Así como el sol es la estrella más cercana a la tierra, la energía solar es la fuente de potencia renovable más generosa para empresas y familias, sin importar el punto de la geografía donde se encuentren. Sus múltiples ventajas y beneficios se derivan de los siguientes atributos:
Confiabilidad: La tecnología solar fotovoltaica ha demostrado su confiabilidad aún bajo condiciones de los entornos climáticos más severos. Los paneles solares generan energía firme durante el día, alimentando el consumo diurno y cargando baterías para el consumo nocturno, pudiendo vender excedentes de producción solar al sistema interconectado nacional. Y desde el punto de vista técnico y tecnológico, no existen limitaciones en cuanto a capacidad y expansión del sistema; basta con tener un área de techado o suelo suficiente, libre de sombra.
Sustentabilidad: Al no provenir de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo, el gas, o de grandes represas de agua, que contaminan la atmosfera y desnaturalizan paramos, ríos y otras cuencas hidrográficas, la energía solar es una de las fuentes renovables más amigable para la sustentabilidad del planeta.
Abundancia: Habrá irradiación solar para rato en el planeta Tierra. El sol se formó hace 4.650 millones de años y tiene capacidad para alimentarnos aproximadamente 5.000 millones de años más. Países como España, Francia, Alemania, Japón y EE.UU. han desarrollado toda una cultura alrededor de la la eficiencia energética, a partir de fuentes renovables como la solar fotovoltaica. En Colombia, donde la irradiación solar es muy superior al de dichas naciones -de manera privilegiada en la Región Caribe- todo está por hacer.
Escalabilidad: Una ventaja única e inigualable de la energía solar es que el sistema es modular, lo que significa que una planta solar fotovoltaica puede diseñarse para ser construida por etapas de acuerdo con las necesidades del usuario, facilitando una rápida expansión del sistema, de acuerdo a las prioridades y flujo de caja de cada cliente. Nuevas logísticas de entrega de suministros altamente eficientes a lo largo de la cadena valor de proveedores e instaladores, hacen posible la obtención rápida de materiales y accesorios solares en las principales ciudades de Colombia.
Rentabilidad: Nunca había sido tan económico para personas naturales y jurídicas cambiarse a la energía solar, dados los precios cada día más favorables de los paneles solares, cuyo valor en dólares ha caído el 80% en la última década, y los nuevos incentivos monetarios del gobierno. De otra parte, la eficiencia energética ante la llegada de tecnologías disruptivas, como la revolucionaria batería de almacenamiento Tesla Powerwall, constituyen nuevos hitos en la historia de la energía solar y su estructura de costos. Adicionalmente, la energía solar tiene un gran plus: por ser un activo positivo que proporciona ahorros importantes de energía para residencias y empresas, contar con un sistema solar contribuye en la valorización del patrimonio, cuando se decida vender el negocio o vivienda.
Pero no todo es color de rosa en materia de energía solar en Colombia. Dirá usted querido lector que si el producto es tan bueno por qué los colombianos no se están cambiando a la energía solar. La razón no puede ser más inaudita: transcurridos 24 meses de promulgada la ley 1715 de energías renovables, el gobierno no ha completado la tarea que la asignó el Congreso de reglamentar el acceso de personas naturales y jurídicas a los nuevos incentivos económicos, de manera expedita.
Y ahí no para el asunto. Hilando más delgado, descubre uno que el panorama de las renovables podría ser más sombrío si el gobierno no interviene y modifica el Decreto 2143 y la Resolución 045 de la UPME, recientemente expedidos, en los cuales se definen procedimientos kilométricos para acceder a los nuevos incentivos económicos. Las citadas normas van en contra vía de los compromisos climáticos y jurídicos del Acuerdo de París suscritos por Colombia, lo cual es absolutamente incongruente. Mientras en EE.UU cada 3 minutos un propietario de vivienda o emprendedor de negocios se cambia a la energía solar fotovoltaica, en Colombia esa frecuencia puede durar entre 3 y 6 meses.
Solo nos queda una luz de esperanza y es que el nuevo ministro de minas y energía recurra a la sensatez y suelte las amarras de la reglamentación para que la estrella de las renovables provea de energía limpia y económica a cientos de miles de familias y empresas como debe ser: de manera expedita.
