio aplanado, con su alfombra (sintética), una atarraya negra que enjaula el espacio, y a cobrar por horas,  no bajan de 60 000 y llegan hasta 140 000 pesos.

Las“canchitas sintéticas” han acabado con la bolita de caucho, la de trapo, la de bollo de yuca, la de bollo de mazorca con hilo, la de pepa de aguacate (hay generaciones que me entienden), y toda una variedad de creaciones manuales desplazadas por pelotas para “canchitas sintéticas” número 4, de variadas marcas, estilos y colores.

Estamos a tiempo, esto sí que va dirigido al Barbita Vélez: observa las condiciones de las “canchitas de micro” (qué mezquindad: “micro”) de la ciudad, entregadas a dedo en otras administraciones, y te darás cuenta que tienes un potencial de organización barrial (¿presupuestos participativos? ¿Financiación?). Integra la ciudad, los boquilleros hacen las atarrayas con las que podrían cubrir las canchas.

En las “canchitas sintéticas” se concreta la ambición de aquellos que se lucran a partir de la ineptitud de nuestros dirigentes, que se sacuden de promover espacios generosos (antisintéticos) para la práctica gratuita del deporte, la recreación de la gente y las ilusiones de aquellos que sueñan con jugar en un escenario digno, así sea con grama verdadera o sintética.

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