En Barichara, la galería de arte más pequeña del mundo

En Barichara, la galería de arte más pequeña del mundo

En un espacio de no más de tres metros cuadrados, que uno recorre de dos zancadas cortas, Luis Eduardo Mejía exhibe algunos de sus cuadros y otro tantos de varios artistas

Por: Manuel Tiberio Bermudez
agosto 17, 2018
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
En Barichara, la galería de arte más pequeña del mundo
Foto: Manuel Tiberio Bermúdez

En Barichara el tiempo no supo a dónde ir y se quedó en ese magnífico lugar de casas añejas y hermosas. Dicen que es el pueblo más bello de Santander y eso es evidente para el visitante. No solo es bello, es tranquilo, sin el agite de la modernidad que se queda en las ciudades dejadas atrás por los visitantes, quienes llegan hasta allí a caminar sus calles empinadas y laboriosamente adoquinadas.

Su nombre, según la tradición que anda volando por los cielos azules de su entorno, dice que un campesino de la región se encontró con la virgen tallada en una piedra. Los lugareños decidieron que levantarían una iglesia y así se hizo en 1751. Inicialmente se le nombró como Vare Florence, luego Vara echada y finalmente Barichara, que en dialecto guane significa “lugar para el descanso”. La historia, dicen, aparece narrada en el libro El Pueblo de Los Guanes del sacerdote Isaías Ardila

El color predominante en el lugar es el amarillo y el ocre. Sus construcciones tienen un estilo especial pues datan del XVIII. De allí es Aquileo Parra, quien fuera presidente de Colombia de 1876 a 1878.

También de ese hermoso lugar es mi invitado de hoy, quien convierte la luz en obras de arte y sabe que el color sirve para transmitir emociones y dejar testimonio de su paso por la vida.

Sencillo, amable, llegué hasta su lugar de trabajo para concretar una cita que me permitiera descifrar algunos de los momentos especiales que le dedica al arte, no solamente al propio, sino que es promotor de otros artistas para que su trabajo se conozca.

De esa charla comparto los apartes más importantes para conocer un poco a Luis Eduardo Mejía Bohórquez, un pintor que es feliz en un pueblo feliz de Santander llamado Barichara, y al que llegan los turistas para llenarse de tranquilidad el alma y llevarse en los recuerdos paisajes inolvidables como equipaje para sus vidas.

Quise saber cómo fue ese encuentro con el arte, cómo se descubre haciendo lo que hoy es su gran pasión.

“Desde que yo estaba en la escuela, en segundo de primaria, una profesora nos puso a dibujar los próceres de nuestra patria. Yo pinté a Gonzalo Jiménez de Quesada, y como que lo hice muy bien y fue la sensación en el salón. Para mí dibujar era algo muy normal, a mí el dibujo se me facilitaba y era algo que me gustaba hacer”.

Descubrir que su camino futuro iba a ser el arte, lo entendió haciendo el bachillerato, pues se dedicó a dibujar para sus compañeros los trabajos que ellos no podían hacer. “Luego empecé a ver exposiciones, y yo sentía que quería estar exponiendo en esos lugares. Pero nadie me alentaba a hacerlo. Por mi propia iniciativa compré pintura, compré óleos, y los aprendí a usar mirando libros”.

De esos comienzos hace ya 28 años. Hoy sus obras caminan por el mundo y tienen reconocimiento por parte de los conocedores y de quienes se asoman a sus cuadros que no son pretenciosos, pero si hermosos.

Aunque no ha hecho formalmente estudios de arte, sí ha asistido a talleres y sus ganas de pintar lo han llevado a ser un gran observador. “No he estudiado pintura, pero sí he tenido la oportunidad de ver a grandes maestros trabajar. De esa observación y de los talleres algo se me ha ido quedando”.

El cuadro escondido

Pero ese quehacer en la pintura le va dando otras miradas sobre lo que hace y además reconocimiento de gente que ve su trabajo. “Yo llevaba pintando con alguna disciplina unos 5 años, e hice un cuadro de un campesino con un buey transitando por uno de esos caminos de Barichara. El trabajo a mí no me gustaba para nada pues me parecía que había quedado muy feo. El cuadro yo lo tenía como escondidito ahí en la casa. Una vez llegaron unos artistas, entre ellos un hombre que era periodista, y él se puso a mirar mi trabajo. De pronto me dijo: ¿ese cuadro cuánto vale? Señalando mí cuadro escondido. Yo le dije que 15 mil pesos en la seguridad de que le iba a parecer muy caro por lo feito. El hombre sacó el dinero y me lo entregó. De ahí en adelante deduje que otros aprecian lo que uno no y que se puede vender el trabajo que se hace, dice mientras ríe, pues para mí la pintura era mal hecha y muy ingenua”.

Hace calor en Barichara, y entonces el maestro manda a traer una cerveza para exorcizar el calor. Un sorbo a la “amarga” y continúa su relato. “De ahí en adelante me animé a seguir pintando”.

