El silencio de Pastor Alape en la UdeA

El silencio de Pastor Alape en la UdeA

"¿Serán estos silencios de víctimas o solo de victimarios?, ¿será que ni los protagonistas máximos de este conflicto armado se quieren asumir como víctimas?"

Por: Julián Stiven Velásquez Martínez
noviembre 29, 2017
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El silencio de Pastor Alape en la UdeA

El silencio de Pastor Alape —Félix Antonio Muñoz Lascarro— lo escuché en un foro realizado por la Universidad de Antioquia y la mesa universitaria por la paz el jueves  23 de noviembre titulado: procesos de paz, a un año de la firma del acuerdo.

Después que los distintos ponentes expusieron sus ideas y resultados de investigación, abrieron dos rondas de preguntas e intervine en la del final del foro.

La pregunta que hice fue: ¿Yo quisiera saber si Pastor Alape o el señor de apellido Cuellar (representante del ELN) han sido víctimas del conflicto? Argumenté que en los espacios de diálogo donde nos encontrábamos con protagonistas del conflicto, debíamos de humanizar el deshumanizado y que esto se debía hacer porque cuando no lo hacemos seguíamos reproduciendo las lógicas que permiten el exterminio o eliminación del otro/a (la doctrina del enemigo interno); que por lo tanto para crear una cultura de paz que no reprodujera más ciclos de Violencia, con mayúscula, debíamos entender que en este conflicto (armado) simplemente se ha tomado partido de una y otra parte —porque no solo son las FARC-EP— los que han participado directamente y  por ende no existen los buenos y los malos (lógica que perpetua la Violencia) sino ideas y decisiones distintas que devienen en procesos de victimización diferentes.

Los victimarios vienen de todas las orillas. Esta es quizás una de las mayores tragedias colombianas: que las víctimas se convierten en victimarios y que los victimarios son víctimas. Así las cosas, se argumenta que la izquierda ha combinado todas las formas de lucha, pero ¿será que la  derecha en Colombia también lo ha hecho?

La respuesta de Pastor Alape o Félix mejor y la del señor de apellido Cuellar fue el silencio.

¿Qué nos puede decir el silencio? Un silencio de secuelas de la guerra, de muerte, de desaparición, expropiación, secuestros, tortura, hornos crematorios, ríos que se han convertido en cementerios, motosierras, y porque no, corte de franela.

El corte de franela fue documentado en el libro de la Violencia en Colombia, escrito por Orlando Fals Borda, Eduardo Umaña Luna y Monseñor Guzmán y se menciona este tipo de terror para hacer la siguiente pregunta: ¿dónde quedó la justicia para las víctimas de todas las inefables atrocidades cometidas en nombre de un color político?, ¿dónde quedó la justicia para las víctimas de los asesinatos anteriores a la época de la Violencia?, ¿dónde quedó la justicia para las víctimas de los crímenes cometidos después del 9 de abril de 1948?, ¿será que el Frente Nacional, fue un pacto entre élites políticas para la justicia de las víctimas o para la impunidad de los victimarios?, ¿dónde quedó entonces la justicia para las víctimas  frente a los crímenes de lesa humanidad antes del frente nacional?, ¿dónde quedó la justicia para las víctimas que se debió impartir después de las acciones del narcotráfico?, ¿dónde quedó la justicia para las víctimas de los paramilitares?, ¿será necesaria la JEP para no seguir en los ciclos de Violencia históricos que han azotado y desangrado a Colombia?, ¿en qué negociación para la terminación de un conflicto armado interno con un grupo rebelde o insurgencia, se ha negociado un tipo de justicia para los combatientes?, ¿en cuál otro acuerdo en el mundo se ha negociado con las víctimas como eje de la negociación, para el restablecimiento de sus derechos y por ende de la justicia?, ¿son las víctimas de un solo bando las beneficiadas con el acuerdo entre el gobierno y las FARC- EP?

Estas preguntas son necesarias en el entendido de que la guerra en Colombia ha sido una y que los periodos o etapas de la misma han quedado impunes, todo esto por un vicio de la sociedad colombiana, la exclusión.

Es necesario preguntarnos entonces: ¿es humano seguir excluyendo a una parte de la población?, ¿cómo entendemos la victoria del no el dos de octubre del año pasado?, ¿dónde nos llevaría la permanente exclusión del pasado?, ¿cómo llamaríamos los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR)?, ¿por qué entendemos a unos más malos que otros si todos los actores del conflicto han cometido atrocidades?, ¿cuál de los grupos armados al margen de la ley ha cometido más masacres?

¿Qué nos puede decir el silencio de un hombre acusado por crímenes de lesa humanidad como Pastor Alape?  Y, ¿si le hiciéramos la misma pregunta a otros protagonistas del conflicto armado? ¿Qué nos podría decir el silencio de un exjefe paramilitar como Salvatore Mancuso, aplaudido en el congreso de la República?, ¿qué nos podría decir el silencio del senador Álvaro Uribe Vélez?

¿Serán estos silencios de víctimas o solo de victimarios?, ¿será que ni los protagonistas máximos de este conflicto armado se quieren asumir como víctimas?, ¿será que aplica el proverbio “quien calla otorga”?, ¿qué hubiera pasado al hacer esta misma pregunta a un hombre tan poderoso en armas unos años antes?, ¿hubiera obtenido el mismo silencio como respuesta?, ¿la condición de víctima denota debilidad en el discurso de la guerra y más aún cuando sale de la boca de un guerrero?, ¿será igual de humano a uno?, ¿le dolerán sus muertos, sus familiares?

Según el Centro de recursos para el análisis de conflictos (CERAC) con la terminación del conflicto armado con las FARC-ep se han evitado 3.000 muertes este año. De esos 3.000, 1863 hubieran sido guerrilleros/as, 583 civiles y 381 militares.1  ¿Por qué no se entiende que la guerrillerada ha puesto sus muertos y se ha derramado su sangre? Sangre colombiana que no está por más decirlo.

Se traen estas cifras a colación para evidenciar la deshumanización del excombatiente de las FARC- EP ahora partido político, por parte de los medios de comunicación y los intereses que representan. ¿Será que también les duele sus muertos?

¿Qué nos dice el silencio de Pastor Alape y del señor de apellido Cuellar?, ¿ser víctima debe seguir perpetuando las lógicas del conflicto armado?, ¿el conflicto armado debe seguir condenando a millones a la condición de víctimas?

Artículo citado.

  1. http://www.eltiempo.com/justicia/conflicto-y-narcotrafico/el-cerac-dice-que-las-muertes-por-el-conflicto-bajaron-en-el-2017-152744

 

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