“Aquí nació la gota fría” se lee en una pared de una de las calles principales del pueblo de Urumita, en el departamento de la Guajira. Un pueblo ubicado en pleno desierto y cercano a la frontera con Venezuela. El mismo pueblo que hace 38 años le dio vida a una promesa revolucionaria del vallenato, Silvestre Dangond. Habían pasado 9 años desde que Silvestre volviera al pueblo que lo vio nacer.
Dangond salió de Urumita hace mucho tiempo. Su carrera lo llevo lejos muy rápidamente. Valledupar, Cartagena, Bogotá y Miami fueron algunas de las ciudades en las que el artista se fue a ejercer su talento musical y terminó adoptando como casa. Sin embargo, Urumita y su gente siempre están presente en su mente, sus canciones y sus tatuajes. Por eso, este año, el vallenatero decidió rendirles tributo de la mejor manera.
Y esque las navidades en Urumita pasan desapercibidas. En un pueblo de menos de 9000 habitantes las expectativas para celebrar son siempre las mismas. Pero el mes de diciembre de 2018 será recordado toda la vida en este pueblo. De eso se encargó Silvestre al ofrecer un concierto gratis en la plaza municipal que terminó atrayendo a más de 15.000 personas, casi el doble de la población del pueblo, que, expectantes y llenas de emoción, cantaron con él cada una de sus canciones.
Urumita es un gran semillero del vallenato, de donde salieron los hermanos Zuleta, la dianastia Ramos, la dinastía Corrales, la dinastía villazon y los Farfán, todos grandes exponentes de los aires de Francisco el hombre.