No es la primera vez que el Consejo de Patrimonio, compuesto por 17 miembros, con participación de funcionarios del gobierno, pero con miembros externos, con carácter independiente y cuya misión es velar por el patrimonio material e inmaterial del país, hace esto. Este se ha hecho sentir con varias decisiones, entre ellas la de la demolición del edificio Acuarela en Cartagena, que está a punto de hacerse realidad.
El retiro temporal de las estatuas de la reina Isabel de Castilla y de Cristóbal Colon, construidas a principios del siglo pasado, busca la preservación de su valor patrimonial, porque además estas requieren ser restauradas tras el intento de un grupo de indígenas misak de derribarlas de su pedestal y ser pintadas de rojo.
Se trató de una decisión del Consejo de Patrimonio como órgano asesor del Ministerio de cultura que se tomó en la reunión del pasado 12 de mayo y que la ministra Angélica Mayolo acogió, ordenando su retiro y traslado a la Estación de la Sabana, donde estuvieron originalmente.
Los indígenas misak no lograron su cometido, como sí ocurrió con la estatua del conquistador Sebastián de Belalcázar en Popayán y Cali, pero aprovecharon el pedestal vacío para realizar un acto de protesta contra la conquista española.
Dos indígenas del pueblo misak lograron colocarse en el pedestal para reemplazar a los personajes históricos españoles y ondear la bandera mientras decenas de indígenas, que permanecen desde hace semanas en Bogotá con ocasión del paro nacional, los acompañaron.