Definir la técnica y las motivaciones de un artista es responsabilidad de él, así que le pregunto por la suya. “Figurativo es lo que yo hago, también costumbrista, porque yo lo que trato de hacer es lo que veo cotidianamente. Lo que hago es un arte personal y esto puede ser motivo de controversia ya que pueden muchos decir que no es arte moderno, pero para mí si es moderno porque es una escena actual. Yo reflejo el momento y creo que eso hace parte del arte moderno. A veces hay muchas dudas de: ¿en dónde está el límite del arte moderno? Y yo respondo: el arte moderno es la modernidad y la modernidad es lo que hoy miramos, lo que se ve diariamente. Muchos artistas piensan que el arte moderno es la distorsión del figurativo, por ejemplo”.

¿A hoy debe haber hecho muchas exposiciones, pero recuerda cuáles han sido las que le han dado un mayor reconocimiento?

“Es verdad, en estos 28 años he hecho bastantes exposiciones. He expuesto en mi país en Bogotá, Barichara, San Gil, Charalá, Mogotes, Bucaramanga, Florida Blanca, en fin, y en otras ciudades. Fuera del país he expuesto en Francia, España, Méjico, en Estados Unidos y Brasil entre otros. He tenido la fortuna de exponer en muchos sitios que me han dado gran satisfacción y algún reconocimiento de mi quehacer como artista”.

¿Qué es un artista para Luis?

“El artista es una persona que logra tener un poco de libertad en un mundo que está muy cuadriculado y puede expresar sentimientos que los demás no ven. El artista, en cualquiera de las manifestaciones, logra mostrar lo que los demás no alcanzan a captar. Consigue trasmitir un mensaje que puede ser de varias formas, eso hace que el artista sea un ser que se sale de la normalidad de los demás”.

¿Para qué sirve el arte en este mundo tan banalizado?

“Para hacer historia. El arte es una manera de dejar huella como seres humanos y por encima de la banalización hacemos parte de la transformación del mundo. Hoy la vida es más práctica y al ser así, todo es más rápido, todo es más superficial y nosotros nos encargamos de testimoniar lo hermoso de la vida”.

¿Y por qué escogió Barichara para desde ahí expresar con su arte?

“Me toca decir como los poetas: Barichara me escogió, porque como soy nativo de acá yo no escogí. Estuve un tiempo en Bucaramanga, pero volví a Barichara porque tiene privilegios. Para todos es un encanto, este lugar es como si fuera algo distinto al resto del país. Usted que lo está conociendo, estoy seguro, encontró algo que jamás se había imaginado. La parte arquitectónica es muy valiosa, y tiene unas características que hace que Barichara supere a cualquier otro lugar. El maestro Manzur dijo algo que me marcó y he analizado como artista. La luz de Barichara, dijo el Maestro Manzur, es una de las mejores del mundo, es decir Barichara tiene unos privilegios que no se encuentran en otros sitios de Colombia”.

Baricharte un espacio para los artistas colombianos

Desde el arte usted también promueve el arte y la presencia de otros artistas en este Municipio. Háblame de esa faceta.

“Esto surgió porque el arte, en todos los lugares, casi siempre, es un círculo cerrado, impenetrable en muchas ocasiones. En cualquier lugar donde se maneje arte hay círculos cerrados. No hay apoyo a los artistas, sobre todo a quienes están en el proceso de hacer, de crear, de abrirse paso, de darse a conocer. Siempre se apoya es al reconocido, al maestro. Y el maestro para llegar a ser lo que es le tocó comer de la propia, gran parte de su vida”.

“Cuando yo intenté, hace unos 20 años atrás, encontrar respaldo, nunca lo logré, era muy complicado aquí en provincia y mucho más difícil en Bogotá. Eso me motivó, teniendo el privilegio de Barichara, a organizar un evento y permanentemente estamos haciendo exposiciones”.

“La idea fue hacer algo que tuviera alguna repercusión nacional e internacional con la intención de que el hecho traspasara fronteras. Así surgió Baricharte, por Barichara y como acá llega gente de todo el mundo pues es una puerta hacia otros espacios. De pronto algunos lo tomarán como un chiste y dirán: si es difícil en Medellín o Bogotá, ¿por qué Barichara? Resulta que en Barichara nos visitan todos los días, no solamente en los fines de semana ni festivos, sino diariamente, turistas de todo el mundo: franceses, alemanes, japoneses, etc. Eso nos convierte en una ventana al mundo”.

¿A que aspira que se convierta Baricharte?

“Las pretensiones son traspasar fronteras, ya lo hemos logrado con alianzas estratégicas con entidades como Mai Colombia, y la intención es lograr un intercambio con artistas de otros países para lograr muchos aprendizajes gracias a estos intercambios. Además, darles importancia y un lugar destacado a los artistas que en otras partes no les dan, porque el problema de los artistas, es que el mismo artista, en ocasiones, se siente disminuido y no se da el estatus que le corresponde”.

¿Qué apoyo recibe para la realización de Baricharte?

“Por ahora el apoyo es mínimo, el municipio en algo colabora, algunos amigos aportan, y, aun así, vamos a realizar el X Baricharte que considero es un gran logro”.

¿Qué color es el que más usa?

