Once Upon a Time in Hollywood, Érase una vez en Hollywood, es el noveno largometraje de Quentin Tarantino. Narra la historia de dos personajes Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), una exestrella de la actuación reconocido por una serie de western, y su doble de acción Cliff Booth (Brad Pitt), un amigo que lo acompaña en todo. En el mapa también aparece el reconocido director Roman Polanski y su esposa Sharon Tate (Margot Robbie), quienes son vecinos de Rick.
Antes de entrar en detalle, aseguro que en lo que diré de este film no hay ningún spoiler cinematográfico. Todo lo que aparecerá en las siguientes líneas tendrá que ver con lo que está de la película hacía afuera y que se recibe como espectador.
Cada parte del film —encuadres, planos, guión, casting, banda sonora, época— es pensada para dar completa complacencia a Tarantino. Es un película de Tarantino para Tarantino, indiscutiblemente. En este entendido es lo que a mi modo de ver lo hace su obra maestra, hasta el momento.
Tarantino desarrolla la historia con la promesa de ser él, el que nos hastiará de sangre, de violencia gráfica, de traumas, logrado por un perfecto guión y unas estupendas actuaciones. Desde el momento en que los trailers mencionaron a Charles Manson, todos entramos a las salas con la idea de la puesta del asesinato a lo Tarantino, pero sí que nos apresuramos. Y más bien se nos olvidó que Tarantino sobrepone la violencia real a una violencia de fantasía, que toma la historia para desconceptualizar y regalarnos carcajadas de humor sangriento y violento con una verdad de lo que sucedió que solo puede estar en su cabeza.
Es por eso que en la primera parte del film, muy a lo que él es, bastante extensa en diálogos y preparándonos para la trama, es que me encontré con el temor de la espera de esa historia que se vendió en los trailers y las noticias. Esa misma espera hace parte de la tensión del film, de la presión expectante a lo que debe seguir.
En ese momento de la trama, Tarantino nos conecta con una de las emociones clímax del ser humano, la nostalgia. Y no lo hace de manera sutil, cada plano, cada actuación, la banda sonora, la canción Out of Time de los Rolling Stones, nos involucra conscientemente en los años que pasaron, en el Pulp Fiction que nos llevó a enamorarnos de él, en su cameo en La balada del pistolero, en lo que siempre será Tarantino para la historia del cine.
Es allí, entre la voz en off que narra la película, donde aparece la explosión del desenlace en los minutos exactos para generar el impacto de la mezcla entre la violencia, la comedia y la nostalgia.
Probablemente es muy osado el ritmo del film, y la decisión de la trama y el desenlace, pero sin duda alguna esta obra más que ser dada al público es un regalo para el mismo Tarantino, porque sin dejar atrás a los protagonistas, quienes seguro tendrán nominación a los Oscar el próximo año, el real protagonista en este film fue el cine: el cine y lo que significa para cada personaje, el cine y su trascendencia en la trama, el cine y su permanencia en la historia, el cine a lo Tarantino.
