En Transmilenio, yo no pago más

En Transmilenio, yo no pago más

¿#YoNoPagoMás una campaña que se transformó en justificación del vandalismo?

Por: Alonso Rodríguez Pachón
octubre 21, 2014
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
En Transmilenio, yo no pago más

Ese es el nombre de la campaña que comenzó a circular en redes sociales de manera viral desde el primer momento en que el Gobierno de Gustavo Petro anunciara un aumento de $100 pesos del pasaje en la Capital de la República. La medida ha producido que los capitalinos se quejen. El hashtag incita a los usuarios del sistema a colarse en las estaciones y saltar los torniquetes para manifestar su inconformismo.

Cuando observé tanto derroche de creatividad de los panfletos ,eso sí, bien elaborados de #YoNoPagoMás, pensé que la principal razón que algunos esgrimían para hacer una revolución, en contra del incremento del pasaje en Transmilenio, sería tomar medios alternos como por ejemplo, una campaña inteligente hecha sobre la base de convocar a todos a montar en bicicleta.

Pero no. Resulta que ahora quieren cometer sus primeros delitos de manera flagrante, justificando actos de vandalismo y su falta de cultura. En contravía, a una continua indiferencia ante quienes no pensamos en medidas paupérrimas que golpean la razón y las buenas costumbres; A una iniciativa de personas que en mal uso del sentido común, aprovechan las masas sociales para exceder las normas y pisotear a aquellos a quienes las respetamos y tenemos sentido de pertenencia con lo público como algo sagrado, teniendo siempre en mente que la supervivencia de ese patrimonio recae en cada uno, que su mantenimiento reside en los impuestos que se pagan y en ese pasaje que sale de nuestros bolsillos y depositamos día a día en las taquillas.

¿Sabía usted que brincar el torniquete le puede acarrear responsabilidades legales? ¿Sabía usted que no pagar el pasaje en el sistema Transmilenio le puede costar una multa por la módica suma de $589.500 pesos?

¿Se ha preguntado alguna vez cuánto le cuesta a la ciudad cada vez que una persona ingresa sin pagar al sistema Transmilenio? Según cifras, a Bogotá, es decir a nosotros, nos cuesta en promedio cerca de $1700 millones de pesos mensuales para cubrir las pérdidas el hecho de que una persona se salte los torniquetes. En suma, en los dos últimos años la ciudad ha tenido un déficit fiscal aproximado de $41 mil millones de pesos [1]. ¡Pero eso en épocas normales! ¿Se ha dado cuenta las pérdidas que se generarán si alguien apoya campañas como la del no pago?

¿Sabe usted cuál es la participación del Distrito de Bogotá en los ingresos del sistema Transmilenio? Entre los años 2001 a 2005, cifras arrojaron que la participación de la Ciudad en los ingresos del sistema Transmilenio osciló entre el 3% y el 5.5% [2]. Mientras que en el año 2012 la participación fue del mismo 5.5%, y el 94,5% restante se quedó en manos de los privados [3].

En la actualidad eso no ha variado ostensiblemente. Mientras los operadores privados no tienen que hacer ningún tipo de inversión en infraestructura, si ponen a rodar sus vehículos a costa del Distrito Capital. Esos concesionarios, que están en manos de 7 o 9 familias, sólo están a cargo de la operación, administración y tienen que poner a disposición vehículos alimentadores y articulados. En tanto que el Distrito Capital tiene que hacer grandes inversiones para toda la infraestructura, de la que ellos hacen uso y se llevan jugosas ganancias. Conclusión: las cargas están mal equilibradas. Por una parte, la carga de pérdidas, reposición, reconstrucción y demás fallas que demanda el sistema está soportada en los usuarios. Por otra parte, la carga de ganancias reside mayoritariamente en los privados. Es decir, que si la administración Distrital estuviera recibiendo un porcentaje más elevado de los ingresos que produce Transmilenio, podría ser más sostenible el sistema y no estaríamos en estas dificultades.

Toda empresa, así como genera sus ganancias y presta un servicio a sus consumidores, también requiere un aumento de precios en sus productos. Hoy se quejan por el incremento de pasaje, cuando desde el año 2012 Transmilenio no sufría ningún aumento en las tarifas. Veamos la siguiente tabla:

-Año 2002: Pasaje $1.000 pesos. Decreto 473 de noviembre 22.
-Año 2003: Pasaje $1.100 pesos. Decreto 235 de julio 31.
-Año 2004: Pasaje $1.200 pesos. Decreto 436 de diciembre 28.
-Año 2006: Pasaje $1.300 pesos. Decreto 277 de agosto 4.
-Año 2007: Pasaje $1.400 pesos. Decreto 318 de julio 19.
-Año 2008: Pasaje $1.500 pesos. Decreto 209 de julio 03.
-Año 2009: Pasaje $1.600 pesos. Decreto 599 de diciembre 30.
-Año 2010: Pasaje $1.700 pesos. Decreto 547 de diciembre 29.
-Año 2011: Pasaje $1.750 pesos. Decreto 680 de diciembre 29.
-Año 2012: Pasaje $1.700 pesos. Y $1.400 pesos para el componente troncal, en período valle de lunes a viernes hábiles, los domingos y festivos con un descuento correspondiente a $300 pesos [4].
-Año 2014: Pasaje $1.800 pesos. Decreto 442 de octubre 14.