“De preferencia los azules, pero sin política aclara y sustenta su afirmación con una sonrisa. Los tierra me gustan mucho también, no tengo limitaciones con los colores, me gustan todos, pero uso mucho los azules”.

¿Qué artista admiras?

"De la época antigua me gusta Caravaggio, Rembrant y Velásquez. Trato de no imitarlos, pero los admiro mucho. De la actualidad me gusta mucho Manzur y Caballero. En definitiva, Colombia tiene mucho pintor bueno”.

¿Qué piensa de los pintores nuevos?, ¿de los jóvenes?, ¿cómo se están expresando?

“Pienso que el arte se congeló. Es decir, el arte hoy tiene mucha vivencia, pero por encima de esa vivencia están los grandes de siempre. Las nuevas generaciones han experimentado, pero no logran acertar. El arte siempre ha estado vivo, hay decadencia en las propuestas de los artistas, pero porque hoy el artista se volvió perezoso. El artista de hoy no quiere disciplina, no la tiene, y para que la obra se perfecciones y sea grande tiene que haber disciplina. El arte ha tenido decadencia, pero es por culpa de los artistas, incluso las academias han tenido mucha responsabilidad”.

Tiene usted un modesto espacio con un nombre ostentoso, por definirlo de alguna manera. Hábleme de su "galería".

Luis se ríe de mi apunte, pues en verdad su “galería” es un pequeño espacio de no más de tres metros cuadrados, que uno recorre de dos zancadas cortas y en los que exhibe algunos de sus cuadros y otro tantos de sus amigos, muy seguramente.

“En este sitio se exhibe parte de mi obra y aquí también doy clases de pintura para los que sean inquietos por este oficio. Tengo niños, adultos. Lo hago más como una fase del conocimiento sobre pintar, son talleres para iniciar a los asistentes en los primeros pasos de esta hermosa actividad de quienes aspiran a ser artistas algún día. Es un espacio pequeño pero es mi galería para todos los artistas”.

¿Cómo es el ambiente cultural en Barichara?

“Barichara transpira arte por todas sus esquinas, pero la institucionalidad le huye al arte. Yo pienso que esto en Colombia es normal, el arte siempre está relegado y olvidado por la oficialidad. Acá, tenemos una ventaja: aquí el arte está por encima de la oficialidad”.

“Baricharte arranca y es autosuficiente. Es más, la gente de afuera piensa que en Barichara, la parte institucional manda en el arte y eso es totalmente distinto. En resumen, la institucionalidad aquí desconoce el valor del arte. No puede uno echarles la culpa porque no sabemos hasta qué punto, las personas en los centros de poder creen en el valor del arte. Debería ser para ellos importante, pero nadie sabe lo que está pensando quien tiene el poder momentáneamente. Si esa persona que está en el poder supiera lo que gana al apoyar la cultura, otro sería el modo de actuar, pero ellos lo desconocen y además están de paso, en cambio nosotros tenemos permanencia.”

Le pido a Luis una reflexión sobre el arte desde este pueblo que encanta y enamora. “El arte es un lenguaje que todos los días nos permite muchas acciones positivas”.

Quiero saber qué lo pone triste en esta ciudad que es luz permanente. “Difícil que me ponga triste. Todo me gusta, todo lo hago con pasión”.

¿Y qué es la alegría para usted?

“Vivir todos los días, disfrutar los momentos. Hay un amigo que pregona. Hay que disfrutar el hoy pues el mañana no se sabe. Hay que sacarle el máximo provecho a lo que estemos haciendo en el momento”.

¿Cómo expresa el amor?

Se ríe, porque se sabe del grupo de los amorosos. “El amor está por encima de todo. El pobre amor ha sido muy castigado últimamente porque la gente no entiende de que se trata y lo confunde con otras cosas. Pienso que todo lo que se hace tiene mucho que ver con el amor. Cuando lo que se realiza se hace con amor se rompen fronteras”.

¿Qué piensa de la muerte?

“Es otro paso, y aunque no nos preparan para ello, es otro paso que tenemos que dar con gusto o sin gusto”.

¿Con dioses o sin dioses?

“Es como complicado. Es algo muy libre”.

¿Qué mensaje tienen para los artistas que alguna vez quieran estar en Barichara en el festival de arte, Baricharte?

“Que es una oportunidad que no tiene complicaciones. Que para estar acá es requisito único tener buen nivel y ese nivel lo da cada uno de acuerdo a su disciplina. Y que recuerden que las puertas están abiertas para todos”.

“Agradezco que la vida haga magia. El hecho de que usted viniera hoy a mi taller, a mi sitio de trabajo, es una oportunidad más para que otros conozcan lo que desde aquí se hace”.

Siento igual: Luis Eduardo Mejía, el pintor de Barichara, seguirá disfrutando de uno de los pueblos más hermoso de Colombia, continuará realizando Baricharte con el apoyo de sus amigos. Yo sentiré otra vez ganas de volver a Barichara para caminar sus calles y compartir una cerveza con este hombre sencillo, que ama pintar y que tiene la "galería" de arte más pequeña del mundo, pero llena de autenticidad y afecto por lo que hace.

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