El principal pecado de Claudia López para los seguidores de Petro, para el propio Petro es que no es hombre. Ellos soñaban ver en el Palacio de Liévano a un títere como Hollman para que su líder mandara en cuerpo ajeno. Ese par resumen el machismo histórico que ha caracterizado a la izquierda en el mundo. Por eso es que no le perdonan nada, ni siquiera que quiera defender a los pequeños empresarios, a los tenderos, de los bancos.
Claudia lo ha intentado, quiso financiar los servicios, Duque no la dejó, quiso repartir comida en Ciudad Bolívar, mercados y tampoco la dejaron. El desorden era total. No tuvo otra opción que imponer la autoridad.
La llaman autoritaria, dictadora, mandona, arbitraria, se burlan de su pinta, machorra la llaman en redes esos que se creen progresistas, esos que en la calle son el Ché y en la casa Pinoché, esos que solo son feministas para levantarse incautas. Ellos son los que lideran esta campaña de odio contra una alcaldesa que está enfrentando la peor crisis humanitaria, social y de salud más grave de nuestra historia. Y son implacables.
Creen tener la autoridad moral para juzgarlo todo. Son faros morales incuestionables que tienen un líder perfecto. En eso son iguales a los uribistas. Incluso algunos piden la destitución de Claudia por corrupta, por Corferias, por puros rumores incomprobables de redes. SI Petro comparte Fake News como el de los marines en Cúcuta ¿qué otra cosa podemos esperar de sus seguidores?
Vamos Claudia, si ladran es porque cabalgas. Lo único que tienen contra ti es el odio histórico que acá los colombianos han sentido hacia las mujeres verracas, decididas como tú.