Al ritmo en el que venía incrementándose la tarifa desde el 2006, la actual estaría en $2.100 pesos; al día de hoy se encuentra en $1.800. Las anteriores cifras demuestran que en el año 2012, la tarifa de transporte en Transmilenio no subió, considerablemente. Al contrario, presentó una disminución de $50 pesos y un descuento de $300 pesos. Pese a que el servicio y la calidad del sistema no han mejorado, no quiere decir que el sistema haya empezado a decaer exactamente desde el periodo Petro. Desde que se estrenó Transmilenio, se proyectaba que para el 2016 fueran construidas en su totalidad 16 troncales, y el sistema de transporte preveía una vida funcional de 10 años a buen ritmo.

Teniendo en cuenta algunas variables y reportes periodísticos de la época, el sistema empezó a fallar antes del 2010 y se acrecentó con los siguientes. Para ese mismo año, el número de troncales construidas no había superado ni la mitad, época donde se estaba fraguando el mayor robo de la historia de la capital. Por lo tanto, se puede deducir que esa y otras demoras de los anteriores gobiernos condujeron a un consecuente retraso en la construcción del sistema. Por otro lado, la continua migración de las personas de municipios de toda la sabana Cundiboyacense y demás pueblos aledaños hacia Bogotá puede ser otra variable razonable, lo que hace que la población crezca y la capacidad de los buses no cubra la demanda de pasajeros en su totalidad.

Sería bueno que todos pusiéramos los pies en la tierra y aportáramos nuestro granito de arena.

En junio del año pasado, mientras leía una columna de Julio Carrizosa Umaña en la versión digital de El Espectador, extracté un párrafo que capturó mi atención, y el cual traigo a colación: “Una de las peores taras de nuestra cultura es nuestra propensión a simplificar los problemas y a tratar de resolverlos con simplezas (…). ’Vivimos bajo los principios de disyuntiva, reducción y abstracción, lo que llamo el paradigma de simplificación’. Nos negamos a reconocer la complejidad de la realidad y para eso la dividimos en blancos y negros, desdeñamos lo que no comprendemos y tratamos de sintetizarla en pocas palabras”.

Pues bien, esa reflexión se sintoniza mucho con nuestra realidad y nos invita a tomar acciones positivas sobre nuestra cultura y nuestro quehacer diario. No vengo a llamarme un defensor de los problemas de un sistema de transporte que estaba destinado para funcionar 10 años y que hoy cumple 15, y donde sus problemas saltan a la vista. Tampoco, aquel que tenga que medir la ineficiencia de gobernantes pretéritos que, por pereza o intereses personales y empresariales, decidieron postergar una solución alternativa e integrada de transporte para Bogotá, cuando hay alguien que está procurando hacer lo que muchos no habían hecho en años. Sólo estoy movido por la sensibilidad sagrada al cumplimiento de las normas, al respeto inquebrantable del Derecho de todos y de cada uno como uno de los fines sustanciales de nuestro Estado Social de Derecho. Y sobre todo, porque no comparto esa continua tendencia a solucionar los problemas a las patadas y pensando individualmente y no en sociedad, a esperar que nos den y no aportar, como una clara alegoría a una vida de parásitos.

Ahora bien, ponen en gala un ostento de mala cultura que lo único que hace es justificar su holgazanería. Pretenden crear una revolución cuando lo único que están haciendo es ampliar más la intolerancia y la delincuencia. Quieren sacar pecho, sin dejar de lado su ingenua y tardía ignorancia, de alardear que pueden hacer parte del “gran cambio”.

Que no se vengan a equivocaciones, al creer que ir en contra de las normas que procuran contrarrestar delitos como la cultura del no pago, van a dar un salto a la solución central del problema. La verdadera revolución está en tratar que lo malo se vuelva bueno, en aportar y no destruir, en edificar valores y cimentar el respeto social. Los impulsos salvajes de algunos, creen que con saltarse los torniquetes va a mejorar la situación del sistema. ¡Mala idea!

Las verdaderas hazañas se hacen con los buenos cambios. Es un irrespeto a la inteligencia que un grupo de personas estén en ese plan de agrandar el problema. La verdadera revolución está en aportar ideas y no en “tirar la piedra y esconder la mano”. El uso de la bicicleta debería ser el alma de una verdadera revolución de movilidad sostenible.

Twitter: @Alonrop

___________________
[1]. http://www.elespectador.com/noticias/bogota/diariamente-mas-de-67-mil-personas-ingresan-sin-pagar-t-articulo-489278
[2]. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=21482
[3]. http://www.semana.com/nacion/articulo/diez-respuestas-para-entender-como-funciona-transmilenio/254946-3
http://www.elespectador.com/noticias/bogota/diez-anos-operadores-privados-de-transmilenio-han-recib-articulo-331947
[4]. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=48509#6

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
¿Otro golpe a La Guajira? ¡Por favor!

¿Otro golpe a La Guajira? ¡Por favor!

Nota Ciudadana
¿De visita en el Festival Vallenato 2024? Estos son los 20 restaurantes imperdibles en Valledupar

¿De visita en el Festival Vallenato 2024? Estos son los 20 restaurantes imperdibles en Valledupar

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--